capitulo 1

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Narra Melon.

Era otro día como cualquier otro

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Era otro día como cualquier otro.

Si otra venta ilegal de marfil y carné, valla que es lo mas normal para mí.

El olor metálico de la sangre y el rostro lleno de terror de los miserables compradores de marfil.

Valla que se podría llamarle vida a estar rodeado de peligro, realmente amaba esto, matar, torturar, amaba ver la sangre manchar mis manos.

Ver el rostro lleno de terror de mis víctimas, esa sensación de infligir miedo era única y deliciosa.

Era otra venta acompañado con la mafia shishigumi que yo lideró, esto sería como cualquier otra venta.

- Bueno Shiro, más te vale que está vez entregues el pago completo, no estoy de humor para tus estupideces.

- No se preocupe señor Melon, está vez le traje lo que perdió, sin rodeos ni trucos.

Dijo entregándome un maletín lleno de dinero, dieciséis millones para ser exactos.

Estábamos por retirarnos, hasta que escuche un ruido un poco peculiar.

Sin importarme nada, les ordene a mis subordinados a qué terminarán con esos malnacidos.

Es decir que simplemente los matarán, ya estaba arto de ese miserable de Shiro.

Caminé un poco lejos de ellos hasta un callejón donde había escuchado ese ruido tan peculiar.

Había varias bolsas de basura, la verdad es que apreció en estos momentos tener los ojos de un carnívoro, así puedo ver en la oscuridad.

Me acerque más y pude sentir un aroma, uno que se podía distinguir de la basura, me acerque a uno de los contenedores y hay la ví.

Era una pequeña que se encontraba inconciente, su aroma tan peculiar y delicado.

No pude evitar mi curiosidad y me acerque más a esa pequeña, me sorprendió al ver qué no se trataba de ningún animal que yo conociera.

No tenía pelaje, solo tenía cabello en su cabeza, sus ojos estaban cerrados, tome su mano en busca de pulsó, afortunadamente si tenía.

No se que demonios me pasó y simplemente la tomé en brazos, la cubrí con mi chaqueta y me la llevé.

Al llegar con mis subordinados ellos ya habían cumplido con su trabajo, pero al parecer no tomaron por desapercibido lo que sostenía en manos.

El cuerpo de esta niña era delgado y pequeño para mí, realmente no pesaba nada, era tan liviana como una pluma.

- Señor, que es lo que trae hay?.

Dijo Ágata señalando el bulto que tenía en manos.

- Eso a ti no te importa.

- Emos cumplido con sus palabras, señor.

ELLA ES MÍA (MELON X LECTORA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora