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Te aseguraste de que no hubiera nadie cerca e incluso trataste de tocar algo en el aire por si Hagakure estaba cerca y no le veías.
Una vez segura toda el área te acercaste el lugar del rubio y colocaste cuidadosamente la caja de plástico sobre el pupitre junto a la nota y saliste corriendo para que nadie te viera, pero ¡Oh mala suerte!, Deku se atravesó en tu camino y miro con extrañeza como huias en dirección contraria a el.
Una vez el almuerzo termino todo regresaron al salón mirando raro el lugar del rubio eléctrico al notar la caja que no dejaba ver lo que había dentro.
Kaminari entro riendo junto a ti, su mejor amiga, Kirishima y Mina, delante de ustedes iba Bakugou y normalmente esa era su rutina. Aunque todos tenían buenos poderes solían seguir a Bakugou porque era alguien interesante y difícil de entender, lo que lo hacía aún más atractivo a la curiosidad. Lo más bonito del caso es que Bakugou extrañamente no se molestaba por eso e incluso lo disfrutaba en el interior, pero jamás se los diría.
Finalmente todos tomaron asiento estando bastante cerca los unos de los otros así que miraste a Kaminari rodear su banca mirando la caja con un expresión de sorpresa bastante notoria, pero también mostraba confusión.
— ¿Que esperas idiota?, Abre la maldita caja —gruñó Bakugou que al igual que todos quería saber lo que había en la caja.
— Es que no se cómo se abre —sonrio el rubio.
Todos suspiraron y te levantaste para fingir que revisaba la caja por unos segundos y luego la abriste como si te costará un poco de trabajo entenderla.
— ¡Oh Dios!, Son pastelillos —festejo el rubio.
— ¡Mira, mira, hay una carta! —señalo Mina emocionada notando en papel rosa brillante que sobresalía en una esquina.
En esos momentos una amiga como Mina era lo más oportuno de la vida.
«"Querido Denki:
Mi amor por ti quema con la intensidad de mil soles.
Así que prepárate hermoso y perfecto hombre con completo de Pikachu porque en treinta días te vas a enamorar de mi.
Por cierto, no los compré, yo los hice."»
Hubo un silencio absoluto después de que Mina termino de leer la carta.
— Debe ser una broma —sentenció Jirou.
— ¿Por qué lo piensas? —preguntaste con ese tono habitual de desinterés.
— Por favor, ¿Quien se enamoraría de Kaminari?.
Eso te ofendió mucho y también te hizo sentir mal por el simple hecho de que la mayoría no podía ver la hermosa persona que había en el interior del rubio eléctrico.
— Pues por si no lo has notado, una chica le está entregando su corazón y es completamente real —hablo Mina arrugando la nariz con notoria molestia, Denki también era su mejor amigo hombre a parte de Kirishima y Bakugou—. Quizá Denki no es el más guapo o el más listo, pero tiene un carisma muy especial, cualquier chica que lo conozca bien lo puede querer.
— Denki puede destacar aún si los demás no creen en el —murmuraste finalizando la escena.
Todos miraron al rubio eléctrico con pena pero este se encontraba demaciado centrado en probar los pastelillos que los había ignorado completamente, al menos las partes negativas.
Quisiste sonreír cuando lo viste ingerir uno de ellos y sonreír satisfecho con sus mejillas llenas de betún. Pero eso te delataría fácilmente. Por eso habías usado colores pastel y brillos, naturalmente eras más de la clase de personas que amaba el negro, las cosa frías y nunca usaba colores llamativos.
Así que solo te sentaste fingiendo que el tema no te importaba y miraste tu celular esperando porque Aizawa-sensei entrara al salón.
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