Paso 4. Busca aliados (fase 2)

2.9K 572 99
                                    

A pesar de no haber obtenido la respuesta que deseaba, Xichen no se desanimó. Tal vez A-Yao no podía compartir su misión, pero había alguien que sí. Alguien que, al igual que él, se beneficiaba de esta unión. Alguien que era lo bastante cercano a Wei Wuxian, como para poder ayudarlo a avanzar. Alguien que estaría muy contento de librarse por fin de ese travieso ser: Jiang Cheng.

Xichen iba de camino a la casa de Wanyin, no sin antes haber comprado los dulces favoritos de éste. La diferencia con Guangyao es que, mientras él lo apoyaría sin molestias, A-Cheng podría comportarse un poco molesto. Era, como decirlo, una persona algo... complicada.

El primer Jade llamó a la puerta, preparando su mejor sonrisa de "no vengo con la intención de molestar". Jiang Wanyin abrió la puerta, con el ceño fruncido.

-Huan, ¿qué quieres? – La razón de su un-poco-notable enojo es que no lo esperaba, definitivamente.

-A-Cheng, quería contarte un proyecto en el que me encuentro muy interesado... ¿Puedo hablar contigo? – extendió la bolsa con los dulces, como un signo de paz.

Jiang Cheng jamás admitiría que recibir esos dulces lo habían puesto tan feliz.

-Habla, Huan, me sorprende que algo te tenga tan interesado como para venir hasta mi casa...-

- ¿Qué te parecería la idea de dejar de evitar que tu hermano encuentre su propia destrucción? – Xichen era malvado en el fondo, como para ofrecer a Jiang Cheng algo que era casi imposible – Creo, Wanyin, que he encontrado la forma de hacer que dejes de preocuparte por la inminente ruina de tu hermano-

-Habla de una vez – respondió - ¿Qué has planeado? -

-Al parecer tu hermano se ha enamorado del mío...-

-JA, nunca pensé que tuviera tantos deseos de morir como para contarte ese secreto- miró a Xichen buscando alguna pista de enojo en su mirada - ¿Y qué te parece? -

-A mí me parece que Wangji es el único que puede evitar que tu hermano caiga en vergüenza- dijo Xichen con una sonrisa, ya había encontrado un aliado.

-Nunca pensé que fueras tan maquiavélico, Huan. Pero te advierto, necesitaremos alguien que sepa manipular a dos tipos tan densos. Y yo conozco a esa persona.

Ambos hombres sonrieron, pues su "trabajo" seríarealizado con éxito. Sus mentes trabajaban al mil por hora mientras comían losdulces favoritos de Cheng: ositos de gomita.

La Guía de Xichen para que tu shipp progreseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora