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Serendipity

Serendipia se describe normalmente como el proceso accidental e inesperado por el cual descubrimos algo que en realidad no estábamos buscando.

Lashton

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Conocer a Luke Hemmings fue una gran casualidad. Había tenido uno de los peores días en toda mi vida y vaya que mi vida ni era la mejor, pero si pudiera hacer un top tres de los peores días ese se llevaría el primer lugar sin duda.

Era un 28 de marzo y esa mañana mis padres habían anunciado que tomaron la decisión de divorciarse. Mis hermanos y yo quedamos perplejos por las noticias y mientras nos daban el gran discurso de que no había sido nuestra culpa yo no podía evitar sentirme tan culpable por ello.

Después de eso había llegado la tan esperada carta de la universidad a la que apliqué, bueno a la que mis padres querían que aplicase y a pesar de querer contestar mal ese examen y enviar un ensayo horrible acerca de porque a los veterinarios no le llamaban "dogtores" que fue un gran meme que vi, la carta decía que había sido aceptado, ¿me estaban tomando el pelo? ¿De verdad aceptarían a alguien que hiciera un ensayo de ese tema? Todo lo he inventado.

A eso de las 12 p.m., ya estando en la escuela, mi pareja había terminado conmigo porque ella se iría a estudiar en España y no creía poder soportar una relación a distancia, pero le gustaría quedar como amigos. Al parecer ya llevaba tiempo pensando en terminar conmigo porque sé que no fue algo espontáneo, se que ella recibió su carta días antes que la mía, pero nunca me contó el resultado. Ella se iría y yo me quedaría en esta ciudad.

Después de que mi novia o ex novia había terminado conmigo, en la práctica de soccer había llegado un portero nuevo que el entrenador lo anunció como primer portero, dejándome a mi como reemplazo cuando yo siempre iniciaba. No sé que le habrá hecho cambiar de parecer, el último partido lo ganamos tres a cero, y jamás me habían metido una goliza, a veces me llevaba si acaso un gol del rival pero nada más, mi defensa es buena y yo soy buenísimo, pero el coach había realizado su decisión y no podía objetar porque si no me iba mal.

Creo que lo único rescatable de aquel día fue el almuerzo con mis amigos, y después de ahí todo parecía estar mal. Yo pensaba que mi vida era terrible, el amor de mi vida me dejó, mis padres decidieron separarse, me aceptaron en una universidad a la que no quería ir en la cual me chantaje yo mismo, soy el segundo portero. Todo estaba muy mal.

Hasta que fui a un parque de diversiones con mis hermanos para distraerlos. Nos separamos en un momento y yo estaba frente a un puesto donde supuestamente leían tu mano y utilizaban cartas tarot para leer tu futuro o la fortuna que sé yo. Estaba por darme la vuelta hasta que tope con la espalda de alguien más y nos giramos. Juré escuchar destellos de estrellitas y una bella melodía en cuanto vi al chico más hermoso, ojos azules, cabello dorado, rizado, unos labios rosados muy hermosos y si que era alto, muy alto con una sonrisa angelical. Él vestía un suéter azul cremoso algo grande y unos jeans negros ajustados con unos tenis blancos, muy bonito para él, muy bonito.

—Oh disculpa -dijo él mientras sonreía.

En sus manos el chico tenía un algodón de azúcar azul y por el leve tono azul en sus labios pude deducir que el era el dueño del dulce.

—No hay problema, no iba viendo -conteste ofreciéndole una sonrisa.

—¡Lukey! -escuché una pequeña voz a lo lejos.

Junto a él llegó una niña de unos cuatro años, tal vez cinco y se colgó de su pierna.

—Hey Renata, aquí está mi dulce princesita -dijo agachandose para cargarla.