día doscientos veinticuatro. (3)

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Lucas respiró hondo antes de apretar a su mejor y más joven amigo. Estaba en una reunión amistosa con Donghyuck, tratando de convertirse en amigos, cuando vio a Renjun correr a su lado llorando. No lo habría perseguido, con toda honestidad, porque tenían límites, y Renjun lo odiaba cuando la gente lo consolaba mientras lloraba.

Pero esta vez, Lucas corrió tras él, agarrándolo del brazo y envolviéndolo en un cálido abrazo. Al principio, Renjun se congeló e intentó alejarse, sintiéndose avergonzado de que parecía un desastre delante de su amigo de 10 años. Sin embargo, después de unos momentos, cuando Renjun finalmente se dio cuenta de que Lucas no iba a soltarlo, tosió, antes de aferrarse a la camisa de Lucas y ahogar sus callados sollozos en su pecho.

Fue incómodo, principalmente porque todavía estaban en público y la gente les miraba de forma extraña, pero también porque los dos nunca se habían abrazado antes. Habrías esperado que los mejores amigos que se conocen desde niños se abrazaran y pasaran mucho tiempo juntos. Pero no lo hacían.

Fue parcialmente culpa de Renjun, porque nunca dejó pasar a nadie a través de sus grandes barreras y se aseguró de que nadie pudiera ver su lado débil, o incluso saber que existía un lado débil de él. Lucas, por otro lado, era bastante expresivo de cómo se sentía. Había llorado tantas veces frente a Renjun que perdió la cuenta. No era porque fuera una persona sensible o emocional, sino porque confiaba en Renjun con todo, y no podía evitar dejar de lado todas sus emociones a su alrededor.

Esa fue una de las razones por las que Lucas trató de separarse de Renjun.

Después de descubrir el hecho de que se había enamorado de su mejor amigo, se aseguró de mantenerse alejado y darle algo de espacio también. Claramente, Lucas dejando el lado de Renjun fue algo horrible, ya que Renjun se mezcló con Mark y se convirtió en un desastre.

—Vamos a otro lugar.— Lucas dijo, alejándose un poco para mirar a Renjun, quien bajó la cabeza y tarareó de acuerdo. El camino a la casa de Renjun no fue largo, pero seguro que fue tenso. Las miradas que Renjun le dio a Lucas, mientras que Lucas sabía que lo estaba haciendo, fue demasiado después de estar separado de él por tanto tiempo.

—No es nada.— Es lo que dijo Renjun en cuanto Lucas cerró la puerta. —No tienes que preocuparte.

—Renjun—. Lucas suspiró y se dio la vuelta para mirar al más joven, que solo desvió la vista hacia otro rincón de la habitación. —Sé que sucedió algo, así que solo dímelo.

Para ser honesto, Renjun no sabía lo que pasó. Por supuesto, se sintió decepcionado de sí mismo por bajar la guardia y permitirse ser destrozado por alguien como Mark, pero no entendía por qué se había derrumbado tanto. Nunca le había sucedido antes, y sus emociones nunca lo habían tomado así.

Quizás fue porque mantuvo todas sus emociones adentro, así que cuando finalmente encontraron una salida, rompieron su barrera y él gritó en público. Vergonzoso, pensó Renjun.

—Rompí con Mark—. Dijo Renjun, eligiendo decirle a Lucas la verdad, había reprimido demasiado sus sentimientos.

—¿Y fue tan duro para ti que lloraste así?— Lucas cuestionó, dando un paso adelante y haciendo que Renjun retrocediera uno.

—Supongo.— Murmuró Renjun, moviendo su cabeza hacia un lado mientras Lucas daba otro paso hacia él. La sensación de picazón de alejar a Lucas, como siempre hacía, no estaba allí. Normalmente odiaría cuando Lucas invadiera su espacio personal, pero por una vez, no lo detuvo.

—¿Realmente amabas tanto a Mark?— Lucas dijo, con un toque de tristeza presente en su voz, pero dudaba que Renjun lo notara. El nunca lo hizo.

—Tal vez.— Renjun agachó la cabeza, parpadeando para deshacerse de las lágrimas que se formaron en sus ojos debido a la emoción de las emociones que regresaban.

—Renjunnie—. Dijo Lucas, colocando una mano sobre el hombro de Renjun y tirando de él hacia adelante. —He estado queriendo decirte algo por un tiempo.

Renjun se inclinó hacia adelante y golpeó su cabeza suavemente contra el hombro de Lucas. Soltó un suspiro, antes de levantar los brazos y envolverlos alrededor de Lucas, aunque sus dedos no podían encontrarse, ya que era mucho más pequeño.

—¿Qué es?— Preguntó Renjun, inclinando la cabeza hacia arriba y de puntillas para acercarse a él.

Lucas permaneció en silencio por un rato, debatiendo si finalmente lo diría en voz alta o no. Después de años de ver a Renjun mantenerse cerrado, y luego abrirse a Mark, solo para sentirse peor al hacer eso, tal vez era hora.

Una ola de vacilación atravesó nuevamente a Lucas, antes de cerrar los ojos y acercar a Renjun, sintiendo que su corazón latía con fuerza y ​​su cuerpo estaba calido.

—Renjun, yo ...— Lucas respiró hondo de nuevo, inconscientemente temblando (lo cual Renjun notó y palmeó su cabeza para calmarlo), —Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti.

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