La nueva Blinder [Finn Shelby]

Capítulo 5

Ha pasado una semana después de que Tommy me dijera que he empezado a formar parte de la banda. Estos días he estado con Ada reformando la cocina de mi casa, ya que Lizzie se pasa mucho tiempo en la casa de Thomas y el apartamento empieza a ser solo mío. Además Polly nos ha estado acompañando y me deja coger el coche de vez en cuando para aprender a conducir.

- Deberías ponerlo más arriba- comentó Polly mientras Ada colocaba por tercera vez el mismo cuadro blanco en la pared de la cocina.

- ¿Qué tal si lo colocas tú? Ya que tan mal lo estoy colgando...- se cansó y lo dejó como estaba.

- ¿Que os parece si muevo la mesa hacia el medio de la habitación? Estando en esa esquina no caben más de dos personas - comenté mientras traía unas naranjas que acababa de comprar, para dejarlas en una caja que utilizaba como frutero.

- Estaría bien - Poll dio una calada a su cigarro mientras se recostaba en una silla-, pero hazlo luego, no me voy a levantar ahora.

Rodé los ojos y me puse a limpiar la superficie de la mesa de madera después de dejar las naranjas.

- ¿Tienes ya vestido para la cena tía? -preguntó Ada sentándose al lado de Polly y encendiéndose ella también un cigarrillo.

Ella soltó una enorme bocanada de aire llena de humo antes de responder, como indecisa.

- Tengo un vestido azul celeste precioso, pero no creo que me siente bien ese color.

- ¿Qué cena es? Si es muy importante, otros colores pueden sentar mejor.- dije, intentando ayudar.

- La cena de Tommy, Lydia, todos estamos invitados -Ada habló, dejándome en blanco durante un momento, dubitativa-. Tú incluida. Ya veo que nadie te lo había dicho... Es el jueves, en su casa, si no te lleva tu hermana, llámame y me paso a por ti.

- Vale, gracias. Mmm... Pues yo tampoco tengo vestido. ¿La cena es muy formal?

- ¿Que si es formal? Viene el puto presidente de Brown SA.- puse cara de no saber de qué me estaban hablando.

- Brown SA es una empresa multinacional, genera millones al año llevando otras empresas y sacándoles el mayor beneficio. Thomas quiere terminar de legalizar el negocio cediendo parte a manos de Brown SA y cuando pasen unos meses, poder recuperar todo el dinero blanqueado e incluso triplicar las ganancias. Es un plan a medio plazo pero si funciona va a darnos mucho dinero, y legal. Y si Tommy ha apostado por ello, es que va a funcionar.- explicó la tía Polly.

- Además, Brown tiene a gente en todo el mundo, si Thomas se hace con su confianza y respeto, que lo hará, tendremos acceso a empresas de las ciudades mundiales más importantes, podremos movernos hasta por el jodido infierno, que seguiremos ganando.

- Joder -exclamé-, entonces sí que es importante. Conseguiré un buen vestido.

Después, Ada me llevó a casa de los Shelby, donde estaba Finn esperándome.

- Llegas tarde.

- No es culpa mía, es que no encontraba los zapatos de cristal- le guiñé un ojo y él sonrió.

- Anda ven, que te he preparado todo para que aprendas - dijo mientras andábamos hacia el campo que se extendía en la zona trasera a la casa.

A unos 150 metros había una mesa con unas cuatro pistolas distintas, dos de ellas eran revólveres pequeños. A unos 50 metros de la mesa, Finn había colocado unas latas a distintas alturas. Se suponía que tenía que darles, pero lo veía bastante complicado, tengo muy mala puntería.

Exactamente, unos 3 o 4 días antes había comentado que no tenía ni idea de disparar y que si me viese en otra situación como la del bar pero con una pistola, no sabría que hacer. Entonces, Arthur nos echó la bronca a mí y a mi hermana y le dijo a Finn que ya tenía deberes conmigo. Así que ahí estaba, en medio del campo, con el Shelby, apunto de aprender a disparar. A pesar de que al principio la idea de poder hacer daño a alguien disparando podía ser excitante, en el momento en el que cogí el primer revólver me puse muy nerviosa.

- De acuerdo, ahora mismo tiene el seguro puesto, se quita haciendo click aquí, pero primero comprueba si tienes balas haciendo...- estuvo unos minutos explicándome como funcionaba el arma y después empecé a disparar sin balas.

Cuando ya controlé un poco más su peso y forma, probé con las primeras balas. Levanté los brazos delante de mí, inspiré hondo, divisé la lata a la que iba a disparar y la puse en mi punto de mira, solté el aire que tenía en los pulmones muy lentamente y apreté el gatillo. No le di. Y encima me hice daño en el hombro con la retracción. Me sentí un poco ridícula.

- Has puesto el brazo derecho muy estirado, normal que te hayas hecho daño. Prueba otra vez.

Segundo intento. Relajé el hombro ligeramente para evitar que me dañase. Volví a inspirar, visualicé la lata, solté el aire y disparé. Volví a fallar.

- A ver, te ayudo yo, no te preocupes - dijo Finn.

Andó hacia mí y colocó su pecho en mi espalda, su mano derecha envolvió a la mía para mejorar el agarre del revólver, se notaba caliente, yo siempre las tenía heladas. Bajó ligeramente mi mano un par de grados, ya que mis disparos pasaban por encima de las latas.

Inclinó sutilmente su cuerpo sobre el mío, puesto que yo soy un poco más baja que él. Su mano izquierda se colocó en mi cintura, enderezándola hacia la mesa que estaba frente a mí. Sus dedos se notaban firmes y duros en mi piel y me estremecí ante el tacto. Cogí aire, apunté, sentí su respiración paralela a la mía y disparé. Acerté. La lata salió volando unos diez metros hacia atrás.

Finn se separó de mí y se puso a mi lado, yo bajé el arma.

- ¿Ves como era fácil? - dijo mirándome sonriente. Sus ojos se clavaron en mi expresión de alegría y durante unos 15 segundos se quedó callado - Eh... Sí,- dijo saliendo de su trance- prueba otra vez, tendrás que tirar todas las que hay.

Cogí aire, apunté, bajé un poco las manos y apreté el gatillo. Fallé. Pero fallé porque en mi cabeza no había visualizado aquella lata, sino el contraste de los dedos de Finn sobre mi piel.