Capítulo 6

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Los dos días después de mi clase de tiro estuve un poco pensativa con lo que pasó con Finn, así que no me relacioné mucho con la familia Shelby. Por las mañanas iba a trabajar, Thomas me había colocado una mesa en una esquina para tener más privacidad y estaba mucho más tranquila. Al acabar la jornada, avisaba a Tommy de que me iba, me despedía con un adiós rápido e iba a mi casa.

La noche anterior, Anna se quedó a dormir conmigo para que no estuviese sola y ahí estábamos, las dos sentadas en el sofá de mi salón hablando de cotilleos, pero yo seguía sin mucho ánimo.

-...y yo pensaba que solo quería molestar, pero resulta que quería sacarle dinero a mi familia acostándose con mi padre - terminó de contarme ella.

- ¿Tu padre se acostaría con otra mujer?- tardé en contestar.

- No lo sé, creo que no, se quieren mucho, pero no es la primera vez que discuten y en una de esas no sé si mi padre podría tener un desliz. Ya sabes - dijo preocupada.

Yo no contesté, solo asentí con la cabeza y Anna me miró fijamente con desesperación.

- Lydia, siempre eres divertida y alegre y llevo todo el día intentando hacerte reír o que solo hablases conmigo y lo único que haces es responderme cada 10 minutos y sin ganas. ¿Qué coño es lo que te pasa? - me dijo casi gritando.

- Joder Anna, no lo sé - me incorporé en el sillón, en frente de ella -. Llevo un par de días así. Estoy confundida, eso es todo - ella me miró interrogante -. No se por qué, pero lo estoy.

- Si sabes por qué, si no, pasarías del tema. Te conozco, cuando algo te preocupa, te pones así.

- Anna no estoy preocupada por nada - me reí.

Estaba actuando como una niña pequeña, llevo un par de días que simplemente no me apetece nada, y aunque no es malo, Anna estaba preocupada por mí. Simplemente tengo que hacer cosas que me entretengan para sentirme mejor, y salir con mi amiga seguro que me alegraba el ánimo.

- ¿Sabes qué? Nos vamos. - me levanté del sofá.

- ¿A dónde? - me miró confundida.

- Por ahí, a beber y a pasarlo bien.

- No nos dejan entrar solas a las mujeres, ¿recuerdas?

- Es verdad, bueno podemos ir al de los Shelby, ahí me conocen.

Cogimos nuestros abrigos y nos fuimos al bar. Cuando llegamos, no había demasiada gente. Al fondo, en la última mesa a la izquierda vimos a un pequeño grupo de unas tres personas, dos chicos y una chica, que nos resultaban muy familiares.

- ¡Chicos! - gritó Anna y corrió hacia ellos.

Yo me acerqué a la barra y pedí dos ginebras para Anna y para mí. Cuando me los dieron los llevé a la mesa del fondo ya que Anna se había sentado con ellos. Cuando llegué a la mesa me di cuenta de quiénes eran. Sarah, Alex y Carl, nuestros amigos de la infancia. Me alegré mucho de verlos, hacía un par de años que no los veía y no esperaba encontrarlos aquí. Una sonrisa enorme se dibujó en mi cara y los abracé a todos uno a uno.

- Cuánto tiempo sin veros, chicos. Estoy tan ilusionada - dije muy feliz, sentándome entre Alex y Anna.

- Pues no has cambiado nada Ly - dijo Carl mientras reía.

- ¿Qué dices? Está mucho más guapa - dijo Alex sonriendo, siempre había sido muy caballero conmigo, así que me sonrojé un poquito.

- He oído que estás trabajando con los Peaky Blinders, ¿es verdad? - preguntó Sarah intrigada.

- Mmm, sí es verdad. Se portan muy bien conmigo y estoy bastante contenta con ellos - afirmé y di un sorbo a mi bebida -. Pero no me apetece hablar del trabajo ahora, contadme qué tal vosotros.

Carl estuvo contando que ahora trabajaba en el restaurante de sus padres, no era muy conocido pero estaban empezando a tener bastantes clientes y poco a poco estaban consiguiendo más dinero. Alex nos habló de que había muerto un tío suyo que apenas conocía y les había dejado en herencia una finca entera a su familia, con lo que ahora tenía una casa entera para él solo cuando quisiera. Por su parte, Sarah había estado mudándose varias veces durante estos años, pero por ahora se iba a quedar en Birmighan un tiempo, así que podremos vernos más a menudo.

Con la segunda ronda de bebidas estábamos todos riendo y pasándolo bien, pero no estábamos borrachos.

- ¿Y cuándo nos vamos a casar? - me preguntó Alex acercándose a mí.

Sus ojos azules se clavaron en mi mirada mientras se peinaba con la mano el pelo liso y castaño hacia el lado.

- ¿Qué? - me reí ante la situación.

- Sí, me dijiste que nos íbamos a casar - dijo con un tono juguetón.

- Eso fue con 10 años jajajaja.

- Bueeeeeno - sonrió - pero nos casamos ¿no? - puso las manos en forma de rezo y la cara como un bebé.

- Ya veremos, te tienes que portar bien. - me seguí riendo.

Y entonces lo vi. Finn Shelby, entró al bar. Se quitó la gorra y se peinó el pelo rizado con la mano. Pidió un whisky, me vio al fondo y vino hacia mí. No se por qué, pero me puse un poco nerviosa en ese momento.

- Hola Anna- la saludó de lejos y ella le sonrió -. ¿Qué haces Lydia?- me miró con una sonrisa.

- Ligar. - no se me ocurrió otra cosa en ese momento. ¿Podía haberla cagado más?

- Ah bueno, entonces te dejo que sigas ligando - se giró y dio un par de pasos.

No sé qué mosca me había picado. Me levanté y fui detrás de él. Le cogí del brazo y se giró. Le sonreí y él me miró confundido.

- Era una broma, idiota - dije con aún la sonrisa en la cara y él me la devolvió.

- No no, ya te dejo, que ligues tranquila. - dijo con sarcasmo para picarme.

- ¿Estás celoso? - levanté una ceja.

- ¿Por qué crees que me pondría celoso? - se puso más serio y dio un paso y acortó la distancia entre los dos a unos palmos. Bebió de su vaso y me miró desde arriba - Soy un Shelby, matarías por estar conmigo antes que con cualquier otro.

- Como creas que la forma de conquistarme es con tu apellido, vas por mal camino, Finn - le dije seria.

- ¿Me estás retando a conquistarte? - ante esto me puse muy colorada en ese momento pero intenté que no se notase demasiado.

- Puede - una sonrisa pícara se dibujó en la cara de ambos. Mi corazón iba a mil laditos por minuto por lo menos.

Finn se rió, se despidió de mí con un "hasta luego, anda", se dio la vuelta y fue con sus amigos a sentarse. Yo me fui con los míos y por un rato seguí con la cara muy roja. Ya no estaba de mal humor, estaba nerviosa. Había algo en ese chico que me llamaba la atención y siendo sincera me atraía un poco.

La nueva Blinder [Finn Shelby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora