CAPÍTULO 2

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Fred era una gran persona, de eso no cabía duda. También era un profesor atento y preocupado por sus alumnos... Bueno, de eso sí cabía duda. Sin duda explicaba genial, era amable con todos los alumnos, era divertido y sus clases se hacían amenas... Pero a la hora de hacer los exámenes sacaba un lado que no había visto jamás. ¿Os suena el típico profesor al que todo el mundo ama durante las clases pero que pone los exámenes más difíciles del mundo? Pues Fred inventó ese concepto.

Y ahí me encontraba, estudiando como una loca para el examen del segundo tema que era en dos días. Pero no podía concentrarme porque no dejaba de pensar en el día que nos dio la nota del primero: su miraba mostraba pena, pero también un poco de decepción. Tampoco me había salido tan mal, es más, mi nota era de las más altas de la clase, pero no era lo suficientemente alta como para cumplir mis expectativas, y las de Fred tampoco, al parecer. Por eso me estaba esforzando mucho más para este segundo examen, pero había ciertas cosas que no entendía, aunque me las habían explicado doscientas veces. En el culmen de mi desesperación recordé algo: era amiga de mi profesor. Me planteé llamarlo, pero luego me di cuenta de que era un sábado por la noche, y si algo sabe todo el mundo de Fred Weasley es que le encanta salir. Y aunque no hubiera salido de fiesta, probablemente la última manera en la que querría pasar su sábado noche sería ayudando a estudiar a una alumna. Además, no sería muy justo para mis otros compañeros, aunque si de algo me había dado cuenta a lo largo de la carrera es que allí todo el mundo miraba por sus intereses, y si podía hacer algo por demostrar superioridad, lo harían fuera justo para los demás o no. Esa es la realidad de la universidad por desgracia.

En ese momento me acordé de que a Ron y a Harry siempre se les había dado bien la geometría en el instituto. No era lo mismo ni de lejos, pero quién sabe... Además, eso me serviría también para relajarme un rato, después de toda una semana sin tomarme ni un respiro. Llamé primero a Ron, pues era más probable que no tuviera plan, ya que Harry estaría probablemente con su novia y hermana de Ron, Ginny. Después de varios segundos, Ron respondió:

—Hola, Herms.

—Hey, Ron. ¿Estás ocupado ahora mismo?

—Sí.

—Oh, vaya. Lo s...

—Dirigiéndome a tu casa. Ve pidiendo la pizza, ya sabes cuál me gusta a mí.

—¡Genial! Ahora nos vemos, guapo.

—Perfecto, preciosa. —dijo justo antes de colgar.

Mi relación con Ron era un poco extraña: hace años habíamos sido novios, pero después de casi un año lleno de peleas decidimos que lo mejor era que siguiéramos siendo amigos. Al principio había resultado un poco extraño e incómodo, pero al cabo de unos meses nuestra relación como amigos comenzó a mejorar y en ese momento éramos inseparables, más que antes de empezar la relación.

Llamé a nuestra pizzería de confianza y pedí lo de siempre. Decidí dejar los apuntes durante unos minutos hasta que llegase Ron. Cuando tocó al timbre, le abrí y nos abrazamos a modo de saludo. Cuando nos separamos y vio mis apuntes sobre la mesa dijo:

—¿Estabas estudiando?

—Sí, y de hecho te he llamado para que me ayudes.

Antes de que pudiera responderme, le puse una cara de cachorrito con la que sabía que iba a acceder.

—¿Pero tú de verdad crees que yo te puedo ayudar a estudiar algo sobre lo que no sé nada?

—Bueno, siempre fuiste bueno en Geometría en el instituto.

—¿¡Encima estás estudiando la asignatura de mi hermano, un sábado por la noche, mientras él está divirtiéndose por ahí!? Eso sí que no, señorita, ahora mismo guardas tus apuntes y sacas el vodka.

When I kissed the teacher (FREMIONE AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora