Flashback
-Más te vale no avergonzarme, eh, Santiago- estoy sentado en un sillón de la sala viendo una película mientras Renata y Mary preparan la casa para la pijamada de mi hermana.
Renata tiene la tradición de hacer pijamadas en sus cumpleaños con todas sus amigas, a diferencia de las demás personas de su generación que normalmente hacen reuniones en sus casas o en algún salón de eventos.
Hoy es su cumpleaños número 12 y no se porqué razón está más loca que nunca, ya es toda una puberta. Siempre ha sido fan de los detalles y personaliza todo para cada una de las invitadas.
Me levanto del sillón y camino hacia donde está mi hermana, justo ahora se encuentra colocando en bolsas personalizadas algunos regalos para sus amigas. No alcanzo a ver muy bien qué cosas son, pero creo que hay antifaces para dormir con los nombres de cada una, pinturas para las uñas o como se llame eso y algunas otras cosas.
-Te prometo que no te voy a avergonzar hermanita- me acomodo en la barra de la cocina y veo como terminan de decorar la casa.
Me pongo a pensar un poco en cómo ha pasado el tiempo. Si les soy sincero, conozco a estas niñas desde que tengo razón, siempre han sido las mismas toda la vida al igual que mis amigos y los de Luca. Obviamente cuando éramos más pequeños convivíamos más, Luca, Renata, sus amigos, mis amigos y yo; pero con el paso del tiempo cada quién va por su lado, cada quién con sus amigos y nada de hermanos de por medio.
Cuando faltan quince minutos para que empiecen a llegar sus amigas, Renata me manda a mi cuarto y me pide por favor que no la moleste. Suerte por ella que Luca tiene una fiesta esa noche porque a él no le importa mucho lo que ella le pide, aunque sea por favor y se hinque a rogarle.
Me acuesto en mi cama y enciendo la televisión para tener algo de ruido de fondo, odio estar en silencio. Hoy no se organizó ninguna salida con mis amigos y decido aprovechar la noche para relajarme, así que tomo mi libro favorito que dejé en la mesa de noche y me pierdo en las letras.
Si algo me relaja en este mundo es leer, pero tienen que ser libros que me gusten porque la neta odio que los maestros me pongan a leer esas cosas aburridas a las que llaman libros.
Harry Potter siempre ha sido mi saga favorita, la he leído varias veces y nunca me cansa, lo malo es que no tengo a nadie con quién comentarla porque mis amigos odian cualquier escrito que tenga más de 50 palabras y Renata, que igual ama la lectura, no quiere leerla, ella es más de novelas románticas.
Poco a poco escucho cómo empiezan a llegar las amigas de Renata, podrán ser niñas delicadas y lo que quieran, pero sí que saben hacer ruido. Le subo un poco más al volumen de la televisión y sigo leyendo.
Leer me distrae tanto que no me doy cuenta de que ya son las nueve de la noche. Me estoy muriendo de hambre y se que Renata pidió pizzas, tengo que bajar por un pedazo sí o sí.
Le mando un mensaje a Mary para ver si puedo bajar o si siguen las amigas de mi hermana en la cocina. Mientras espero su respuesta le escribo a Fátima.
Fátima se podría decir que es mi novia, no lo hemos formalizado aún y la verdad no tengo muchas ganas de hacerlo, así funcionamos bien.
La conozco de toda la vida, es mi vecina de al lado y las cosas se fueron dando con el tiempo. Llegó un punto en que sus amigos eran mis amigos y sus amigas era mis amigas y sin darnos cuenta empezamos a salir.
No les voy a mentir, Fátima es hermosa; sus ojos color miel y su cabello rubio la hacen irresistible, y mis amigos dicen que somos la pareja perfecta.
Renata la odia, van en el mismo salón en el colegio y creo que nunca se han llevado bien, aunque nunca le he preguntado el porqué, yo soy feliz con ella y mi hermana no tiene por qué meterse.
Le mando un mensaje preguntándole si quiere cenar pizza conmigo en la casa del árbol y en segundos me contesta que nos vemos en media hora.
Justo cuando cierro el chat de Fátima me escribe Mary que las fieras ya se fueron al cuarto de Renata y que la cocina está libre.
Cuando llego a la cocina, Mary me está esperando con dos rebanas de pizza en un plato.
-Sorry súper Mary, hoy no podré cenar contigo- busco alguna bebida en el refri y tomo dos botellas de refresco- voy a ver a Fátima en media hora en la casa del árbol.
- ¿Ya son novios, novios o te sigue dando miedo el compromiso? -Mary me ve con las cejas alzadas y yo suelto una carcajada.
- ¿De qué compromiso hablas Mary?, tengo 13 años no es como que le voy a pedir matrimonio.
-Nunca dije matrimonio Santi, simplemente pídele que sea tu novia. A esa edad las niñas tienen la emoción del primer novio, yo sé lo que te digo.
-Luego Mary, pero igual no te prometo nada, así funcionamos bien.
Escuchamos un ruido en la entrada de la cocina y los dos volteamos. Julieta, la mejor amiga de Renata pareciera que nos estuviera espiando.
-Hola Julieta, ¿necesitas algo? -Mary le pregunta de forma cariñosa. Siempre se han querido mucho estas dos.
-Hola María, sí, bajé por agua- mientras habla no levanta la mirada, siempre ha sido muy seria y un poco rara la verdad.
-Hola Julieta- la saludo con la mano mientras sigo preparando las cosas que necesito para salir con Fátima.
-Ho-ola, Santiago- tartamudea mientras me responde y sigue sin levantar la mirada. Mary le entrega el vaso con agua y Julieta sale corriendo de la cocina.
-Adiós Julieta, un gusto verte- grito desde la cocina y me empiezo a reír- Qué rara es esa niña- le digo a Mary y me siento en la barra de la cocina a esperar la media hora que me pidió Fátima.
-No seas grosero Santiago, es una niña muy linda pero un poco penosa- me contesta Mary y se sienta en un banco en frente de mí.
-Creo que le gusto, ¿tú qué dices Mary?
-Yo pienso lo mismo, y por eso tienes que comportante en frente de ella, pobrecita.
-No es mi tipo, si te soy sincero
- ¿Cómo lo sabes si no la conoces? -Mary a veces tiene razón, pero basta con ver a la pobre niña para saber que no encajamos.
Julieta es una niña muy tímida, en cuanto le diriges una palabra ya está más roja que un tomate. No tiene muchos amigos la verdad y siendo sinceros, no es nada bonita. Su pelo parece un estropajo color café oscuro, su ropa es del año del caldo y no le haría daño bajar un poco de peso.
No me quiero escuchar grosero, pero la verdad es la verdad y hay que aceptarla.
-Ya se que no la conozco Mary, pero mírala, nunca podremos estar juntos- Tomo las cosas que preparé en una canasta y me dirijo a la puerta de mi casa- Aunque no te voy a mentir, me sorprendió ver su pijama de Slytherin, yo más bien la veo como Ravenclaw.
-La vida da muchas vueltas Santiago y más te vale estar preparado- es lo último que escucho decir a Mary antes de salir de mi casa hacia la casa del árbol.
ESTÁS LEYENDO
Este amor no pesa
Любовные романыMe llamo Santiago y soy el típico cliché del que te enamoraste en secundaria. La vida me ha cambiado en ciertos aspectos, pero todavía hay algo que tengo marcado como pendiente. Me lo propuse y pienso jugar con el destino, la voy a buscar y le voy a...