Capítulo VI: Croissant

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Otro día, otra mañana en la que veo a Dell y no hay ninguna noticia sobre Marko y además, nuevamente estoy viendo la misma camioneta negra pasar por los alrededores. Esta vez me están buscando a mi, por suerte creo que dejaron a un lado a Dell y no la molestaron más, por el momento es lo que vi de su comportamiento en los últimos días. Y aunque pasaron ya dos semanas que desapareció Marko, no sabemos nada. No encontré nada nuevo que me lleve a él o a los tipos que los tienen secuestrado, sólo espero que siga con vida, no me quiero imaginar lo mal que se pondría el grupo si tuviera que decirles que uno de nuestros amigos fue raptado y lo mataron. Por suerte, cuando su familia preguntó por Marko respondí que se tomó unas vacaciones y no volvería dentro de unos días. Pero supongo que levantaran sospechas y al primero que vendrán a buscar será a mi por decirles eso.

Dell: Deja de hacerlo
Kail: ¿Hacer qué?
Dell: Estás haciendo esa cara de nuevo, toda la semana estuviste así.
Kail: No entiendo de qué estás hablando.
Dell: Deja de pensar en Marko, ya ríndete. Ya pasaron dos semanas y no tenemos noticias sobre él.
Kail: Me estás diciendo que deje de intentar salvar a un amigo, ¿verdad?
Dell: ¿"Salvarlo"? No estás viendo que los tipos que lo tienen, ya lo habrán matado.
Kail: ─La detengo sosteniendo su brazo derecho─ Respóndeme algo, y sé sincera por favor: ¿Qué te hicieron esos sujetos para alejarte de esto? ¿Te amenazaron?
Dell: No sé de qué sujetos me estás diciendo.─comienza a caminar con paso rápido─ Sólo te estoy siendo lo más razonable que una persona puede ser, y es que luego de 2 semanas sin la mínima señal de vida es de suponer que ya lo mataron.
Kail: Pero, ¿no te da intriga de saber el por qué lo hicieron o al menos de saber quién lo secuestraron? No entiendo qué te hicieron para que dejes esto así como así. Te conozco, y sé que harías lo posible por salvarlo, o al menos eso es lo que creo que harías si yo estuviera en el lugar de Marko.
Dell: Ese es el punto, ¡no quiero perder  dos amigos muy importantes para mi! ─sale corriendo mientras rompe en llanto─

Corrí detrás de Dell, cuando en el momento recibo un mensaje de Evelynn. Preguntándome si tenía un tiempo libre durante el día para vernos a mirar una película o tomar algo.

[Kail]: Puede ser, te hablo más tarde. Estoy algo ocupado en este momento.
[Evelynn]: Ok. Avisa cuando puedas :3

Guardé mi teléfono para seguir buscando a Dell, pero para cuando me di cuenta fue muy tarde. Ya la había perdido de vista, su GPS estaba desactivado así que ya no tenía chances de seguirla. Lo más obvio es que haya ido a su casa, así que le di su tiempo hasta que decida volver a hablar con seguridad. Al llegar a casa, tenía a dos amigos que estaban muy hambrientos, les di de comer y me propuse pasar un tiempo con ellos, ya que son los que siempre están allí conmigo, pero casi nunca estoy yo para ellos. Les di mi tiempo y cariño cuando mi teléfono suena.

[Evelynn]: ¿Te parece vernos dentro de una hora en el café, frente a la plaza?
[Kail]: Ahí te veo
[Evelynn]: Ok :3

"Lo siento, chicos. Hice un compromiso y no puedo faltarle esta vez." Les dije a mis queridas mascotas mientras los acariciaba y les dejaba ordenado la casa con alimentos y agua para el tiempo que no estuviera en la casa, porque no sabría si volvería temprano o muy tarde. Aprovechando el tiempo saqué a pasear un rato a Buddy, ya que es el único de los dos que se la pasa más tiempo encerrado en la casa, porque Berlín, el gato es un vago que sale por la ventana de mi habitación y baja por el tejado de la segunda planta, pero es tan malcriado que me llora en la puerta trasera para que lo deje entrar. Si no le hago caso durante unos minutos vuelve a entrar por donde salió, así que no me preocupa mucho si sale o no, él se maneja como quiere.

[Kail]: Estoy yendo. Nos vemos dentro de un rato.
[Evelynn]: Bueno, nos vemos.

Unos 20 minutos después llegué al café, me senté en una mesa cercana a la ventana para verla cuando llegase, el local no estaba tan lleno como de costumbre, me parecía raro, ya que es un lugar muy bonito, tienen colores que dan gusto al tomar un café,  muy ordenado y en el ambiente se puede sentir el maravilloso aroma de los distintos tipos de café, Capuccino, Mokaccino, Americano; sintiendo también los panes recién salidos del horno, dando un agradable lugar para una buena junta con amigos o familiares que hace mucho no se hablaban. La verdad, no recuerdo por qué no venía aquí hace un tiempo. Miré el cartel de los precios de los cafés, y al instante lo había recordado del porque, sus precios son el doble o hasta incluso el triple a comparación del local donde suelo visitar con frecuencia con Dell.
Las manecillas de mi reloj iban marcando las 20:50hs, durante el tiempo que estuve en el café vi cómo la noche iba tomando paso sobre la luz del día, los autos encendían sus luces, la plaza se iluminaba y las personas salían de sus trabajos y partían rumbo hacia a sus casas, durante todo ese transcurso de tiempo, Evelynn no llegaba, envié algunos mensajes a su teléfono: "Estoy en el Café" "Avísame cuando estés cerca". Pero no hubo respuestas, hasta que me digné a llamar al camarero, que observaba hacia a mí con una mirada de un poco de pena cada cierto tiempo mientras hablaba con la cajera, pedí un Mokaccino acompañados  de unos Croissants (media lunas), disfruté mi café en soledad, pero no era lo mismo, el sabor del café ya no me parecía atractivo, el esplendor de su aroma combinado con los Croissants era lo único que me hacía seguir bebiéndolo, mientras que muy por dentro comenzaba a sentir que algo se iba apagando lentamente. No sólo sentía que el precio del café me dolía, sino que también al saber que perdí tiempo de mi vida esperando a alguien que nunca llegó. Al salir del local, una brisa fresca me hizo reaccionar que no tenía tiempo para estar yendo de citas, mientras un amigo posiblemente estuviese sufriendo en este preciso momento momento, yo me paseaba como si no ocurriese nada cuando en verdad, la realidad era otra. En ese momento la  misma camioneta negra que había visto durante toda la mañana pasó frente a mis ojos, doblando en la primera esquina, pude notar por la ventanilla que el conductor era un hombre, y más aún más me percaté que tenía el mismo tatuaje que aquel sujeto pelado, puesto que iba de remeras marcas cortas supuse que tenía aire climatizado dentro del auto. Sin pensarlo dos veces me propuse a perseguirlo corriendo todo lo que pude, pero al llegar a la esquina de la manzana, lo perdí de vista, la oscura noche no me permitió ver hacía dónde siguió, pero estaba más que seguro que era el mismo sujeto que había visto en la casa de Marko.

La Chica de la Cabellera DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora