Capítulo I: "Un encuentro de antaño"

98 5 1
                                    

Érase una noche fría, unas de esas noches donde es preferible estar acostado con un café, mirando alguna que otra serie o película. Pero no, yo estaba en una fiesta, rodeado de personas intoxicadas por alcohol, creo que nadie estaba consciente y apenas recordaban sus nombres, ni siquiera sabían dónde estaban parados. Mis amigos, los cuales me convencieron para que los acompañara, me habían abandonado y se fueron por unas botellas de cervezas, mientras me preguntaba "¿Qué demonios hago acá?"
Entre todas las personas, vi entre ojos una cabellera que me llamó la atención, un perfil que se me hizo familiar y que no veía hace unos buenos años atrás. Intenté seguirla, manteniendo la distancia por si no era la persona quien yo creía que era. Pero para mí sorpresa, mi "instinto" no falló (es algo que me disgusta de mi, cuando conozco cómo es una persona, cómo se para, cómo camina, hasta la manera de expresarse, puedo reconocerla a distancia, sinceramente, me disgusta) esa persona, hace 5 años mínimos no la veía, la última vez era una chica tímida, sólo hablaba con su pequeño grupo de 3 chicas. Me sorprendió bastante verla bailar en medio de tanta gente, se sentía como si fuese una persona completamente diferente a la que recordaba.
Por lo tanto, sólo mantuve el contacto visual mientras pedí una bebida al bar. Minutos después, se acercó unos de mis amigos, supuse que ya estaba mejor, pero el olor a alcohol todavía lo mantenía.

Marko: ¡Ey¡ ¿Te estás divirtiendo?
La verdad, está algo entretenido
Marko: Verdad que sí -Pide una botella de agua, toma un sorbo y queda con la mirada fija, como si viera algo sorprendente- ¿Acaso será?
¿Será que? -intento seguir la mirada hasta su objetivo y veo que la chica se acerca-
Hola muchachos.
Marko: Ey, Evelynn. ¿Cuánto tiempo? ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Quieres un trago o algo?
Evelynn: No gracias, Marko. Creo que ya bebí suficiente ésta noche
Hola, Evelynn. Ha pasado unos años desde que no nos vemos, ¿verdad?
Evelynn: Vaya, Kail. No te veo hace cuánto, ¿4 o 5 años?

Tal vez su manera de comportarse había cambiado con los años, pero ella seguía teniendo las mismas expresiones físicas: una sonrisa a media, brazos inquietos, parada sosteniendo todo el peso en una sola pierna y una mirada como si lo tuviera todo decidido. Sinceramente, no cambió.

Evelynn: ¿Cómo has estado? No se sabe nada de ti, ni siquiera los chicos me han dicho algo.
Kail: Pues, luego del intercambio. Mi vida se convirtió en una montaña rusa. Teniendo altos y bajos, pero bueno, la vida sigue. ¿Y tu? ¿Qué me cuentas?
Evelynn: Bueno, durante estos años con la escuela, los talleres de danza. La verdad es agotador.
Kail: Sí, la rutina es agotador.
Evelynn: No te lo niego. ¿Sigues con el basket?
Kail: Basket.. no lo hago desde que me esguincé el tobillo.
Evelynn: ¿Y no intentaste volver?
Kail: Claro que sí, lo intenté. pero al volver no pude seguir el mismo ritmo que mis compañeros. Agregando que ya se preparaban para los campeonatos.
Evelynn: Ouh. ¿Y.. Guitarra? ¿Qué onda?
Kail: También lo dejé, aunque suelo tocar con algunos compañeros.
Evelynn: ¿Por què lo dejaste? Te iba tan bien, tenés un talento excelente para la música, y sos bueno para el deporte.
Kail: La verdad que sí, pero ya volveré. Me estoy tomando un tiempo.

La noche se alzó en un silencio incómodo, el cielo estaba cubierto de estrellas, el frío invadió nuestro espacio y nada mejor para aprovechar y acurrucarnos, quedando así unos minutos, recordando anécdotas.
Minutos más tardes llegaron mis amigos, ya estaban más estables, podían caminar y hablar con fluidez

Marko: Así que acá andabas.
Kail: Sí, ¿por qué?
Marko: Te estábamos buscando por todos lados. El lugar ya está por cerrar.
Kail: Okey, ya es hora de irnos entonces. ¿En qué vas tu, Evelynn?
Evelynn: Voy en auto, ¿quieres que te lleve?

Miré a mis amigos y los noté con una cara de estar poco conformes.

Kail: Gracias, pero vine con los chicos y pienso ir con ellos.

Así se me fue la primera posibilidad con la chica. Al salir del lugar un auto casi nos atropella, hizo un movimiento brusco así que supuse que quería llevarse a alguien por delante.
Luego de una largo camino, llegamos a la casa de Marko. Dell (una amiga muy querida, se podría decir que es como una hermana) sacó unas tazas y preparó café.
Por la ventana entraba  los primeros rayos de sol, me asomé para ver el alba, un hermoso paisaje se formaba en el horizonte viendo las siluetas de los dos árboles, cantares de los pájaros. Una brisa mañanera acarició mi rostro.

Dell: Ya está el café.
Kail: Bueno, gracias. ¿Hay para hacer tostadas?
Dell: Sí, ya las hice.
Kail:Estupendo.

Desayuné con los chicos, Marko, Dell y Julián. Más tardar 9 de la mañana llegué a mi casa, mi gato y mi perro me esperaban ansiosos en la entrada. Me pegué un baño, y apenas tocar la cama caí en un sueño profundo.
Pero el sueño era tan real, vi a Evelynn frente mío, estaba tan feliz con su grupo de amigos, sosteniendo un vaso con su mano izquierda, traté de acercarme pero, algo me lo prohibía, un muro invisible me negaba el paso, por más que tratase, no hubo manera de entrar.
Me di vuelta y un auto venía directo hacia mi, intentando atropellarme, pero al poco tiempo desperté, la habitación estaba completamente oscura, afuera era de noche, había dormido un aproximado  de 10 horas. Pero lo más importante, qué me quería decir el sueño que tuve.

La Chica de la Cabellera DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora