Capítulo XX: Unidos. Parte 2

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Luto, tristeza de haber perdido a alguien preciado; rabia y enojo con el responsable de esa pérdida; frío al no tener el calor de ese ser especial, abandono de esa persona.

Esas emociones cobijaban el corazón de Yugi. Maya había dado su vida a cambio de la de él.

 Sentado, abrazando sus piernas, pensaba en Maya y sus momentos con ella. Incluso uno recién.

[...]

-¡Feliz aniversario de novios! -dijoMaya dándole a Yugi un pequeño sobre decorado con calcomanías de mariposas. 

Ambos estaban sentados en el suelo verdoso de la isla luego de que todos volvieran a dormir.

-¡Gracias por el regalo! -Con una sonrisa en los labios abrió el sobre y sacó lo que tenia dentro -¿Ankuriboh?

-¡Gracias por el regalo! -Con una sonrisa en los labios abrió el sobre y sacó lo que tenia dentro -¿Ankuriboh?

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-¡Si! ¡Le hará compañía a tu Kuriboh¡Además cuando la vi en la tienda de cartas pensé en ti directamente!

-¿En mí? ¿Por qué?

-Dicen que simboliza la curación, y bueno... -Maya se ruborizó dibujando una tierna sonrisa - ¡Tú me curaste! ¡Me curaste de mi dolor! ¡Gracias, Yugi!

[...]

-Maya... -Lágrimas caían sobre la carta que ella le dio y la presionó sobre su pecho -Perdóname... Te busqué para perderte...

[...]

Fuera de la burbuja oscura, Joey y Tea juntos a Tristan y Bakura, quienes pudieron regresar después de encontrar a Mokuba, sintieron una sensación de ausencia, más Joey quien se encontraba hincado en el suelo con su puño en su corazón.

-Maya... Prima no... No puede estar... -Se reincorporó y corrió hacia la burbuja, la atravesó y para su disgusto estaba del otro lado, pero fuera de la esfera. Corrió de regreso y volvió con sus amigos.

-¡Maldito, Pegasus! -Una y otra vez, corrió y atravesó la esfera obteniendo el mismo frustrante resultado hasta caer agotado y con ardor en las piernas -¡¡¡Maldito seas, Pegasus!!!

Dentro de las nubes de las sombras, Yami con la vista caída tronó sus nudillos y la sangre salió de las ranuras de sus puños cerrados manchando el tablero. Se podía sentir y ver su furia arder y tener la capacidad de quemar a cualquiera que lo apenas llegase a rozar.

-Pegasus... -Yami masculló en voz alta tensando sus dientes -¡Te aseguro...que esto no se quedará así! ¡Pagarás por Maya y mi querida Miyu!

Pegasus, por su parte, estaba frustrado ya que la pequeña Maya utilizó su "don" y consiguió que no fuese tocado por él jamás. Mas fue breve su estado.

La portadora del octavo artículoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora