Capítulo XI: La familia

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Mientras el grupo buscaba a Mokuba por toda la isla, Yami y Miyu observaban todo detrás de sus contenedores.

Miyu miraba la expresión de suma preocupación en Maya y no pudo evitar ser contagiada por esa emoción.

-Ojalá puedan encontrarlo a salvo -musitó Miyu mirando al suelo.

Yami puso una mano en el hombro de ella tratando de animarla.

-No te preocupes. Estoy seguro que estará bien -le dijo Yami dándole esperanzas -Por cierto, hay algo que me pregunto.

-Dime, Yami.

-Si no recibiste el disparo, ¿por qué caíste?

-Pues....la verdad no lo sé. Sentí como un golpe muy fuerte en el pecho justo en el momento que se escuchó el disparo.

-¿Un golpe?

-Pero....lo extraño es que...vi a Kaiba. Al verdadero Kaiba.

Yami abrió los ojos sorprendido.

-Lo vi en frente de una pantalla con una mirada de asombro y tristeza. Me acerqué a verlo más de cerca y justo en ese momento vi como Kaiba se iba por una puerta secreta detrás de una de las pantallas. Me volteé al ver que unos hombres de traje entraron al lugar y se decepcionaron al saber que Kaiba se les había escapado.

>>Uno de los hombres parece que habló en el aire con alguien y dijo que Kaiba había usado la computadora de su mansión para afectar al dragón blanco. Ahí fue que me di cuenta que había sido Kaiba quien detuvo a su propio monstruo.

-Entonces si fue verdad.... Escuché su voz diciendo el nombre de Yugi...

Ese comentario de Yami llamó la atención de Miyu.

-¿Tú también lo escuchaste? ¡Creí que fui solo yo, pero dijo el nombre de Maya! -dijo Miyu sorprendida -¿Por qué lo escuchamos?

-Eso no lo sé; pero ahora hay algo que me alegró mucho -dijo Yami sonriendo.

-¡Yo sé que es! ¡Te alegra que Kaiba esté vivo! -contestó Miyu con el mismo gesto.

-No sólo eso...

Miyu iba a decirle "¿qué otra cosa es?" cuando de forma inesperada; pero a la vez alegre, Yami la abrazó.

-Me alegra saber que estás bien

Las mejillas de Miyu se enrojecieron por al acto, mas no lo rechazó y de forma cálida correspondió dejando reposar su cabeza en el hombro de su compañero. Para dos completos desconocidos eso sería algo fuera de si; pero para ellos, era como si ya lo habían hecho antes y varias veces.

-Gracias por preocuparte por mí, Yami.

-No me agradezcas, Miyu. Espero nos llevemos bien.

Miyu le sonrió y Yami se sonrojó al ver majestuosa sonrisa.

-Yo digo lo mismo, Yami.

Miyu al ver el sonrojado de su amigo apartó la mirada con las mejillas de la misma forma que él.

[...]

La tarde con sus tonos naranja y amarillo se hizo avisar para la isla.

El grupo de amigos buscó hasta ese momento al pequeño Kaiba sin éxito.

-Mokuba, ¿dónde estás? ¡No es momento de jugar! -gritó Yugi mirando por todos lados.

-¡Moki! ¡Si me escuchas grita! ¡Moki! -vociferó Maya con la voz llorosa y temerosa por su amigo.

Rápidamente el grupo se reagrupó.

-¡Ese sujeto debió llevar a Mokuba de regreso al castillo de Pegasus! -dijo Joey.

La portadora del octavo artículoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora