En una habitación de color blanco con dibujos de flores y mariposas monarcas, acostada en su cama, estaba una chica de cabellera corta hasta los hombros castaña con un mechón izquierdo de color rojo vino. Tenía ojos eran un tono un poco más oscuros de su cabello que eran cubiertos por unos lentes de vidrio reflector y algo finos de grosor.
Llevaba un uniforme de preparatoria de color rosado y la falda era celeste. Estaba probándose su nuevo uniforme para su primer día de clases en la preparatoria de la ciudad de Domino en Japón.
La chica de unos quince años de edad miraba el techo buscando un poco de fuerza para recomenzar su vida después de lo que vivió.
-Tengo que seguir adelante.... Ellos no hubieran querido que me quedase sentada y dejar pasar mi vida...lo extraño demasiado...
La joven miró en una mesita de noche una fotografía en un marco de plata en donde se veía a un hombre y una mujer vestidos con batas, dos chicos gemelos de 16 años con uniformes de preparatoria extranjera y una niña de unos 7 años de la misma cabellera que ella; pero más larga.
Sus ojos comenzaron a humedecerse y una lagrima rodó al lado de su ojos hasta caer en la sábana blanca.
-Maya tesoro, ya te...-
Entró una mujer mayor hermosa de blanca cabellera rizada. Llevaba una bata de laboratorio, una blusa celeste abotonada y una falda negra.
Maya se levantó de golpe de la cama. En cuanto la señora vio a la chica, su corazón se estrujo y fue a envolverla entre sus brazos
-Tesoro... No me gusta verte así -La mujer le quitó los lentes y le limpió el río de lagrima de su ojo.
-Maya, escucha... Tú eres una niña muy fuerte. Debes darle gracias a la santa madre del cielo que todavía estás aquí.
-Abuela...
-Me dolió mucho cuando supe que mi hijo, mi nuera y mis nietos fueron asesinados -La señora pausó un segundo -;pero sentí alivio cuando supe que seguías viva. No sabes cuánto desearía dar todo lo que tengo para que ellos regresarán.
La señora se puso a llorar sin soltar a la joven.
-Abuela...
Maya abrazó a la señora sintiéndose culpable por hacerla llorar.
-No llores abuelita...por favor... ¡Mírame! ¡Estoy sonriendo! -dijo la chica secando sus lágrimas y mostrando una sonrisa.
La mujer sonrío y besó la frente de su nieta.
-Tu papá siempre hacia eso cuando me ponía triste. Siempre me sonreía para que me pusiera feliz.... Déjame verte.
Ambas, abuela y nieta, se levantaron de la cama y la mayor vio con cuidado a la menor.
-Te ves preciosa... Eres casi idéntica a tu madre cuando tenía tu edad -La chica se sonrojó ante tal alago y abrazó a su abuela.
-Gracias abuelita por acogerme y apoyarme -dijo Maya tomando con fuerzas las manos de su abuela con una gran sonrisa.
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La portadora del octavo artículo
Fiksi PenggemarUn rey y una reina separados a costa del bien del mundo. Un chico y una chica se conocen. Nace o renace algo. Un artículo oculto por amor. "Volver" a amar, volver a salvar al mundo. "Si esta leyendo esta historia en cualquier plataforma que no sea W...