Capítulo 5 (Parte 2)

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                                                                       Capitulo dedicado a @lector_nocturno y a Linda



...continuación del flashback



Sabes muy bien lo que hago aquí. Traté de hacer las cosas de otro modo, pero no me dejaron otra opción. —Respondió Aisha.


     —Creo que es la decisión más estúpida que has tomado en tu vida. Muéstrame tus manos y deja de hacerte la inteligente. Eres solo una simple mujer. —Gruñó 'el orangután' con sorna y lascivia sin dejar de lamerse los labios, repasando las curvas de Aisha con lujuria.


     —Sabes muy bien  lo que he venido a buscar. Tendrás que matarme antes de abandonar este lugar sin ello. 


     —Pues lamento mucho tener que hacer esto, gatita. —Respondió 'el orangután', con la petulancia y arrogancia de siempre mientras apuntaba a la hermosa Aisha con su mirada fija y penetrante. 


     'El orangután' sin dudarlo un segundo, accionó el arma con naturalidad, apuntando directamente a la cabeza de Aisha, pero el arma tenía el seguro aún. Esto le da un segundo de reacción a Aisha, quien sólo se encuentra a menos de 2 metros de distancia del orangután para salir del campo de su disparo a la velocidad de un rayo.


     Éste se abalanza sobre ella confiándose en su tamaño y fuerza menospreciando el hecho que Aisha es una mujer delgada y en tacones pero no cuenta que ella con un hábil maniobra, salta ágilmente por sobre una silla y corre a una esquina opuesta y se oculta tras un mueble grande. Aisha con el corazón latiendo a mil por segundo, intenta buscar algo a que apearse... 


     —Recuerdo que divisé un objeto y con él le atiné un golpe sobre la frente que lo atonto, dándome la oportunidad de romperle un silla sobre la cabeza, y para asegurarme que no se levantara me acerqué  hacia su arma. Pero al acercarme no conté con que 'el orangután' ya empezaba a moverse nuevamente y esta vez se me tiró encima.  Ambos iniciamos una disputa que se originó por obtener el arma,  que yacía a unos centímetros de mis manos, el desenlace sería fatal para uno de nosotros. La suerte estuvo de mi lado, pues apenas pude contar con una pequeña ventaja sujeté el arma primero con desespero y sin pensarlo de modo autómata apunté a donde fuera que le diera al 'orangután'. La muerte dejó salir su frío aliento muy cerca de mí, pero el curso de los eventos había cambiado drásticamente a mi favor, aunque la bala que disparé le dió en el hombro a aquel coloso. Y eso me dió nuevamente la ventaja para poder huir, no dejé de ser perseguida por 'el orangután',  por ello apenas pude correr y esquivar los objetos que me eran lanzados uno tras otro. Como pude giré y con un certero disparo le di, con la última bala, directamente en la cabeza.


     Finalmente, después de esa 'batalla' que dejó el lugar completamente destruido, pude recién salir de aquel lugar con la lista del desembarco que no parecía ser demasiado valiosa, pero que tenía un significado muy importante para mi, pero sobre todo para Zeta y sus hombres , quienes luego de la muerte del 'orangutan' , sabrían quién estaba detrás de todo aquel caos de los desembarcos, lamentablemente despúes de ese día no he podido volver a ver a mi hijo>>


...fin del flashback



     —Te dije que te quiero suplicando por más. —Gruñó enérgico Zeta  amarrando sus manos a un poste de la habitación para azotarla como a él le gustaba hacerlo. 


     Aisha era una chica con una larga cabellera negra, con piel bronceada y un acento seductor. Con una figura de sirena, y sus ojos color café con sus largas pestañas resultaban muy atractivos, porque armonizaban con su rostro fino y delicado. Era difícil no quedar atrapado por sus encantos, y Zeta no podía sucumbir a ellos. Pero no podía ser blando con ella porque de alguna forma ella era una mujer con garra y capaz de todo lo que él le impusiera hacer para conservar a un hijo inexistente que ya había muerto hacía un año atrás pero que él jamás le revelaría.


     —¡Así! ¡Golpea más fuerte! —Dice Aisha tragando su enojo y su repulsión.


     —Esto te gusta, ¿no? —Responde Zeta.


     —Me encanta, no pares.  —Gemía Aisha con un nudo en la garganta, pues sabía de antemano que nunca nada era suficiente para Zeta. Pero su hijo valía cada sacrificio al que ella se sometía con tal de seguir recibiendo sus audios. Audios en los que un niño le decía con su voz inocente que estaba feliz y de vacaciones. O le contaba sus aventuras en medio de risas y alegrías diciéndole que comprendía que estuviera distante por su importante trabajo. Pero que su papi Zeta lo cuidaba mucho y le decía que ella era muy inteligente e importante.


     —<<Estoy orgulloso de ti mamita>> Eran palabras mágicas que permitían a Aisha todo tipo de bejámenes en ella y eran la fuerza para convertirse en una especialista en armas y en estrategias para culpar a bandas rivales, asesinar a sangre fría y someter a quien tuviera que someter para que su hijo siguiera pensando en ella como la mejor madre del mundo. El resto le importaba un carajo.


     —En esta ocasión tus palabras serán órdenes, mi hermosa Aisha. —Decía Zeta con un extraño brillo en su mirada.


     Zeta se encuentra en el cielo, mientras disfruta de un excelente encuentro con Aisha, y aun cuando la tiene drogada a sus pies, a punto del orgasmo, no puede creer lo que está viviendo. La mujer no se contiene y deja salir un alarido en señal de que ha alcanzado el orgasmo. Y a continuación sigue Zeta expulsando todos sus fluidos sobre los glúteos de Aisha, quien finge disfrutar al sentir cómo las gotas de semen corren por su cuerpo, y Zeta esta complacido pues cree que la tiene en sus manos dispuesta a todo lo que él disponga para ella sin chistar y sonríe para sí mismo.



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