Capítulo 8

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Capítulo dedicado a @Lector_Nocturno, @Gruiter @Jaiver29, @Wandy45, @NeroSven, Marito   

      Era la primera vez en casi un mes desde que Zao pudo tener a "la mujer misteriosa" lo más cerca posible y casi frente a él. Ahí comenzó el fanatismo: descubrió el secreto en "la mujer misteriosa" y la imagen perturbadora. Primero fueron las pesquisas; todas llenas de hallazgos sorprendentes. Ambigüedad entre su accionar y ojos asombrosos  que ciñen tristezas, cercenamientos, ansiedades que encubren lágrimas y deseos de evasiones: Ella había ingresado a un bar con cinco hombres que a simple vista eran su seguridad personal. Y en su caminar Zao podía leer ataduras ancestrales, como destinación, que jamás la ha abandonado. Y él haciéndose el disimulado, a la par suyo, ingresó al establecimiento pagando una fuerte cantidad por el ticket de ingreso sin chistar. Mientras que ella y sus hombres sólo pasaron con un pase VIP y se fueron directo a la parte de adelante hasta perderse por una puerta.

     —¡Que genial! —dijo Zao para sí mismo— Al fin podré ligarme a toda una celebridad  del misterio, tomando el boleto y el tríptico en el que se anunciaba el programa de la noche. Algunas bandas locales y nada que llamara su atención, más que la "propia mujer misteriosa".

     Al ingresar al interior del bar pudo ver luces de neón en todas partes y una barra libre desde donde podía tener acceso panorámico a todo el recinto, por ello decidió sentarse en la barra y pidió un trago y mientras el espectáculo estaba en curso anduvo con disimulo observando cada una de las entradas y pasadizos que podía ver a simple vista, los dos alejados de la zona de servicios, por lo que decidió permanecer allí todo lo que pudiera. 

     Cuando ya estaba por irse vio que la última banda de rock iba a salir al escenario y eso atrajo a la mujer misteriosa nuevamente al recinto en el que él se encontraba. Era como la constatación de una obsesión, de una terquedad que asombra y embriaga. Por ello volvió a sentarse en donde estaba y sin decir palabra alguna. Vio que ella se acercó a la barra, a casi un metro de donde él se encontraba. 

     Desde la primera vez que la vio no imaginó que pudiera existir mujer tan bella. Ella estaba a sólo unos pocos centímetros de su lugar y aunque no estaba en sus planes su corazón se aceleró un poco y se le formó un nudo en la garganta y todo su cuerpo pareció paralizarse. "La mujer misteriosa" estaba allí y con el abrigo abierto dejando a sus ojos el contorno de sus pechos y parte de su fisionomía que podía quedar al descubierto. El mundo de "la mujer misteriosa" es siempre uno para Zao y lo maravilloso es que ése sólo mundo es polifacético, diverso. Nace siempre de lo cotidiano, diríamos que de lo modesto, de lo sin nombre, pero que poco a poco, sin nerviosismo, sin intranquilidades, Zao va recorriendo con su mirada su silueta en un lento camino hacia lo insólito. Pudo comprobar que ella no era una ilusión, ella no llevaba ni una pizca de maquillaje encima. Y esa mirada perdida que tenía mientras bebía de su vaso irradiaba muchas cosas. Cosas que Zao estaba dispuesto a jugarselas por entero.

     —Disculpe bella dama, ¿sabe si esta banda siempre toca en éste lugar?

     —¡Eh!

     —Le preguntaba si esta banda de rock, siempre toca en este lugar.

    —¿Por qué me lo pregunta a mí?

    —Disculpe me ganó el entusiasmo, es que el grupo es buenisimo, ¡y el vocalista es estupendo! ¡Oh! Perdón, ...mi nombre es Zao. Y no fue mi intención incomodarla. Pero sucede que a veces suelo ser muy charlatan.

     —Pierda cuidado.

     —Si la incomode no fue intencional. Es que simplemente soy un amante del rock.

Las pasiones de ZaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora