Imposible

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1O━━━━━CAPÍTULO DIEZ. IMPOSIBLE.

Era ya por la noche, y mañana me tocaría ir a hablar con El Jefe de Magia. Durante la cena Alexa había evitado el tema de lo sucedido previamente, para que no me pusiera más nerviosa. Estuvimos hablando sobre las misiones de nuestros compañeros. Las diferentes familias los acogerían y daría de comer, mientras que ellos intentaban descubrir más sobre sus respectivas magias. 

Diego resultaba ser muy majo, estuvimos jugando a las cartas y me dejó ganar. Él decía que no, pero estoy segura de que sí.

Estaba tumbada sobre la cama, cuando llamaron  a la puerta. Me asusté y bajé corriendo, a pesar del mareo que seguía teniendo. Pero era Marta, (¡menos mal!)

—Hola, salvadora—me dijo nada más entrar.

—Hola Marta—le contesté—¿Qué haces aquí?

—Solo venía porque acabo de llevar a todos tus compañeros a sus nuevo hogares, y quería saber si estaba todo en orden—repuso ella.

Y se quedó un rato hablando con Diego y Alexa. Me disculpé y me fui a dormir de nuevo. No comprendía como habiendo dormido tooodo el día, estaba tan cansada. 

Z z z z

—¡Buenos días!—me despertó mi maestra—¡Corre, baja a desayunar, que el director te espera en su despacho a las once!

Sus palabras hicieron que me pusiera en marcha. Aún que me llevase mejor con el Jefe, le seguía teniendo respeto y eso exigía puntualidad.

Después de vestirme y tomarme unos cereales me recogió Marta en su famosa furgoneta blanca.

—¿Es algo importante?—le pregunté y me miró confusa—Lo que me va a decir.

—Más bien sorprendente—me dijo y no volvimos a hablar durante el trayecto.

Al llegar al despacho, tuve que esperar al director unos minutos hasta que llegó.

—Buenos días Emma—me saludó—No te asustes con tanta noticia, me ha dicho Alexa que estabas un poco nerviosa.

—Saludos, director—me limité a contestar.

—Bueno...—empezó a relatar—Lo que te voy a contar es un poco difícil de asimilar tan rápido, pero te acostumbrarás—dijo—¿Recuerdas la biblioteca prohibida?

—Sí, y lamento mucho haber entrado...yo...yo solo quería investigar un poco—le respondí.

—No, no...nada de eso...de hecho, no sabía que habías entrado.—sus palabras me sorprendieron—Bueno, sigamos, ¿supongo que ya sabes su historia entonces?—asentí—Pues  en uno de los libros que hemos revisado mi equipo y yo, ponía que cuando los tiempos oscuros se acerquen a Smasville, habría una persona que tendría una especie de "poderes mágicos", para salvarnos...—vacilé un segundo, ¿esa persona sería yo?— ...primero no creíamos ni una palabra de ese libro—continuó hablando—pero las cámaras de la entrada de vuestra casa grabaron lo sucedido ayer y...—paró de hablar un segundo—creemos que es cierto y que esa persona eres tú—terminó.

—¿Cómo?—le dije—¿Me estás diciendo que yo, tengo poderes mágicos, y debo de salvar a Smasville de una catástrofe?

—Así es, Emma.

—¡Pero eso es imposible, nunca antes me había sucedido algo parecido!—le espeté.

—Ya lo sé, pero aún que no tengamos ni idea de esto, te ayudaremos.

—¿Ah sí, y cómo?

—Mi equipo está investigando en ese libro, y en él se encuentran trucos para controlar la magia—me contestó—Pero para ello me tienes que contar todo lo que sepas sobre lo que te pasó.

Y así lo hice, le expliqué lo que sabía, (que no era mucho), y volví a casa.

 Alexa y Diego sabían lo sucedido y me felicitaron, pero a mí no me hacía ninguna gracia, no me dejaba de preguntar lo mismo:

« ¿Por qué a mí? » y « ¿Qué tendía que hacer? »


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