¿Traicionados?

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 36━━━━━CAPÍTULO TREINTA Y SEIS. ¿TRAICIONADOS?

—¿Esther? —exclamé—¿Qué estás haciendo aquí?

—Lo siento—fueron las únicas palabras que pudieron salir de su boca en ese momento.

—¿Cómo?—preguntó Harry.

—Siento haberme ido con El Benco, haber traicionado vuestra confianza...

—Uff—bufó Diego—No me lo creo, ¿cómo sabemos que no mientes?

—Cierto—añadió Jon—Puede que sea otra "infiltrada".

—¿Y por qué te arrepientes ahora?—Sarah preguntó.

—He hablado con Ayelén, ella me ha explicado toda la historia...

—¿De qué historia habla?—interrumpió mi amigo Harry.

—¡Deja que termine!—grité, nerviosa.

—La historia de Smasville—las manos de Esther temblaban, y sus ojos miraban al suelo—Ya lo he entendido todo, de verdad lo siento mucho—comenzó a explicar—Ayelén me ha explicado que el poder principal es la transformación, y que, Diego me había estado reemplazando todo este tiempo, pero esta vez la que tendría que actuar sería yo, por eso estoy aquí. 

Todos estábamos sorprendidos, todo parecía encajar perfectamente. Algunos desconfiaban un poco, pero al final decidieron creerla, porque si no, no había otra forma de que esto cuadrase. 

—Está bien, te creemos.

—¿Qué?—exclamó Sarah atónita.

—Sarah, no hay otra manera...

—Sí, sí que hay más maneras, lo que ocurre es que nos volverá a traicionar, sabemos como es. 

—Una última oportunidad, dadme una última oportunidad por favor, no os estoy engañando—dijo Esther y Sarah bajó la cabeza.

Esther se puso en marcha hasta el ecosistema con su frasco. La verdad, yo la creía, pero...¿por qué iba a confiar en alguien que me ha traicionado y deseado la muerte? Pues por Ayelén. No había otra forma de que ella se hubiese enterado de la conversación que tuvimos, por lo tanto, la primera habitante de Smasville se lo contó. Yo estaba un poco triste, pues Sarah llevaba razón, y yo apenas le había dejado hablar. Y Sarah era mi mejor amiga, ¿no? Ya que Carla ahora tenía a otra. Pero bueno, ya habría tiempo de pensar en esto en otro momento.

Uno minutos después, vimos a Esther viniendo hacía nosotros, sin el frasco y con lágrimas en los ojos. Mi expresión y la de mis amigos lo decía todo, ¿que habría pasado?

—Estoy...estoy harta de fingir—dijo ella cuando llegó hacía nosotros.

—Esther, ¿qué dices?—le preguntó mi hermano.

—Se suponía que tendría que llegar llorando, diciendo que ellos me habían quitado el frasco, mintiendo. Pero sin embargo no, esta vez no me van a utilizar a cambio de dinero. Mi misión sería no coger el humo y tirar al campo el pequeño bote, pero sin embargo aquí lo tengo—lo sacó mientras que se iba tranquilizando—Lo siento, perdón por intentar traicionaros otra vez.

—¿Y lo de la conversación de Ayelén? ¿Cómo lo sabes?—levanté una ceja, sorprendida.

—Pa..pa..Paula—tartamudeó. Al escuchar escuchar su respuesta, entré en pánico. La nueva amiga de Carla solo la usaba para espiarme y saber información sobre mí. Esto se tenía que acabar ya. 



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