Hawks Ese guitarrista que tenía vuelta loca su cabeza, en realidad detrás de esa máscara y esas alas se escondía su mejor amigo Takami Keigo que la amaba con locura.
Para Keigo, Hikari era su mejor amiga y la persona que amaba, sin embargo ¿como pod...
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Era enero, la brisa fría del invierno aún seguía presente Hikari se encontraba en casa de su mejor amiga Momo escuchando el nuevo Single de Zerø Gravitty y no porque le gustase la banda sino porque querían saber que tan era la competencia del adorado Ultra Stars de la chica de ojos azules.
- Son buenos -dijo Momo tragando en seco, Hikari miró el álbum que Momo poseía de Ultra Stars y sonrió.
- Serán buenos pero no están a su nivel -dijo la chica segura de su banda favorita.
Momo suspiró y la miró impactada, su amiga estaba ciega por el brillo de aquella banda no podía ver que los novatos podrían sobrepasarlos en cualquier momento, pero ellas no podía hacer nada solo seguir dando el apoyo requerido a Ultra Stars. La pelinegra se levantó de su asiento y acto seguido le sonrío a la señorita nadie le gana a mi Hawks.
- Deberías fijarte en algún otro chico, estás demasiado obsesionada con ese guitarrista -le requirió su amiga y ella solo giró los ojos haciendo como si no le importará.
- No hay nadie que me interese más que él -afirmó más para ella misma que para su amiga, Momo dio un pequeño suspiro sintiendo un poco de pena por Keigo - Además deberías tú también fijarte en alguien -la pelinegra se sorprendió un poco por las palabras de la pelirrosa y sus mejillas se sonrojaron un poco.
- Mi vida amorosa no es la que depende de un chico que a penas le conozco el rostro -trató de ocultar su sonrojo con el mechón sobresaliente de su pelo.
Hikari miró la hora en su celular, ella estaba trabajando para poder mantener la renta del apartamento y además de pagar sus clases de la universidad a la que asistía. Justo era la hora de irse a su trabajo medio tiempo como mesera en una pequeña cafetería.
- Momo debo irme -le dijo levantándose de la silla para recoger sus cosas.
- Takami-san es muy amable, mira que de todas las compañeras de cuarto que pudiera elegir tenías que ser tú -Hikari no sabía si tomarse eso como una ofensa o un elogio, la pelinegra le lanzó su mochila y le sonrió - Deberías tomar más en cuenta sus sentimientos -la chica miró a su amiga confundida sin saber lo que Momo podría estar tratando de decir.
- ¿Los sentimientos de Keigo? -los orbes azules de Hikari mostraban confusión y Momo negó con la cabeza negando por completo sus palabras.
- Nada solo no le des problemas a Takami-san más de los que tiene -le sonrió la chica de ojos negro y Hikari la miró aún más confundida, pero no le dio la importancia necesaria a las palabras de la chica de pelo negro, tomando su mochila se dispuso a salir de la casa de su amiga, debía apresurarse si quería llegar a tiempo para su turno.
Hikari atendía con una sonrisa el local, caminaba como si fuese una bailarina entre las mesas sirviendo a sus clientes con mucha amabilidad y paciencia, un chico de cabellos rubios se acercó a ella para ayudarla con algunas bandejas. La pelirrosa le sonrió ante aquel acto de amabilidad, aquel chico poseía una sonrisa destellante dejando encantadas a muchas de las clientas del negocio. Después de aquella agotadora jornada Hikari le estaba dando brillo a la última mesa para poder irse a su hogar.
