Takahata Akemi, mi mejor amiga de mi antiguo colegio, ambas habíamos convivido desde el jardín de niños y nos habiamos convertido en muy buenas amigas (creo que incluso desde antes ya nos conocíamos), en mi antigua escuela nos sentaban por lista así que Akemi quedaba detrás de mi, aprovechamos cada momento juntas, ya sea en clases o en los descansos, incluso tenemos un collar que ambas aún compartimos.
- Oh... Que gusto me da verte, Aki chan -me abrazó fuertemente, teníamos mucho sin vernos.- Pensé que no te volvería a ver.
- A mí igual Akemi -intensifique el abrazo, la había extrañado mucho.
- ¿Dónde estabas?, Pensamos que habías muerto -dijo preocupada mientras se separaba de mi.
- Tranquila, estoy bien -sonreí para que no se preocupara más.
- Haz adelgazado mucho, ¿Estás comiendo bien? -me cuestionó con voz amable tomándome de las mejillas, de verdad parecía preocupada.- ¿Te duele algo?.
- Si tranquila, es solo que he estado haciendo más ejercicio -volví a mentir.
- Oh... Bueno, me alegra que estés bien -se sentó en una de las sillas.- No paramos de pensar en ti, después de que falleció tu abuela e irte a vivir con alguien que prácticamente no conoces, debiste de haberlo pasado muy mal -realmente se escuchaba preocupada.- Todos estamos muy preocupados por ti en la escuela, principalmente Akihiko.
Akihiko es el hermano menor de Akemi, ellos dos son gemelos, sin embargo son muy distintos. Akihiko es despreocupado a simple vista y muy simpático, como si fuera el chico "genial" del salón pero sin ser desagradable, y Akemi es alguien que se preocupa por sus amigos y está empeñada en hacer lo correcto, es muy simpática una vez la conoces, aún así decidí tranquilizarla.- Tranquila Akemi, estoy bien, me ha ido bien, claro tengo mis altibajos... Pero nada fuera de lo normal, no tienen porqué preocuparse, enserio estoy bien -cada palabra era mentira, pero no quería preocupar a mi mejor amiga de la infancia con mis problemas.- Sabes... De jueves a domingo me estoy quedando con mi tío Makoto... Tal vez podamos jugar como antes -le sonreí para compensar todas las mentiras que le dije. A ver, ¿Qué esperaban?, ¿Yo diciéndole a mi mejor amiga que vivo en un agujero, en mi nuevo colegio me tratan de puta, duermo en un agujero que comparto con ratas y mi progenitora me golpea para su simple placer?. Nop, no quiero preocuparla, además... Su padre mandaría a matar a Naoko en un abrir y cerrar de ojos... Y no bromeó.
- Me parece perfecto -se levantó de la silla con un salto de entusiasmo.- Bien entonces... Nos veremos después, ¿verdad? -arqueó una ceja, ya que la última vez que nos vimos le dije que nos veríamos después.
- Por supuesto -sonreí cerrando mis ojos.
- Bien, le diré a los demás que te encuentras bien, tengo que irme, oh... Casi lo olvido -se acercó a mi buscando algo en su bolsillo.- Toma, Akihiko me dijo te lo diera si algún día te veía -en su mano estaba el collar de cristal que su hermano siempre llevaba consigo, no podía creer que él me diera algo tan importante para él, me sonrojé.
- Akemi... No puedo tomarlo, se lo dió tu abuelo -me negué sabiendo la importancia que ese collar tenía para Akihiko.
- No importa, él quiere que lo tengas para que siempre lleves contigo un pequeño fragmento de él, así que anda... Tómalo -esta vez sonó como una orden, lo tomé con delicadeza entre mis manos sonriendo.
- Gracias...
- No agradezcas Aki chan, bueno... Me tengo que ir, debo estudiar para los exámenes... Les diré a los demás que también los extrañas, no vemos -sonrió mientras se dirigía a la puerta.
- Nos vemos, Akemi...
★∆★.
- Oh... Ahí estás mi bella princesa -dijo mi abuela mirando en mi dirección. Estaba recostada en su cama y con sus lentes puesto, ella... Había sufrido su primer ataque hacia unas semanas y el doctor le había recomendado el reposo.
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Loca De Amor: La Historia De Una Asesina.
RomanceAkiko Takahashi nació producto de un noviazgo donde el sexo era lo único que lo mantenía en pie. Fue abandonada por su madre y padre, dejándola con su abuela quien la crió hasta los siete años ya que por su fallecimiento no pudo hacer más. La madre...