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Llamaron a Kiyoshi en ese preciso momento y tal parece que él número de teléfono que me había dado era solo para que yo lo llamara (de esa forma me atendería más rápido), se sorprendió mucho cuando escuchó que era la policía, supongo que pensó que me había sucedido algo malo y que él era mi único contacto a quien llamar.
Acordaron una cita para ver qué tanto sabía a el respecto y saber si su declaración era válida, dijo que después de terminar me llevaría a comer por ahí, la cita se llevaría acabo el martes por la mañana, el miércoles lo utilizarían para procesar todo y el jueves le llegaría el citatorio del tribunal a Naoko. Todo muy bien pero decidieron que la demanda debía sorprender a Naoko, así que por más que mi tío quisiera esconderme decidieron que actuaramos como siempre y eso significaba... Que yo volvería con ese mounstro. Y ahí estaba yo, arriba del auto de mi tío discutiendo me si bajar o huir de ese lugar mientras miraba el frente de la casa de Naoko.

- No quiero bajar, no quiero estar con ella -dije aún observando el frente de la casa.

- Tranquila hermosa, solo será hasta el miércoles en la tarde, vendré por ti y no la volverás a ver jamás -pasó su mano por mi cabello, hasta llegar a mi mejilla.

- Pero... ¿Qué tal si ella se... Entera?, ¿Qué tal si el citatorio llega antes?, No quiero bajar, no quiero estar con ella -estaba muy alterada, nunca me he sentido segura al lado de ella.

- Akiko -me llamó con voz fuerte y lo observé de manera atenta.- Tranquila, no sucederá nada, y si sucede algo... Será un motivo más para que se pudra en la cárcel -acarició mi mejilla.- Tranquila, yo te estaré protegiendo, te lo prometo.

Tenía un nudo en la garganta por el miedo que sentía, esto era como un dejá vu de cuando vine a vivir con Naoko, cuando mi tío me dejó ir con ella por primera vez.
Lo abracé fuertemente, me despedí y bajé del coche con lágrimas en los ojos para entrar en casa.

Devuelta a la horrible rutina.

Lunes.
Regresaba caminado del colegio, había tenido un día muy agotado, eran las últimas dos semanas de clases así que nos tenían muy abrumados con los exámenes, todos estamos demasiado ocupados que hasta Kimi y Óscar me han dejado de molestar momentariamente. Le conté a Ryunosuke lo que había sucedido y que mi tío ahora estaba tramitando la denuncia, su cara de felicidad y entusiasmo fue tan linda que me hizo sonreír, era lindo de vez en cuando tener a Ryunosuke de amigo. ¿Ya lo considero mi amigo?
Estaba cansada física y psicológicamente, necesitaba un respiro de todo, sin embargo... Naoko estaba en la casa, así que no me sería posible descansar.

Llegué a casa y solté un suspiro pesado, estaba hecha un desastre así que hice a un lado mis cosas y comencé a recoger, limpiando el piso pasé por enfrente del cuarto de baño y escuché alguien vomitando, tomé por hecho que era mi madre con resaca... Cómo siempre, llevaba como dos meses despertando con náuseas, así que seguí limpiando toda la casa. Cuando terminé la limpieza de la casa decidí hacer algo para comer, si Naoko estaba en casa lo más probable es que quiera comer.
Estaba preparando la carne de pulpo para hacer Takoyaki cuando escuché a Naoko gritar.

- ¡NO... ESTO NO ME PUEDE VOLVER A PASAR! -se escuchaba desesperada por algo, pero si era mi culpa en cuanto saldría me lo haría saber.

Puse el arroz en la arrocera y empecé a freír el Takoyaki.

- Tenemos que hablar ahora -la escuché saliendo del baño con su teléfono en la mano.- No, no puedo esperar, necesitamos vernos ¡YA! -entró a su habitación.

Loca De Amor: La Historia De Una Asesina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora