- Takahashi Akiko -me llamó la profesora, levanté mi mirada de mi cuaderno.- Te buscan.
Fruncí el ceño, ¿Me buscan... A mí?, Me levanté y me dirigí a la puerta, de seguro era mi tío queriéndome llevar a pasear o a comer, nada fuera de lo común, pero no era él, me sorprendí al ver a Yamamoto sama de pie enfrente de mi.
- Hola Aki chan -me saludó sonriendo, pero no era su sonrisa habitual, algo andaba mal.- ¿Qué te sucedió en el ojo? -me cuestionó tomandome de las mejillas.
- No es nada, solo es... Un orzuelo -le contesté sonriendo igual, supongo que no me creyó.- ¿Sucede algo?, ¿Porqué vino? -le pregunté tratando de no parecer grosera.
- Pues verás... He venido a despedirme -¿Despedirse?, ¿Porqué?, Me tomó por sorpresa, no quería que se fuera, él había Sido el único que me había defendido de Naoko, Él... Él no podía irse.- Tal parece que... Yo no soy lo que tu madre busca -¿No es lo que ella busca?, Por supuesto que no lo es, él es muchísimo mejor que lo que ella busca. Quería llorar, él... Él no me puede dejar con ella, no quiero que me deje con ella, quiero que me lleve con él.- Toma, puedes llamarme cuando lo necesites y ten por seguro que estaré ahí para ti, sabes que puedes visitarme cuando quieras -bajé la mirada, ¿Visitarlo?, Lo único que quiero es que no me deje.- Lo siento pequeña -me abrazó, me esforcé en no llorar, no quería llorar en público y hacer una escena. Se despidió de mi y se marchó, en cuanto desapareció de mi vista caminé a el baño, me encerré en uno de los cubículos y comencé a llorar.
Después de tres meses de tener a alguien que me apoyaba y defendía volvía a estar sola, sola con esa mujer que en cualquier momento me va a volver a torturar e incluso me podrá matar, ahora estoy a su Merced y necesito saber cómo salir de esto.
16:30.
Llegué a casa y empecé a hacer mis labores como la esclava que soy, estaba sola, tal vez Naoko salió en busca de un remplazo, algo muy normal en ella.
Después de un rato me duche, me limpié de nuevo las heridas, volví a cubrir los moretones con algo de maquillaje y me senté a ver la televisión durante un rato, estaba buscando algo bueno que ver cuando tocaron la puerta, ¿Quien podría ser?, No esperaba que Naoko regresará hoy así que de seguro es alguien más. Me levanté del sofá y fuí a abrir la puerta, mi tío Makoto estaba parado ahí con una gran sonrisa en el rostro.
Demonios había olvidado que hoy era jueves, no preparé nada para irme con él.- Hola Aki -me quedé perpleja y saludé con mi mano y lo hice pasar.- ¿Qué te pasó en el ojo?
- Es solo un orzuelo, no es nada... I-Iré por mi maleta -corrí a mi habitación para preparar rápido lo que me iba a llevar, no puedo decirle a mi tío lo que tengo en el ojo, si lo hago Naoko se va a dar cuenta y me golpeará.
Regresé a la sala con las cosas que me llevaría a la casa de mi tío y las puse en el sillón mientras acomodaba algunas libretas en mi mochila.
- ¿Estás sola? -asentí con la cabeza, no tenía muchas ganas de hablar.- ¿Qué pasó con tu madre y Kyoshi?, Ese chico de verdad me caía bien.
Ah sí, lo olvidaba, mi tío Makoto y Kyoshi se hicieron grandes amigos después de que se conocieron, al principio mi tío sintió demasiada desconfianza de él ya que era demasiado amable conmigo, me preguntó una y otra vez si Kyoshi se había pasado de la raya conmigo, sin embargo después de ver cómo me había defendido de Naoko... Mi tío le invito a tomar unas cervezas y se llevaron demasiado bien.
- Naoko salió y Kyoshi... Se fue -respondí cabizbaja y él se sorprendió.
- ¿Se fue?, ¿Porqué?, Creí que él y tu se llevaban bien, ¿Qué sucedió? -estaba sorprendido, lo comprendo, su despedida fue algo muy repentino.
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Loca De Amor: La Historia De Una Asesina.
RomanceAkiko Takahashi nació producto de un noviazgo donde el sexo era lo único que lo mantenía en pie. Fue abandonada por su madre y padre, dejándola con su abuela quien la crió hasta los siete años ya que por su fallecimiento no pudo hacer más. La madre...