VIII. Retomar una historia

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Por: @SonFuentes


¿Nos echábais de menos? ¡Ya estamos aquí!

Hoy, después de un tiempo un poco desaparecidos por estos lares, volvemos a retomar este libro. El mismo que queremos ir completando con nuevos consejos, tanto por parte del todo el equipo de romance, como con autores que podrán colaborar con nosotros. Esperamos, de esta manera, poder ir resolviendo dudas y dando pautas y tips para perfeccionar nuestra escritura.

Y cómo vamos a comenzar os preguntaréis. Pues no podemos retomar un libro, y no aconsejar cómo podemos hacerlo. Porque a veces, nos encontramos con que una historia se nos resiste. Lo veíamos muy claro pero, de pronto, no quiere salir. Bueno, es normal, a veces pasa, y eso no es necesariamente malo, porque nos ayuda a tomar perspectiva.

En ocasiones, si estamos estresados, si no nos podemos concentrar o, si simplemente se han secado las ideas, no nos va a fluir la historia tal y como queremos. Puede que forzarse a escribir (que no esforzarse en escribir), haga que la historia pierda credibilidad. Que un personaje se desdibuje, o que una escena no sea creíble.

Pero imaginemos que ha pasado un tiempo desde eso. Pensemos que nuestro libro ya ha estado en el congelador lo suficiente. ¿Cómo lo sacamos y que la historia siga siendo lo que fue? ¿Cómo hacemos que no se note el salto, que no se perciba un cambio en la historia? O incluso... ¿cómo volvemos a escribir? No vamos a dar una fórmula mágica, pero queremos ayudaros con una serie de pautas.

Limpia tu escritorio

¿Os parece una tontería? Pues no lo es en absoluto. Está demostrado que mantener un escritorio en orden nos ayuda a ordenar la mente, y eso es lo que nos hace falta para volver a una historia. Tener un sitio cómodo y limpio hará que queramos estar allí. Al fin y al cabo, pretendemos estar mucho tiempo ahí sentados, ¿no os parece lógico que queramos estar a gusto?

Relee lo escrito

También tiene mucha lógica, ¿no creéis? Hemos dejado reposar un escrito, lo hemos mantenido ahí parado sin saber muy bien qué hacer con él. O simplemente porque no tenemos tiempo de escribir y no hemos avanzado. Bien, es lícito que nos tomemos un tiempo, pero una vez que queremos seguir con ello necesitamos saber qué escribimos antes.

Sabemos que la norma general es no releer lo que llevamos escrito, porque eso nos va a llevar a corregir fallos y a fustigarnos con cosas que hemos hecho mal. Pero en este caso, hablamos de que ha pasado un tiempo desde que dejamos atrás nuestra historia, ¿verdad?

En ocasiones, es que pasa tanto tiempo, que hasta hemos cambiado nuestra manera de escribir. A veces hemos evolucionado y, releyendo, podemos comprobar si escribimos alguna barbaridad; o si antes no, pero ahora sabemos describir mejor; o incluso nos parece que nuestro personaje principal no es creíble. Esto es bueno, podemos de esta manera darle una forma nueva. A lo mejor antes no sabíais el uso de los guiones correctamente y ahora sí, perfecto.

Releer nos sirve para saber qué hicimos mal, y también para saber qué hicimos bien, porque seguro que también hay muchas cosas. Nos permitirá ver si hay fallos de continuidad, e incluso recordar cómo se llamaba nuestro personaje. A lo mejor ahora odias el nombre de Erundino y lo quieres cambiar. Perfecto, es comprensible que quieras hacerlo. Estamos contigo.

No te agobies.

Ya hubo un momento en el que la historia se te resistió, así que no te va a salir todo sin más y a toda velocidad cuando decidas retomarlo. No, eso solo funciona en las películas, donde tienen hora y media para contarnos todo. Pero en la realidad, hay que tomárselo poco a poco. Hay que ir paso a paso.

No nos malinterpretes, paso a paso no significa que ya escribiré hoy cinco minutitos y mañana descanso. Hay que ser constante. Reconozco que esto puede ser de lo más difícil, pero también de lo que más ayuda. Puedes hacer incluso minimaratones contigo mismo. Ponerte el reto de estar veinte minutos solo escribiendo, lo que salga, sin presión.Te pones un reloj al lado y te olvidas del móvil y del mundo exterior.

Pero si un día solo puedes doscientas palabras, no te agobies. Mañana escribirás trescientas, a lo mejor al siguiente mil, y al siguiente bajas de nuevo a quinientas. Pero no pasa nada, porque cada palabra suma y, poco a poco, vas completando la historia.

Busca motivación.

Bien, puede que no haya mayor motivación que la de terminar nuestra historia, pero a veces eso no es suficiente. La motivación va a ser, por un lado, interna. Queremos hacerlo, y sabemos que podemos hacerlo. Si hasta hemos limpiado el escritorio y lo tenemos todo listo.

Pero también podemos tener una motivación externa. No es malo pedir ayuda, o buscarla. A lo mejor nos viene bien leer algún libro que nos encante, releer esa obra que nos ha llegado a inspirar, porque queremos hacer lo mismo que ese autor. Busca blogs de escritura, apúntate a algún taller, a algún curso online, o lee un libro de escritura. ¡O incluso lee nuestros consejos!

No te cortes en usar cualquier cosa o método que te ayude a ordenar tu mente y corregir posibles fallos. Eso te dará confianza para seguir.

Y eso sí, usa Wattpad para tener ese feedback esperanzador con tus lectores, los que seguro que están con ganas de leer algo tuyo.

Escribe.

Es lo más obvio del listado, ¿verdad? Pues eso. Despeja tu mente, respira hondo (te aseguramos que si no respiras te ahogas), pon tus dedos en el teclado o agarra bien el bolígrafo para no parar de escribir.

Por supuesto, esto no es una ciencia exacta, aquí no vale con sumar dos más dos, y cada uno tendrá su método, así que nos encantaría que nos comentárais qué hacéis vosotros, cuál es vuestro secreto o qué creéis que puede faltar en este listado. ¡Esperamos vuestros comentarios!

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