Capitulo 8

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·ALGO TUYO, ALGO MIO·

-¿C-cómo qu...?-Dib no entendía nada. Más bien, no quería entender...

-Muy simple, Dib: los vi- repitió Jonathan, sin suavizar ni un poco la expresión.  

-.Qué...qué viste?  

-Los vi besándose   

-...- Dib sintió cómo un escalofrío le recorría toda la médula espinal -¿c-com...? 

-¿como? ... pues estaba volviendo de patrullaje- comenzó a relatar Jonathan-cuando oí el griterío en la nave, pero antes de poner un pie adentro, los vi...en la ventana...a ti y a ese irken...besándose como si no...les importara nada
más...   

Dib, rojo de vergüenza, bajó la vista al suelo, mientras Jonathan, implacable, continuaba el relato.  

-Luego entré a la nave y me uní a los otros que iban a buscarte, para rescatarte de ese invasor...si supieran, Dib, lo que hiciste...  

-No se los digas...-suplicó Dib por lo bajo.   

Jonathan mantuvo el silencio durante un eterno minuto.

-¿Tú...tienes algo...con ese irken...?  

-No- respondió Dib, aunque le hubiera gustado agregar un "pero quisiera..."  

-Al menos...¿sientes algo por él?  

Dib permaneció en silencio durante unos momentos. Y luego, lenta, muy lentamente, asintió con la cabeza. Jonathan dejó escapar un suspiro.  

-¿Desde hace cuánto...?  

-Desde hace mucho- dijo Dib, levantando por fin la cabeza pero sin mirar a Jonathan a los ojos -Desde antes de que comenzara la guerra. Aunque eso no importa, si igual ya sé que no tengo...oportunidad...Él no siente nada por mí... 

-Si él no sintiera nada por ti- interrumpió el joven -¿Crees que, en primer lugar, te habría respondido a ese beso tal y como lo hizo? 

Dib enmudeció.  

-Y no sé por qué, pero sospecho que este no es el primer beso que ustedes dos comparten.  

Dib volvió a asentir, dándole la razón a Jonathan. El rubio permaneció en silencio unos minutos antes de continuar.  

-Qué piensas hacer?- Dib lo miró con los ojos muy abiertos. 

-¿¿No me vas a delatar ni nada...??  

-Oye- acotó Jonathan- tú no tienes la culpa de sentir lo que sientes, al corazón nadie le manda; y no hacerle caso suele ser peor. Ahora, yo creo que lo mejor es que vayas a hablar con él.   

-Con qué excusa? No tengo ninguna...  

Jonathan le indicó su mano derecha. Dib miró: todavía tenía, fuertemente apretado, el guante que le había sacado a Zim en un momento de pasión (XD).   

-Yo creo que sí tienes una excusa...

Así como llegó Zim a su "guarida", así se tiró otra vez en la cama; con la mente funcionando a toda máquina.
Lo había besado, luego lo había vuelto a hacer, y él le había vuelto a responder. Eso no estaba bien, eso no
podía estar nada bien. La cabeza le daba diez mil vueltas alrededor de aquella ley, impuesta por Los Más
Altos antes de comenzar la invasión...  

"Ante el inminente y casi inevitable cruce de razas que se desatará entre los irken y las razas dominadas, y con el objeto de preservar la pureza de nuestra raza, queda establecido que todos los irken, indistintamente de su sexo, posición social, etc.; deberán formar pareja únicamente con un miembro de su propia raza, es decir, con un irken de distinto sexo que el suyo. Si se encontrara a algún irken formando pareja o teniendo algún tipo de relación amorosa con alguien, del mismo o distinto sexo, que no pertenezca a la anteriormente mencionada especie, se aplicará a ambos miembros de la pareja la pena de muerte, a mandos de verdugos a decidir dependiendo de la gravedad del caso", rezaba textualmente la ley. O dicho con otras palabras; si algún irken se llegaba a enterar de los "tiernos besitos" que compartía con Dib, y el rumor llegaba a oídos de Los Más Altos, los iban a matar a los dos. Y él no podía permitir que nadie le pusiera una mano encima a SU Dib...  

Zim sacudió la mano con fastidio. Acababa de darse cuenta de que tenía un papel arrugado y mal pegoteado en la mano derecha. Lo desprendió y miró:
Era una foto, vieja y manoseada, que mostraba a Dib cuando era un niño muy pequeño. Al niñito se lo veía muy feliz, sentado como estaba en los hombros de su padre...
(Recuerdan cuando Zim metió la mano en el bolsillo de la gabardina de Dib? Bueno, eso fue lo que se le pegó...)  

Era la primera vez que Zim veía así al Profesor Membrana: sin su traje de científico, sin sus lentes y con algo más de cabello. Parecía más joven, y sonreía casi tanto como su hijo...
-Amo.  

Zim despegó la vista de la fotografía y miró al pequeño robot, que se había parado junto a él y brillaba de color rojo.  

-Un mensaje para usted...

-...?

La cabeza de Gir se abrió, y en el aire, como proyectado en una pantalla de cine, apareció el rostro de...

-iDib!  

-Escúchame bien, Zim- dijo Dib en un tono que pretendía ser crudo y escéptico, pero que dejaba entrever apenas unas notas de algo bastante parecido a la súplica- Tú tienes algo mío, que quiero que me devuelvas.  

-Zim, sentándose en la cama, miró la fotografía que tenía en las manos.  

-Sí, eso- afirmó Dib -Y yo tengo algo tuyo...  

Dib levantó el guante de Zim y lo agitó de forma casi cómica.  

-Si lo quieres de vuelta, te espero esta noche en el viejo Domo de la ciudad, a las once en punto. ¡No te atrevas a faltar!  

La transmisión terminó ahí, y Gir cerró su cabeza y volvió a su color normal.  

-Wiiii Mi amo tiene una cita!!!!!

-¡NO es una cita, Gir!

-¡¡Vas a llevarle flores!!  

-¡¡Gir!!   

-iY chocolates!  

-¡Gir, basta!  

-Y tacos, sí, amo los tacos !!! iVoy a buscar taquitos!

-¡¡Gir, no salgas, puede ser peligroso!!...

-Dubidubidú...dubidubidú...

//Gir salió por la puerta de la "guarida' (bah, era un monoambiente abandonado ——) sin hacerle el más menor caso a su amo//  

-¿Algún día vas a aprender a obedecerme Gir?  

-iN000!- gritó Gir desde afuera. 

.

.

.

Poco antes de las once de la noche Zim se adecentó un poco la ropa y se guardó la fotografía de Dib en uno de los bolsillos del traje de invasor (Que dónde tiene Zim bolsillos en ese traje??No sé, a mí ni me miren 0.0) Al poco rato volvió Gir, portando una bolsa con tacos calentitos  

-¿Gir, de dónde sacaste eso?  

El robotcito se limitó a encogerse de hombros, mientras se sentaba en el piso y se ponía a comer sus tacos. Zim lo miraba sin entender.

-Como sea. Voy a salir, Gir; no creo que vaya a tardar mucho... 

-¿Vas a ir a tu cita con tu novio?

-¡¡Dib no es mi novio, Gir!!- gritó el invasor, poniéndose bien colorado -Ugh no es una cita!Es sólo una...misión de rescate de un guante.  

-Es una cita...   

-¡¡¡Que no es una estúpida citaaa!!!- aulló el irken, ya fuera de sus casillas -¡¡¡Sólo me voy, le devuelvo la foto, él me da mi guante y listo!! y Tú sólo tienes que quedarte aquí y vigilar que nadie entre!!! Entiendes?  

-¡¡Sí, señor!!- dijo Gir, poniéndose rojo y haciendo su saludito militar. Luego volvió a su color normal- iiSuerte con tu cital!
-¡¡Pero te dije que no es una!!...Ah, ya qué- dijo Zim, harto, comenzando a irse y poniendo cara de "perro viejo no aprende gracias nuevas"...

✖ I HATE YOU ✖  ◦ZADR◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora