De la Tierra a la Luna (Charles Leclerc)

Capítulo 6

La gran tragedia de la vida no es la muerte. La gran tragedia de la vida es lo que dejamos morir en nuestro interior mientras estamos vivos.

Norman Cousins

Emma, M.

He aprendido a puros tropiezos que la opinión que tengan los demás sobre mi persona es irrelevante, y, que la opinión que tenga sobre mí impactará fuertemente para bien o para mal, tanto en mi presente como en mi futuro. Que sí, he mandado muchas cosas al carajo, he dejado de creer en las personas que me hirieron y les he cerrado las puertas de mi presente, me ha costado reír, he llorado de alegría sin necesidad de una compañía, (estoy bien porque la soledad con amor propio es la mejor y pocos conocen eso).
Ya no me interesa lo que mis padres piensen de mí. Tanto así que nunca les dije que cambie de empleo, que ahora estoy trabajando de aquella profesión que ellos decían que moriría de hambre.

Se siente tan bien hacer lo que te gusta. Tan bien que no quiero compartirlo con nadie, no quiero que nadie me lo arruine con sus malos comentarios. Solamente lo sabe Leonardo e Isabella, mi mejor amiga. Nadie más. Y ya son suficientes.

¿Qué tan malas estamos para hacer las cosas en silencio para que nadie las arruine? Cuanta envidia y malas vibras hay en el ambiente ¿No?

Hace días que ya no se más nada sobre la relación con Valentina y Leonardo, creo que ella se fue de viaje o algo así, pero me gustaría saber si mis "tips" funcionaron ya que él, sí cumplió su promesa de ayudarme.

Leonardo, V.

Fui a casa de Emma para que me ayude a preparar un trabajo de la universidad. La sentí bastante extraña, hablaba pero se notaba que en su mente estaba pensando en otra cosa.
No soy muy bueno para hacer de psicólogo y por eso preferí no preguntarle lo que le sucedía, de esa forma me ahorraría el no saber que responder. Continúe concentrado en mi computadora mientras ella terminaba un trabajo en su computadora.

Silencio, me gusta tener compañía mientras estudio. Al menos disfruto de la compañía de Emma.

—¿Qué fue lo primero que pensaste de mí cuando me conociste?—Agregó ella. No sé de donde salió esa pregunta, fue raro —No es que me interese, bueno, quizás no tanto...

—Pensé que de seguro eras muy estudiosa, correcta, educada y no me equivoque, te enojaste cuando me dormí mientras me explicabas contabilidad, pero linda...—respondí lo último un poco nervioso —¿Y tú como me encuentras, feo, lindo, pesado, un dios griego? —dije riendo.

—Eres...lindo, atractivo —respondió nerviosa, sus mejillas se habían puesto rojas —Pero eres muy egocéntrico —murmuro intentado disimular lo que acababa de decir.

—Me quedaré con las dos primeras —sonreí—Ahora me toca a mí responderte.

—Pero si ya lo has hecho.

—Pero tengo más...

—Está bien dímelo. Te escucho.

Emma, M.

Le hice esa pregunta a Leonardo pero hace días conocí a un chico, él es arquitecto y trabaja en la misma empresa. Comenzamos a trabajar juntos y el otro día dijo algo que me dejo pensando mucho por eso le hice esa pregunta a Leo. Quiero saber lo que piensa un hombre sobre mí pero las preguntas y respuesta se fueron por las ramas y termine diciéndole que era atractivo y lindo, algo que jamás se lo diría a nadie con lo vergonzosa que soy. Pero el también dijo que le parecí linda y es algo que no creo poder superar.
Que él con lo egocéntrico que es lo haya dicho vale mucho y hasta me lo termine creyendo.