VIII : Juntos Otra Vez

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X2 - ... ¡E-espera! ¡Miren, está respirando nuevamente! -

X - Gracias a Dios... un poco más y moría. -

A - *se levanta* ¡Ru-Rusia...! Tengo que irme *se quita los tubos*. -

X3 ¡E-espere, señor! Tiene que recuperarse. -

Desesperado corrió por los pasillos en busca de un ruso, detrás suyo venían un par de enfermeras y doctores. Corría y corría pero, nada, Rusia no estaba por ningún lado, se sentía agotado, herido profundamente y ensangrentado.
Para su fortuna lo encontró sentado en una sala junto con UK, sus ojos se llenaron de lagrimas, no de tristeza si no que de felicidad. Sin dudarlo corrió hasta él para poder abrazarlo fuertemente para no separarse de él.

R - ¡Alemania! -

A - Quiero irme, por favor, Rusia te lo suplico vallamos a Italia. -

R - S-si, iremos, tranquilo. -

UK - ¿Estás bien, Alemania? -

X - ¡Señor, venga con nosotros, por favor! -

A - UK... tu brazo... -

UK - E-eso no importa, vamos, tienes que descansar. Rusia, ven. -

UK junto con Rusia llevaron a Alemania devuelta a la habitación en la que estaba y lo ayudaron a recostarse nuevamente en la camilla. Él no quería estar ahí pero, oye, recibió una bala, tenía que reposar, y lo peor era que debía de estar varios días ahí porque una herida de bala tomaba tiempo en sanar.
Comía, dormía y de vez en cuando leía algo sin moverse de ahí por nada del mundo, lo bueno, Rusia lo visitaba todos los días y le traía cartas escritas por UK, no podía visitarlo debido a sus viajes de negocios. En un día normal como cualquier otro, Rusia tomaba el autobús para visitar a Alemania, en el camino se cruzó con su hermano Ucrania, el mismo tenía pensado ir a visitar al alemán y de ahí esperarlo a Canadá.

Viajaron juntos, Ucrania veía su celular en el cual tenía distintas fotos de Canadá en distintos ángulos, Rusia vio esto y se puso algo confundido, ya que nunca lo había visto antes, ni siquiera Ucrania se lo había presentado. Decidió preguntarle para saber más sobre aquel chico.

UC - Oh, ¿él? *ríe* Él es Canadá, lo conocí hace meses luego de que desaparecí, ya casi va a ser un año con tres meses. Cambió mi vida por completo y yo la suya. -

R - ¿Por qué nunca me lo presentaste? Parece una buena persona. -

UC - Oh lo siento, es que a veces me da miedo sobre como reacciones, eres muy protector. Pero *suspira*, no te imaginas, es muy dulce conmigo, es tierno, amable, es bueno escuchando, miles de cosas. -

R - Me alegra mucho que sea así. Por lo visto te cuida mucho, eso es bueno. -

UC - Si, la otra vez me corté con una tijera intentando hacerle una carta a Papá, y Canadá se preocupó muchísimo. Me dio mucha lastima y culpa. -

Cuando bajaron en la parada de autobús, se dirigieron hacia el interior del hospital para preguntar por Alemania. Finalmente subieron por el ascensor hasta el tercer piso y caminar por el pasillo hasta encontrar la habitación número 124.
Ucrania tocó la puerta y una voz resonó por el interior de la habitación consediendoles el permiso para entrar. Al abrir la puerta se encontraron con un Alemania tranquilo y feliz de ver a Rusia como todos los días.

Ucrania se acercó rápidamente hacia Alemania y le dio un abrazo, fue una muy cálida escena, y como siempre Rusia le traía correspondencia a Alemania de parte de UK. Después de leerlo, el alemán le sonrió al ruso para finalmente quedarse hablando por el resto de la mañana, hasta que llegara Canadá.

La platica iba muy bien, lo único que lo interrumpió fue el sonido de algo golpeando ligeramente la puerta, Ucrania fue a abrir y allí ante sus ojos se encontraba Canadá. El pequeño saltó hacia él para otorgarle un cálido abrazo como cada día, Rusia lo vio al canadiense y decidió esperar un rato para poder hablar con él a solas.

Ucrania y Alemania se había quedado hablando ellos sólos, así que Rusia decidió llevar a Canadá hacia afuera para por fin hablar como debería ser.

C - Creo que no nos conocíamos, mi nombre es Canadá, un gusto. -

R - Rusia, el gusto es mío. ¿Sabes? No pude evitar ver que mi hermano habla de ti todo el tiempo cuando está conmigo, mi pregunta es ¿qué es Ucrania de ti? -

C - Oh, b-bueno... yo, no lo se bien aún. No lo hemos decidido. -

R - Ya veo, no te preocupes, me habló de ti y no me cabe la menor duda de que eres un buen tipo. Deberas, te agradezco que cuides de mi hermano, y también de que lo hayas sacado de ese lugar. -

C - No es nada *sonríe*, él cambio mi vida por completo. Estoy agradecido por eso. -

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Después de varias horas de platica, Ucrania y Canadá se fueron dejándolos solos a Rusia y Alemania. Estos estaban abrazados en la camilla, y el alemán conservaba una sonrisa en su rostro porque por fin estaba de nuevo con Rusia, era todo lo que necesitaba. Estaba leyendo su libro hasta que se quedó dormido haciendo caer el libro de sus manos, Rusia notó esto y lo recostó en la camilla, apagó las luces y se fue devuelta al hotel en el que se hospedaba junto con su padre para cuidar y vigilar a Alemania de que no corra peligro.
Tomo nuevamente el autobús y miró hacia la ventana mientras pensaba en Alemania sentado enfrente suyo en el tren, sus pensamientos lo guiaron a bajarse del autobús e ir directamente al hotel, en la habitación había una nota de URSS la cual era sobre una reunión. Se imaginaba a Alemania a su lado en aquella habitación, al lado suyo en la cama durmiendo junto a él, teniendo una vida con él. Sin duda, la vida perfecta para él.

I  Aquella vez en el Tren |Rusia & Alemania|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora