XII : El Cariño de Alemania

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(Voy a intentar lanzar un capitulo cada semana.)


Pov Alemania

Hoy es un buen día para estar en compañía, ya que hoy iríamos de compras Rusia y yo juntos ¡por fin, tiempo juntos! Pues ya hacía tiempo que no pasábamos tiempo juntos porque estábamos la mayor parte en compañía de Bielorrusia y URSS, no voy a decir que son una molestia, al contrario ¡adoro estar con ellos y más ahora que está Ucrania! Son como una nueva familia para mí.
Ya estábamos listos para irnos hasta que Ucrania se nos puso enfrente, me pareció que necesitaba algo.

A - ¿Qué pasa Ucrania? -

U - B-bueno... Canadá y yo siempre íbamos juntos a cualquier lado, casi nunca me dejaba solo. -

R - ¿Bielorrusia también sale? -

U - Si, dijo que iría con papá al medico ¿puedo ir con ustedes? -

A & R - ¡Claro que si! -

Aaw, ver a ese lindo chico hizo que mi corazón se derritiera de la ternura que me causó, se ve que Canadá lo cuidó más que nada en el mundo porque en sí Ucrania está muy bien de salud como también su cuerpo está limpio y sin ninguna herida.
Rusia estuvo muy de acuerdo en llevar a Ucrania con nosotros, me dijo de que así tendría la oportunidad de conocerlo, es decir ¿por qué no? No nos vendría mal uno más, de todos modos nuestro tiempo juntos puede esperar.

Cuando caminábamos Ucrania me contaba las cosas grandiosas que había pasado mientras estaba con Canadá, y, hablando de cierto país, se le notaba mucho a Ucrania lo enamorado que estaba del canadiense, ya que lo nombraba como si fuera su novio. Por supuesto, Rusia aprobaba a Canadá gracias a que Ucrania le había hablado de las grandiosas cosas que hizo por él. Tuve que irme por un rato de ellos porque quería preguntar acerca de unos libros que había visto antes en una biblioteca.


U - Aah, Rusia aprovechando de que Alemania se fue, t-tengo que decirte lago antes que a papá. Espero no te enojes. - 

R - ¿De acuerdo? -

U - Yo... yo perdí mi virginidad con Canadá. -

R - ¡¿Qué hiciste qué?! ¿Estás bien? -

U - Si, por supuesto que si. No te preocupes, él tuvo cuidado. -

R - Uuf, menos mal ¡vas a darme un infarto! -

Narrador Omnisciente

Alemania, Rusia y Ucrania siguieron viendo vidrieras y comprando distintas cosas, aunque algunas fueron a causa del alemán por haberle comprado distintas prendas al ucraniano las cuales lo hacían ver adorable.
Era increíble el cariño que Alemania tenía hacia Ucrania, parecían hermanos, Rusia notó esto y no pudo evitar tomar una foto del momento. Ahora recordaría este día por siempre, su hermano y el amor de su vida conviviendo un pequeño momento juntos, uno muy especial.

Estuvieron un poco más de dos horas afuera, por supuesto que alguno de los tres iba a estar cansado en algún momento, ese iba a ser Ucrania. Pobre angelito, estaba con mucho sueño hasta el punto en el que no podía mantener sus ojitos más tiempo abiertos y ni siquiera se podía mantener de pie, así que Alemania decidió cargarlo en su espalda.

Rusia se preocupaba por como estaban los dos, pero el alemán siempre le confirmaba de que todo estaba bien, es más, no le molestaba cargar a Ucrania, para él era como llevar a un pequeño niño hasta sus cama sólo que este era un "adulto", por así decirlo, de tan sólo dieciocho años de edad. Alemania aún así lo veía como un adolescente de dieciséis o quince por su baja estatura.

Cuando por fin llegaron Alemania subió directamente hacia la habitación de Ucrania, para así dejarlo descansar tranquilamente. Rusia mientras tanto estaba ordenando todo lo que compraron, tan sólo le llevó unos minutos y para cuando terminó vio la hora, eran las doce en punto del medio día, URSS y Bielorrusia deberían de estar por llegar en cualquier momento.

B - ¡Llegamos! -

R - Papá, Bielorrusia ¿cómo les fue? -

B - Bueno, si no fuera por mí, no le hubiesen dicho a papá de que tenía que aplicarse una inyección ¡te lo dije papá! -

U - Muy bien, tú ganas. -

Bielorrusia y URSS fueron a cambiarse mientras que Rusia seguía ordenando algunas de las cosas que habían comprado. Le llamó la atención el sonido de la puerta siendo tocada, al ir a atender vio de que se trataba de su hermano Kazajistán ¿otra vez? Había venido el día anterior ¿por qué estaría allí nuevamente? Eso era lo que Rusia se cuestionaba a si mismo, es más, cabe destacar de que Kazajistán había acordado venir una vez a la semana ¡una vez no dos! En fin, lo invitó a pasar y charlaron, al rato apareció y este también se sorprendió al verlo a su hermano.

B - ¿Kazajistán?

K - ¡Hola! ¿Alemania también está aquí? -

Ambos hermanos confirmaron sus sospechas, Kazajistán para lo único que vino era para ver a Alemania, Bielorrusia no sabía el por qué pero Rusia si. Claro que el centro del tema apareció un poco después, Kazajistán al verlo no pudo evitar sonrojarse como un tomatito lo cual hizo que Alemania se ríera un poco al notarlo.
Comenzaron todos a conversar sobre cosas variadas, Kazajistán siempre intentaba entablar una conversación con Alemania para conocerlo mejor y ¿tener chances, tal vez? Todo podía pasar, pero a cierto joven de ushanka no le gustaba mucho el ambiente porque lo hacía sentir algo incomodo, además de traerle malos recuerdos de su expareja. Alemania siempre mantenía su sonrisa puntiaguda para Rusia, lo hacía sentirse más tranquilo al verla, de vez en cuando coincidían miradas lo que causaba que el alemán se ruborizara levemente.

K - B-bueno, me preguntaba si yo... ¡si tú! Aam, ¿te gustaría tomar algo otro día? -

A - ¿Es una cita? -

K - Supongamos que si. -

A - Eso es adorable pero ¿sabes? Mi corazón pertenece a otra persona. -

K - S-si... Rusia me lo contó. -

El alemán no pudo evitar no verlo así, decepcionado, con el corazón roto..., triste, así que supuso ¿por qué no ser amigos? Es decir, podrían verse aún así, no hay necesidad de ser pareja para sólo verse. Fue entonces cuando se acercó a aquel joven y le dio un cálido abrazo.

A - Hey, me pareces adorable y muy dulce. Puedes ser mi amigo. -

K - ¿Lo dices enserio? ¿Y aún así me verás? -

A - ¿Por qué no? Siempre podrás ser mi amigo y contarme cualquier problema que tengas. -

K - Gracias, Alemania. -

Esa escena afuera de la casa era sin duda muy cálida, Rusia estaba con una sonrisa en su rostro al ver lo que su amado podía causar en las personas. Aprovechó el momento y tomó una foto de aquel cariñoso abrazo entre Alemania y Kazajistán. Sin duda aquel alemán tenía mucho cariño que entregar a las personas.

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¡Hola gente hermosa! ¿Cómo están? Yo me agarré un resfriado, sólo espero que eso no afecte en mis trabajos y capítulos, si no estoy en el horno.

I  Aquella vez en el Tren |Rusia & Alemania|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora