Amor A Primera Vista. Parte 2

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Luego de que T. Freddy se presentará con los demás animatrónicos ( para sorpresa de todos terminó llevándose muy bien con Bonnie) aprovecharon que ese día no trabajaban para hacerle un recorrido por la pizzeria al menor.

Freddy se mantuvo en todo el camino junto a T. Freddy, mostrándole las habitaciones, explicándole el encargo de cada uno.
A chica no se le pasó por alto, empezando a crear planes de como molestar a esos dos.

Chica

Mi cerebro podrido nunca fallaba en estas situaciones. Yo se que al menos uno de ellos se siente atraído al otro y lo voy a descubrir.

Obvio hablaré con Freddy primero, porque el pequeño Freddy apenas nos conoce como para agobiarlo con preguntas, ya después hablaré con él.

Me acerque hasta Freddy, aprovechando que Bonnie se puso a platicar con T. Freddy.

- Querido- logré captar su atención, haciéndome un ademán para saber que quería.

- Qué te parece el nuevo tú? A que te está comible?- por suerte el no me veía, pero yo desbordaba de brillos de la emoción.

Freddy se quedó pensando un buen rato mientras seguíamos caminando, el no se dio cuenta, pero la cara que puso... Fue magnífica.

Sería, un leve sonrojo cruzando por su rostro y para rematar, una sonrisa de esas que derriten a cualquiera, a mi no obviamente, iu.

- Tierra llamando a Freddy, que marranadas estarás pensando eh?- contuve la risa de ver cómo pegaba un respingo y se ponía aún más rojo, que lastima no haber traído la cámara, esto no se ve todos los días.

- Ah! Chica cierra la boca, la única que piensa marranadas aquí eres tú.

- Yo al menos lo admito querido- me viroteo los ojos al escucharme, puto.

- Responderás mi pregunta o no?

Detuvo su andar y volteo hacia los más bajos, quienes estaban entretenidos viendo una de las habitaciones, la cual tenía muchos regalos y globos.

Sé quedó mirando a T. Freddy, su rostro perfilado, esa pequeña nariz, largas pestañas, se fijo en sus labios, pequeños pero no tan gruesos, eran hermosos, daban ganas de besarlos.

Esa fue la gota que derramó el vaso para Freddy, dándose cuenta de todo lo que estaba pasando por su cabeza.

Acaso... Se estaba enamorando?

- Si- me giré a verlo, confundida.

- Si...?

- Es hermoso- me respondió con una sonrisa que desbordaba amor.

Nos quedamos un buen rato en silencio

Yo quedé en blanco, no sabía si alegrarme o asustarme por el comportamiento que estaba teniendo Freddy.

Pero se estaba poniendo emocionante.

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Llegó la noche y todos se dirigían a sus nuevas habitaciones para ir a dormir.

Por el momento solo habían 4 habitaciones amuebladas, por lo que uno de los cinco tendría que compartir habitación con otro.

- Bueno chicos, quien de los tres dormirá con T. Freddy?- dijo Freddy a Bonnie y Foxy.

Quedaron en que uno de ellos dormiría con el menor, ya que Chica al ser mujer, tendría su propio espacio, para respetar su intimidad; aunque ella al principio se negó diciendo que no tendría problema en dormir con él menor.

Freddy sabiendo cómo es la rubia, quien sabe que cosas me haría al menor, por lo que se negó.

Foxy y Bonnie se miraron entre sí, para luego mirar al mayor.

- Obvio serás tú, no dejaré que mi pequeño Bonnie duerma con alguien que no sea yo- afirmó el pelirrojo abrazando al menor.

- Quién dijo que dormiré contigo? También tengo un cuarto por si no sabes- le respondió Bonnie al más alto, soltandose de su agarre.

Freddy solo miraba la escena irritado, miró a T. Freddy, quien estaba mirando también con diversión, la escena que montaban los otros dos.

El mayor solo sonrió y acarició la cabeza del más bajo.

- Ven, vamos a dormir, deja que estos se maten entre sí- T. Freddy se sonrojo al ver sonreír al mayor, por lo que sólo bajó la cabeza y asintió.

Ambos se metieron a la habitación, dejando a la pareja discutiendo el porqué Bonnie no quería dormir con Foxy.

Freddy

Saqué mi ropa para dormir y empecé cambiandome, T. Freddy se encontraba en la otra esquina de la habitación.

- Señor Freddy- no sabía si ofenderme con lo de "Señor" tan viejo no le veía, le respondí con un "mmh".

- Tendrá alguna ropa de dormir que le sobre? La mía no se donde esté- me giré para verlo, tenia la cabeza agachada, pero sus orejas estaban rojas, que tierno.

- Claro, deja busco- mire entre mis cajones, por suerte tenía otra muda extra, era una camisa café con unos pantalones largos blancos.

- Toma- le extendí la muda, este la cogio agradeciendo.

- Por cierto, puedes llamarme Freddy- le dije con una sonrisa, el me miró y asintió con una pequeña sonrisa, metiéndose al baño a cambiarse.

Después de unos minutos, yo ya me encontraba acostado en la cama, T.Freddy sale del baño.

Lo que no me esperaba es que saliera solo con la parte de arriba puesta y la de abajo en sus manos.

Con la almohada intente cubrir mi rostro para que no vea el sonrojo que acabo de tener de verlo como estaba, la camisa le llegaba debajo de los muslos, dejando ver unas largas y delgadas piernas, de un tono rosa pálido.

Muy lindas.

Me pose sobre mis codos para verlo mejor, ya que estaba acostado boca abajo.

- Perdón seño- digo Freddy, tu pantalón es muy grande y se me caía, así que decidí no ponermelo- solo asentaba con la cabeza, ya que seguía viendo sus lindas piernas.

- Estas bien?- mi error, me quedé viendo mucho tiempo al parecer, le negué, con la cabeza nuevamente.

- No, no te preocupes, solo dejalos sobre la mesita, ya mañana los guardaré en el cajón.

Ya acostados, cada quien en su lado y de espaldas, apagué la lámpara de la mesa de noche y me acomode para dormir.

Lo cual no podía, solo tenía la imagen de la cara sonrojada de T. Freddy o de sus lindas piernas, creo que tengo un fetiche que no sabía que tenía.

Será que de verdad me habré enamorado de solo verlo?, como esas frases cursis que dicen del amor a primera vista?.

Me giré hacia el otro lado, topandome con la espalda del menor, a pesar de ser diseñado como un animatronico hombre, tenía un cuerpo muy delgado, pequeña cintura, ni se diga sus caderas.

Su respiración era pausada y tranquila, ya se habría dormido para ese entonces, lo confirme cuando se viró hacia mí lado, logrando ver su rostro.

Es como en el pasillo, pestañas largas, una nariz respingada, y esos labios, daría por probarlos al menos una vez.

Me acerque hasta quedar cerca de ellos, pero el menor se giro al otro lado, si que tenía el sueño pesado.

Me reí y me acomodé en mi lugar, estuve a punto de besarlo, tan loco estoy como oara besar a una persona dormida.

Con todos esos pensamientos, terminé quedándome dormido.













Amores por doquier (EDITADO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora