En la segunda semana de mayo, las tres muchachas partieron juntas de Gracechurch Street, en dirección a la ciudad de X, en Hertfordshire. Al llegar cerca de la posada en donde tenía que esperarlas el coche del señor Senju, vieron en seguida, como una prueba de la puntualidad de cochero, a Catherine y a Ino que estaban al acecho en el comedor del piso superior. Habían pasado casi una hora en el lugar felizmente ocupadas en visitar la sombrerería de enfrente, en contemplar al centinela de guardia y en aliñar una ensalada de pepino. Después de dar la bienvenida a sus hermanas les mostraron triunfalmente una mesa dispuesta con todo el fiambre que puede hallarse normalmente en la despensa de una posada y exclamaron:
—¿No es estupendo? ¿No es una sorpresa agradable?
—Queremos convidaros a todas —añadió Ino—; pero tendréis que prestarnos el dinero, porque acabamos de gastar el nuestro en la tienda de ahí fuera.
Y, enseñando sus compras, agregó:
—Mirad qué sombrero me he comprado. No creo que sea muy bonito, pero pensé que lo mismo daba comprarlo que no; lo desharé en cuanto lleguemos a casa y veré si puedo mejorarl o algo.
Las hermanas lo encontraron feísimo, pero Ino, sin darle importancia, respondió:
—Pues en la tienda había dos o tres mucho más feos. Y cuando compre un raso de un color más bonito, lo arreglaré y creo que no quedará mal del todo. Además, poco importa lo que llevemos este verano, porque la guarnición del condado se va de Meryton dentro de quince días.
—¿Sí, de veras? —exclamó Sakura satisfechísima.
—Van a acampar cerca de Brighton. A ver si papá nos lleva allí este verano. Sería un plan estupendo y costaría muy poco. A mamá le apetece ir más que ninguna otra cosa. ¡Imaginad, si no, qué triste verano nos espera!
«Sí —pensó Sakura—, sería un plan realmente estupendo y muy propio para nosotras. No nos faltaría más que eso. Brighton y todo un campamento de soldados, con lo trastornadas que ya nos han dejado un mísero regimiento y los bailes mensuales de Meryton.»
—Tengo que daros algunas noticias —dijo Ino cuando se sentaron a la mesa—. ¿Qué creéis? Es lo más sensacional que podáis imaginaros; una nueva importantísima acerca de cierta persona que a todas nos gusta.
Tenten y Sakura se miraron y dijeron al criado que ya no lo necesitaban. Ino se rió y dijo:
—¡Ah!, eso revela vuestra formalidad y discreción. ¿Creéis que el criado iba a escuchar? ¡Como si le importase! Apostaría a que oye a menudo cosas mucho peores que las que voy a contaros. Pero es un tipo muy feo; me alegro de que se haya ido; nunca he visto una barbilla tan larga. Bien, ahora vamos a las noticias; se refieren a nuestro querido Sabaku; son demasiado buenas para el criado, ¿verdad? No hay peligro de que Sabaku se case con Mary King. Nos lo reservamos. Mary King se ha marchado a Liverpool, a casa de su tía, y no volverá. ¡Sabaku está a salvo!
—Y Mary King está a salvo también —añadió Sakura—, a salvo de una boda imprudente para su felicidad.
—Pues es bien tonta yéndose, si le quiere.
—Pero supongo que no habría mucho amor entre ellos —dijo Tenten.
—Lo que es por parte de él, estoy segura de que no; Mary nunca le importó tres pitos. ¿Quién podría interesarse por una cosa tan asquerosa y tan llena de pecas?
Sakura se escandalizó al pensar que, aunque ella fuese incapaz de expresar semejante ordinariez, el sentimiento no era muy distinto del que ella misma había abrigado en otro tiempo y admitido como liberal.
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Orgullo y prejuicio
Historical FictionCon la llegada del rico y apuesto Mr. Uchiha a su región, las vidas de los Senju y sus cinco hijas se vuelven del revés. El orgullo y la distancia social, la astucia y la hipocresía, los malentendidos y los juicios apresurados abocan a sus personaje...