CAPÍTULO LVII

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No sin dificultad logró vencer Sakura la agitación que le causó aquella extraordinaria visita. Estuvo muchas horas sin poder pensar en otra cosa. Al parecer, lady Catherine se había tomado la molestia de hacer el viaje desde Rosings a Hertfordshire con el único fin de romper su supuesto compromiso con Uchiha. Aunque lady Catherine era muy capaz de semejante proyecto, Sakura no alcanzaba a imaginar de dónde había sacado la noticia de dicho compromiso, hasta que recordó que el ser él tan amigo de Uzumaki y ella hermana de Tenten, podía haber dado origen a la idea, ya que la boda de los unos predisponía a suponer la de los otros.

Sakura había pensado, efectivamente, que el matrimonio de su hermana les acercaría a ella y a Uchiha. Por eso mismo debió de ser por lo que los Hyuga por cuya correspondencia con los Akasuna presumía Sakura que la conjetura había llegado a oídos de lady Catherine dieron por inmediato lo que ella también había creído posible para más adelante. Pero al meditar sobre las palabras de lady Catherine, no pudo evitar cierta intranquilidad por las consecuencias que podía tener su intromisión.

De lo que dijo acerca de su resolución de impedir el casamiento, dedujo Sakura que tenía el propósito de interpelar a su sobrino, y no sabía cómo tomaría Uchiha la relación de los peligros que entrañaba su unión con ella. Ignoraba hasta dónde llegaba el afecto de Uchiha por su tía y el caso que hacía de su parecer; pero era lógico suponer que tuviese más consideración a Su Señoría de la que tenía ella, y estaba segura de que su tía le tocaría el punto flaco al enumerar las desdichas de un matrimonio con una persona de familia tan desigual a la suya. Dadas las ideas de Uchiha sobre ese particular, Sakura creía probable que los argumentos que a ella le habían parecido tan débiles y ridículos se le antojasen a él llenos de buen sentido y sólido razonamiento.

De modo que si Uchiha había vacilado antes sobre lo que tenía que hacer, cosa que a menudo había aparentado, las advertencias e instancias de un deudo tan allegado disiparían quizá todas sus dudas y le inclinarían de una vez para siempre a ser todo lo feliz que le permitiese una dignidad inmaculada. En ese caso, Uchiha no volvería a Hertfordshire. Lady Catherine le vería a su paso por Londres, y el joven rescindiría su compromiso con Uzumaki de volver a Netherfield.

«Por lo tanto —se dijo Sakura—, si dentro de pocos días Uzumaki recibe una excusa de Uchiha para no venir, sabré a qué atenerme. Y entonces tendré que alejar de mí toda esperanza y toda ilusión sobre su constancia. Si se conforma con lamentar mi pérdida cuando podía haber obtenido mi amor y mi mano, yo también dejaré pronto de lamentar el perderle a él.»

La sorpresa del resto de la familia al saber quién había sido la visita fue enorme; pero se lo explicaron todo del mismo modo que la señora Senju, y Sakura se ahorró tener que mencionar su indignación.

A la mañana siguiente, al bajar de su cuarto, se encontró con su padre que salía de la biblioteca con una carta en la mano.

—Sakura —le dijo—, iba a buscarte. Ven conmigo.

Sakura le siguió y su curiosidad por saber lo que tendría que comunicarle aumentó pensando que a lo mejor estaba relacionado con lo del día anterior. Repentinamente se le ocurrió que la carta podía ser de lady Catherine, y previó con desaliento de lo que se trataba. Fue con su padre hasta la chimenea y ambos se sentaron. Entonces el señor Senju dijo:

—–He recibido una carta esta mañana que me ha dejado patidifuso. Como se refiere a ti principalmente, debes conocer su contenido. No he sabido hasta ahora que tenía dos hijas a punto de casarse. Permíteme que te felicite por una conquista así.

Sakura se quedó demudada creyendo que la carta en vez de ser de la tía era del sobrino; y titubeaba entre alegrarse de que Uchiha se explicase por fin, y ofenderse de que no le hubiese dirigido a ella la carta, cuando su padre continuó:

Orgullo y prejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora