Si Fuera A Morir Mañana

En las sombras

Tras la explosión, los equipos de rescate invadieron la última planta del edificio utilizando el puente que Spider-man había construido. Después de quince tortuosos minutos de búsqueda, finalmente terminaron por encontrar a las personas del penúltimo piso, aquellas que habían permanecido encerradas en el edificio después de la repentina explosión, y posterior desaparición de Spiderman.

—Encontramos al capitán Stacy —informó una voz a través del radio del oficial Geller—. Repito, encontramos al capitán Stacy —El alivio invadió al hombre. Por fin una buena noticia.

Tras su encuentro con Spider-man a las afueras del edificio, el oficial Geller se había dedicado a dar vueltas por las calles aledañas, buscando a los padres de Josh, el pequeño que Spider-man le había encomendado. Finalmente, después de largos minutos de búsqueda, había dado con el paradero de los padres del niño, pero la calma del hombre no duró demasiado, en cuanto se percató de que había pasado un tiempo sospechosamente largo desde la última vez en que el enmascarado había salido del edificio, el oficial empezó a sospechar que algo andaba mal. Después de pensárselo unos minutos, Geller resolvió que la mejor forma de calmar su desconcierto sería subir al edificio contiguo, donde se podía acceder al puente que Spider-man había construido para evacuar a las personas, y desde allí evaluar la situación.

Geller no planeaba entrar en el edificio en llamas, pero, justo cuando alcanzó la terraza, escuchó la explosión. En aquel momento no lo dudo, se dirigió al puente, directo al origen del estallido, apenas consciente de que un par de bomberos los siguieron al interior del lugar.

El resto de los eventos habían sucedido en una afanosa secuencia: recordaba las llamas asfixiantes. La desollada espalda de Spider-man mientras reposaba en los brazos del otro enmascarado. Recordaba de forma increíblemente vívida las frías palabras del hombre, pidiéndole que "se encargará de la chica", Geller había obedecido inmediatamente, y con ayuda de uno de los bomberos había logrado sacar a Gwen Stacy de aquel infierno.

—Si el capitán está consciente, infórmenle que tenemos a su hija, viva—Geller se encontraba de pie en medio de la calle, justo en el lugar donde hace unos cuantos minutos había dejado a la señorita Stacy en manos de los paramédicos, quienes, tras ingresarla afanosamente en una ambulancia, habían desaparecido de su vista, dirigiéndose a toda velocidad al hospital más cercano.

—Sí, oficial —respondió obedientemente la voz al otro lado de la línea.

—Y por favor, asegúrense de que lo lleven al mismo hospital que a su hija.

—De acuerdo.

—Gracias.

Geller observó el escenario por un momento, sorprendido y satisfecho a parte iguales. Era un verdadero milagro el que Gwen hubiese sobrevivido a tal explosión, y en realidad solo podía llamar surte al hecho de que hubiesen encontrado a las personas desaparecidas, incluyendo al capitán Stacy, antes de que el edificio se derrumbara. Pero, aún así, Geller no podía evitar sentirse consternado al pensar en Spiderman, había alcanzado a ver parte de sus heridas, antes de que aquel extraño se lo llevase de la habitación, y lo que había contemplado no era en absoluto alentador.

En aquel momento el hombre solo podía orar silenciosamente para que la leyenda de la ciudad encontrase una forma de sobrevivir en esta ocasión, tal y como siempre lo hacía.

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Peter ardía en fiebre, Wade podía sentir como el abrazador calor emanaba de su cuerpo mientras lo cargaba en su espalda, después de sacarlo de aquel edificio en llamas, había decidido que aquella sería la forma más sencilla de llevarlo sin tocar sus heridas en lo absoluto.