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— Primer día —

Todos me miraban curiosamente, algunos me sonreían. Yo les mostraba un tímida sonrisa, la escuela era bonita, toques antiguos, pero a la vez actuales.
Era la típica chica nueva, y me sentía nerviosa, empece a caminar hacia el lugar que indicaba que era la dirección.

Toque, y oí un "pase" entre. Una señora rubia me recibió, y supe quien era.

— Martha — pronuncie con un leve asentimiento en forma de saludo.

— ¡Oh! Que gusto verte — dijo ella mostrando una hermosa dentadura completamente blanca.

— Si, a mi igual. ¿Puedes darme mi horario? — dije con una sonrisa.

— Claro — abrió un cajón de su escritorio, sacando unos papeles en un folder amarillo. Rebuscó entre él, y me entrego una hoja.

— Ese es el horario, espero de adaptes rápido — dijo ella guardando nuevamente el folder. Y abriendo otro cajón, extendio unas llaves. — Son de tu casillero — dijo. Extendí mi mano, y depósito las llaves en ella.

— Gracias — dije.

— ¡Que te vaya bien en tu primer día!
— dijo con una sonrisa, y pronto la desvío a unos papeles en su escritorio, salí de la oficina.

Alumnos se encontraban en los pasillos, unos apresurados, y otros platicando con sus amigos. Vi el número de mi casillero, marcando el número 310, empecé a buscarlo. Y di con el, me dirigí hasta él, y lo abrí. Saque un par de cuadernos, y los acomode. Tomé mi horario entre mis manos viendo las materias que me tocaban hoy, día lunes.

Tomé los cuadernos que iba a ocupar, los metí en mi mochila. Mire mi reloj en mi muñeca, las 8:12… faltaban doce minutos para mi primera clase. Empecé a buscar la sala de Español. Pero no la encontraba.

Me maldecia mentalmente, por no venir antes a conocer la escuela con anticipación. Repentinamente cai al suelo, me aturdi al caer en el frío suelo. Mire hacia arriba encontrándome con un chico de lentes, y rubio, el me extendio su mano. La tomé, y pronto estuve de pie. Sacudí el polvo de mi ropa.

— ¡Lo siento! No fue mi intención, iba un poco distraído — dijo el chico tímidamente. Yo sonreí para brindarle paz.

— No te preocupes, los accidentes suelen pasar — dije, al asintió varias veces, dándome la razón.

— Si claro — respondió el chico, lo ví con intenciones de irse, el era mi salvación.

— ¿Sabes dónde se encuentra la sala de Español? Es mi primera clase — pregunte, el pareció pensativo, sentí la mirada de alguien, voltie hacia varios lados, encontrándome solo con estudiantes apurados.

— ¡Oh sí! Yo voy a ir allí, me muestras tu horario — asentí, y le extendi la hoja que horas antes me había proporcionado Martha. — ¡Que felicidad! Tenemos el mismo horario, nos veremos todas las clases, supongo que al igual que yo, eres nueva ,— dijo el chico, sosteniendo en otra mano su horario, aún comparándolos.

— Bueno, que bueno que ya conozco a alguien — dije. Pronto nos encaminamos a la clase. Aún había alumnos entrando, decidimos sentarnos juntos, enmedio de todos los asientos.

La maestra entro, era una pelinegra con aire de superioridad y seguridad, vestía una falda de tubo color beige, y una blusa holgada de color blanco. Depósito su bolso en la mesa, se quitó su saco y lo coloco en la silla. Ella miro a todos.

— Primer día, supongo que nerviosos
— algunos asintieron, un poco intimidados por la profesora.

— Deben presentarse, dirán su nombre, su color favorito, su hobbie, y si vienen de otro lugar, y si son de Veerffy; solo dirán que son residentes — todos asintieron ante lo dicho.

— Yo seré la primera, mi nombre es Olivia Vilden, mi color favorito es el negro, mi hobbie es leer, y soy residente.— Empezaremos desde esta mesa, y así sucesivamente — dijo.

Todos empezaron a decir sus nombres y todo lo que la profesora había dicho. Tocó mi turno.

— Me llamo Alicia Miller, mi color favorito es el azul — empecé a decir pero el sonido de la puerta interrumpió, la señorita me dijo que me sentará. Yo asentí y ella se dirigió a abrir la puerta.

— Sean, pasa y siéntate a lado de Alicia — dijo la señorita Vilden, el chico entro, un gorro de color negro cubría su pelo, sus ojeras eran presentes. — Levanté la mano señorita — yo la levanté, el chico se adentro en el salón y se sentó en el asiento vacío a lado mío.

— Puede continuar señorita — dijo. Yo asentí y me levanté.

— Mi hobbie es dibujar, y vengo de Seattle — dije, y me senté en mi lugar.

La señorita explico un par de cosas, y nos dijo que quería para la siguiente clase. La señorita salió del salón, muchos alumnos se empezaron a salir.

— Veo que te vio, eres tan tierna — dijo Sean, el chico que llegó tarde. Sentí como me empujo, haciéndome chocar contra la puerta. El salió, y se perdió entre la gente.

— ¿Lo conoces? — pregunto el rubio, que por cierto se llamaba Dipper. Pero decidí decirle solo Dip.

— No. Me dijo algo que no entendí
— respondí.

— Yo lo conozco desde la preparatoria
— dijo el chico, encaminadonos a su casillero, ya que se le olvido un par de cosas. — Es un chico raro, siempre llega tarde, aunque es muy listo, tiene algo de misterio. Todas las chicas se mojan al verlo — dijo introduciendo una llave a su casillero, que pronto cedió para abrirse. Tomo un par de cuadernos para depositarlos en su mochila.

— Uhmm pues es un completo idiota
— dije recordando lo que hizo antes. Yo no siquiera hice algo para que reaccionara tan tajante conmigo.

Pasaron dos horas, eternas. Un bostezo salió de mi boca.

— Primer día y ya quieres regresar a tu casa — dijo Dip en tono burlón. Yo asentí.

— Matemáticas siempre me a dado flojera — dije y el soltó una risa. — A ti no te da por qué eres todo un cerebrito
— dije empujándolo levemente. El sonrió.

— Lo se — dijo en un suspiro. y hi quien lo ocasionó. La profesora Vilden.

— Es mayor que tu — dije sacándolo de sus pensamientos.

— Lo se, pero es tan perfecta. La conocí en segundo de preparatoria, y todos querían tirarsela, tiene un no se que, que ocasiona sin no se que — dijo y me reí ante lo dicho. Era bonita, supongo que es sus tiempos tuvo a chicos babeando por ella. Algunos en la cafetería la miraban, otros seguían en lo suyo. Pero en ningún momento paso desapercibida.

— ¿Que vas a comer? — pregunte. Varios chicos entraban sentandose en las mesas.

— No lo sé, ¿Que me recomiendas?
— pregunte.

Después de ordenar lo que queríamos, fuimos y nos sentamos a una de las mesas. Di un suspiro, esto no es tan malo como pensé.

— ¡Holaaa chica! — dijo Gina con una sonrisa en el rostro, sentandose a lado de Dipper, que pronto la vio confuso.
Ella igual mostró una pizca de confusión, pronto me miró para obtener respuesta de mi parte.

— ¡Oh! Dipper ella es Gina, Gina el es Dipper — dije.

— Un gusto — dijo Gina con una sonrisa. — ¿Cómo les va en su primer día? — dijo mi amiga, ella era dos años mayor que yo.

— Bien — respondi. — ¿Quienes son ellos? — pregunte. Viendo a cuatro chicos, y una chica rubia, entrando a la cafetería.

Incluído Sean.

































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Esto está muy bueno.

¡ Que chico tan raro !

Sean es rarito, pero me gusta.

Espero que les esté gustando.

Pronto subiré nuevos capitulos.



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