Reprobados - Yoonmin

once - namjoon

Jimin no pudo dejar de pensar en "Seokjin", sin evitar reírse cuando imaginaba a Yoongi ser un romántico. Min daba miedo ¿cómo es que podía tener novio?

Se topó con la espalda de un chico y cayó al suelo por distraerse, entonces su amigo Jungkook se giró y después de reírse, lo ayudó a levantarse. 

—¡Jimin! Ten cuidado, baboso. ¿Estás bien?

Park se asintió, sacudiendo su ropa. Vio a Yoongi de algún lado del pasillo reírse y frunció el ceño, sacándole la lengua.—Estoy bien, Kookie. ¿Tú conociste a Seokjin?

—Parece que el golpe fue a propósito —bromeó Jungkook, dándole un mini codazo a Jimin, que tembló un poco mientras su mirada se concentraba en Yoongi—. No he escuchado hablar de él, ¿quién es?

—No importa, o sea... no es que me interese o algo pero...

—Está bien. Si ves a Taehyung dile que nos veamos saliendo de la escuela, en la mañana se ha enojado conmigo por robarme su almuerzo—Jungkook le sonrió a su amigo para palmear su hombro y después de cerrar su casillero, desaparecer por el pasillo.

Jimin se quedó solo ahí, teniendo miedo de encontrarse al tonto de Min de nuevo. Se sorprendió al verlo salir de la enfermería con una venda en su mano, parece que sí se había lastimado bastante. Soltó una pequeña risa al recordar lo del plumón y caminó hasta su casillero, al abrirlo, sintió una presencia detrás de él por lo que habló—Hola Tae, justo me he encontrado a Jungkook hace unos minutos, ¿por qué te ha quitado el almuerzo? Qué tontito. 

Entonces, sintió unas manos rodear su cuello y apretarlo, dándole vuelta de inmediato para después escuchar cómo la espalda del pequeño Jimin chocaba contra su casillero.

—No soy Taehyung, pequeño estúpido. Ten más cuidado con lo que haces, enano —Yoongi empujó más a Jimin y aprovechó para manosear su trasero. El bajito enrojeció y trató de apartarlo.

—No soy Seokjin para que estés tocándome —musitó el pequeño, frunciendo el ceño para tratar de zafarse de su agarre. Aquello había sonado como el nombre de una de las mejores novelas Taekook, pero lamentablemente para Yoongi había sido un jodido insulto.

—¿Qué mierda dijiste, mocoso? Cállate si no sabes de qué hablas —Yoongi se había molestado bastante, pero de igual manera se había sonrojado, como la vez anterior que Taehyung había mencionado a aquel chico desconocido.

—¿Por qué eras tan dulce con él? Ojalá él estuviera aquí para llevarte muy lejos, tal vez así dejarías de ser un tonto con la gente. —espetó Jimin, encogiéndose una vez más, ya que podían esperarle acciones groseras contra su comentario.

—¡Cierra la boca, estúpido! —el puño de Yoongi iba a seguramente reventar el rostro de Jimin, pero simplemente se desvió un poco y terminó impactando contra la lámina del casillero. Park quiso escapar de la faz de la tierra para no tener que ver a ese blanquito nunca más.

—Amigo, ¿no te parece muy grosero lo que le estás haciendo a este chico? —un joven alto, moreno y con unos grandes músculos cubiertos de sudor, con una pequeña toalla encima de sus cabellos castaños se detuvo, cruzándose de brazos. Los amigos que lo acompañaban se detuvieron para presenciar. Yoongi se giró muy lentamente, un tanto nervioso.

—No te metas en lo que no te incumbe, parásito —escupió Min entre dientes, pero cuando el chico adverso dio un paso adelante, retrocedió en segundos.

—Hola, corazón, ¿este chico te está molestando? —el joven alto con una camisa con el número cuatro se acercó a Jimin, apartándolo de inmediato de Yoongi. El bajito temblaba así que sólo se limitó a asentir.—No deberías permitir eso, cariño. ¿Qué te ha dicho?

Jimin se sonrojó al sentir el tacto del chico, había tomado su mentón con suavidad para hacerlo mirarlo. Era guapo, y sus ojos color miel eran bastante llamativos.

—Eh... estoy bien, yo...

—Él está bien, imbécil. Ya vete —Yoongi jaló la camiseta sudada de aquel jugador de básquetbol del instituto, cuyo nombre al parecer terminaba en 'joon'. Aquel chico alto de tez morena sólo sonrió, sus chicos se acercaron a Min y lo hicieron alejarse de inmediato.

—Mira, Min, no todos caemos en tus palabritas que suenan amenazantes. Al menos yo no. Bueno, pequeño, ven acá y cuéntame lo que este idiota te ha hecho, sabes que no nos gusta ensuciar nuestra reputación aquí, pero éste rebeldito no sabe que ya nadie logra intimidarse por él —Yoongi abrió sus ojos más de lo normal al escuchar aquello, apretando sus puños. Jimin no sabía qué hacer, así que caminó muy lentamente hacia aquel chico.

—Te va a ir muy mal, Jimin, verás que...

—¿Qué verá? que no se quede entre ustedes dos, Min. Yo también quiero saber qué intentarás hacerle a ese chico. 

Yoongi no sabía qué decir, al fin un enemigo digno de ser superior a él. No... no puede ser así. Yoongi era un ser superior, él era el mejor, el más poderoso de todo el instituto. Yoongi era...

Yoongi era un pendejo, porque de tanto pensar en ello, el chico alto y Jimin ya habían desaparecido por el pasillo.

Al menos Jimin tenía otro aliado, cuyo nombre aún no sabía.

—¿Y cómo te llamas, precioso? —los apodos que el joven usaba para referirse al pequeño lo hacían sonrojar, pero debía evitar eso.

—Eh, soy Jimin, es un gusto... gracias por salvarme —pronunció en voz bajita, pero su adverso rió un poco, su risa era muy linda y cautivadora.

—No agradezcas, Jimin. Es sólo que me molesta que molesten a los pequeñ...a los demás. No me gusta verlos sufrir y mucho menos por Min. —explicó el chico, caminando junto a Jimin. Su grupo de amigos no prestaba mucho a su conversación, pues jugaban entre ellos detrás de los chicos —me llamo Namjoon, y el gusto es mío, corazón.

A Jimin le agradaba Namjoon. Era, además de guapo, un chico encantador y muy amable. Esperaba que pudieran ser amigos, no sólo para defenderlo de Yoongi sino que para...

Bueno, ya se le ocurriría algo más adelante.