🎭 Siete 🎭

295 55 69
                                    

Capitolo sette.

“En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser.”

—Romeo y Julieta .

Por varios minutos en aquel salón de actos solo se escucharon las carcajadas de un viejo profesor, el hombre estaba doblegado, con ambas manos en el estómago, reproduciendo en su cabeza una y otra vez la audición de Naruto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por varios minutos en aquel salón de actos solo se escucharon las carcajadas de un viejo profesor, el hombre estaba doblegado, con ambas manos en el estómago, reproduciendo en su cabeza una y otra vez la audición de Naruto.

—Ya está, ya fue la gracia—. La profesora negaba con la cabeza viendo a su compañero de esa forma.

—Ay—se limpió una lagrima—. Que personaje…

—¿Y que hacemos ahora?

—Obvio que ir a almorzar, me muero de hambre.

—Sobre la obra, nene, sobre la obra—. La mujer rodó los ojos, no podía esperar para llegar a su casa y ahogarse en el pote de helado que había sobrado del día anterior, cuando también se había ahogado en helado.

—Uf, esta complicado te digo, eh. Nadie más se presentó para Romeo, todos al enterarse que era yaoi se fueron a la mierda.

—Malditos desgraciados… ¡Son solo unos besos! Y encima Julian es hermoso.

—Sí, es hermoso… —el hombre sostuvo su mejilla con ambas manos, cuando de repente el libreto enrollado golpeó su cabeza.

—Cochino depravado ¡Tienes como cincuenta años más! ¡Por favor, más seriedad!

—Bueno, mira, lo que hay que hacer es esto…

—¿Y tú me estas diciendo que debo meterme… Ahí? —con su fina mano recién salida de la manicura señaló a el tumulto de estudiantes que se abalanzaban sobre el tablero informativo —Olvídalo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Y tú me estas diciendo que debo meterme… Ahí? —con su fina mano recién salida de la manicura señaló a el tumulto de estudiantes que se abalanzaban sobre el tablero informativo —Olvídalo.

Sasuke suspiró, él tampoco quería estar tocando cuerpos ajenos llenos de olor a pubertad y espinillas, pero la curiosidad lo estaba matando.

Romeo Y Julián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora