Aquí es cuando la escena sobrepasa el escenario, cuando el guión deja de ser interpretado, cuando la persona deja de actuar y comienza a amar de verdad.
Lo que empezó como una obra de teatro y termino como un amor desesperado.
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🍜NaruSasu.
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“Hay para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas desnudas.”
—Romeo y Julieta.
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El cielo llora y truena destrozando la esperanza de los jóvenes que vuelven caminando a casa, sí, esta bien la lluvia pero no cuando hay que caminar kilómetros bajo esta. Empapandote hasta las pelotas.
—Otra vez olvidaste el paraguas ¿No es así? —Ino se sujeto de las mangas de su mochila, observando el repiqueteo de las gotas sobre el pavimento fuera de la escuela, caían con furia, la baja temperatura contaba lo fría de estas.
Sasuke la miro de reojo, sonrojado, porque la rubia tenía razón. Había salido muy rápido de casa.
—No. —pero el orgullo siempre por delante.—Solo miraba.
—Ah, ya recuerdo, a ti te gustan los días así.
—Mhm. —asintió.
—Bueno, adiós precioso. —beso su mejilla sonoramente para luego bajar las escaleras y adentrarse en al auto de su padre, si Sasuke hubiese admitido que no traía paraguas Ino lo hubiese alcanzado hasta su casa sin dudarlo.
Suspiró con pesadez, pensando en todas las cuadras que lo esperaban, temía que los papeles de su mochila se perjudicasen, allí se encontraba el maldito libreto.
Pensó que mientras antes comenzará antes llegaría. Así que despotricando sobre su vida inicio camino.
Podía sentir como las gotas heladas trazaban un camino húmedo desde su nuca hasta la mitad de su espalda, donde desaparecían siendo absorbidas por la tela del uniforme escolar, empapando su ropa poco a poco.
Le tembló el cuerpo ante un escalofrío, sacudió sus cabellos azabaches queriendo deshacerse un poco del agua.
Ahora ya no le gustaba la lluvia.
De pronto todo seso, el frío, el agua… Se detuvo y miro hacia arriba donde descansaba la inconfundible tela del paraguas y lo peor era que este estaba sostenido por una mano, una mano que por desgracia conocía demasiado bien. Suspiró. Y se preguntó si era mejor la lluvia.
—Te vas a resfriar. —dijo el rubio en un susurro bajo, caminando hasta ponerse a un lado del azabache.
Sasuke por su lado lo observo con sorpresa, tenía algunos de sus dorados cabellos apegados a la frente y su pecho subía y bajaba preso de la agitación ¿había corrido? Subió la vista a su rostro y casi deseo no hacerlo.