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Cr. img: Knarl_

Gente! Ali vuelve a este fandom porque así es la vida, porque el TodoDeku me puede *corazoncito* 

Este fic —que en un inicio estaba pensado en ser un one-shot— se lo debía a mi bella Cadiie~ 

Creo que ya tenía un año esta idea y apenas vio la luz, porque Ali es así de lenta pa' escribir :'D

Por ello, Cadiie, esto es para ti y espero te agrade~ *corazoncito*

Aviso: Aquí el popasito de Izuku es nada más ni nada menos que el AFO, no esperen ver al Oru Maito por aquí porque... la neta, la historia es solo de Izuku y Shoto :'B

Bien, dicho esto, empezamos con la primer parte~

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Musutafu, Japón.

Residencia Midoriya.

Enji estaba frente a una gran reja con el emblema de la familia más importante de Japón; tan importante como la familia real. Todos sabían del quirk que pasaba de generación en generación. Un quirk tan codiciado que familias poderosas de todo el país buscaban la aprobación del Gran Alfa, el hombre que podía exterminar un linaje completo en un instante. Muchos lo respetaban otros lo odiaban, pero lo cierto es que él tenía el poder completo de lo que sucedería en la nación una vez un cachorro naciera.

Controlaría cuánta paz o ríos de sangre habría en Japón.

La gente sabía que un alfa Midoriya podía ser letal, sin embargo, el peligro real, el terror mismo, recaía en los omegas. ¿Quién diría que el mundo temblaría de miedo ante un omega cuando en la sociedad se tenía por concepto que eran seres delicados y hasta débiles?

Cuando un omega Midoriya nacía, comenzaba la disputa entre distintas familias por ver quién lo obtendría. Eran batallas sangrientas, donde estirpes completas perecían, donde Japón se teñía escarlata. La humanidad contenía la respiración cuando el omega en turno elegía a su alfa. Cada omega tenía estándares específicos, necesidades que debían cumplirse por completo; todo era un juego de selección, que llegaba a tener parecido con las antiguas tradiciones que se creían haber perdido.

Enji sabía perfectamente que el Gran Alfa buscaba alfas fuertes con quirks que fueran de su agrado e interés, así como provenir de familia de renombre. No hace semanas se supo —mediante una nota en el periódico nacional— que el hijo menor de los Midoriya se había presentado como omega, por lo que las piezas comenzaron a moverse en el tablero.

El proceso de selección comenzaba desde que la nota era publicada. En esta nota, se tenía que descifrar el número telefónico que sería el primer paso para enlistar a la familia interesada. Este número dejaba de funcionar cuando el cupo llegaba a su límite. Llegar a siquiera estar en el listado era un gran logro para cualquier clan. Pero para Enji no sería suficiente, él quería, no, deseaba que los Todoroki fueran bendecidos con aquel quirk. Un quirk capaz de potenciar otro era casi un fruto prohibido.

Por ello, Enji, se dedicó a descifrar aquella nota, obteniendo el número y marcar a tiempo. Después de que se validara que su familia poseía un buen estatus, se volvió el décimo en la lista. A la semana recibió un sobre con una carta de felicitaciones, una invitación con fecha, hora y dirección donde sería entrevistado, un formulario que debía llenar y un contrato de confidencialidad donde se establecía que, en caso de no pasar algunos de los filtros, dejaba a libre albedrío la decisión de su vida y estirpe a manos del Gran Alfa y evaluadores.

Naturaleza Heredada - [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora