Capítulo 42

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Jonathan POV

      Amelia no paraba de hacer preguntas y yo sabía que solo quería descubrir cosas sobre Joseph. Pero yo estaba seguro de que no había nada que descubrir.

      Luego de la cena nos iban a servir el postre pero antes decidimos pasear un rato por el salón. Ya saben, estirar las piernas. 

      Durante ese descanso vi a Joseph entrar en el living y dejar algo entre el florero. Decidí pedirle a Amelia, quien estaba hablando con mi madre, que me acompañara a un lugar tranquilo.

      Ella en un principio no entendió pero al final me siguió. La llevé al lugar contándole lo que había visto.

      Cuando íbamos a sacar el objeto de entre las flores, sentí algo moverse e instintivamente tomé a Amelia de los hombros pegándola a la pared e iba a besarla cuando su expresión me detuvo.

      -No quiero interrumpirlos, pero Callie me ha pedio que les avise que ya está listo el postre.-Stella se marchó sin que la despidieran.

      La expresión de Amelia no había cambiado. Tenía esa mirada de... pánico en sus ojos, yo no lo entendía.

      -Amelia, ¿qué te pasa?

      -Na-nada, ¿por qué?

      Me la quedé mirando fijamente y luego comprendí.

      -Tienes miedo de que te bese- afirmé.

      -¿Qué? Eso es ridículo. Es claro que no quiero que lo hagas pero no tiene nada que ver con temor o ese tipo de cosas. Eso es... eso...

      Se puso nerviosa cuando me acerqué más a ella.

      -Eso confirma mi teoría- me alejé- no voy a besarte, a menos que estés de acuerdo.

      Con eso buscamos el objeto entre las flores y fuimos a disfrutar del postre. El resto de la velada pasó sin incidentes.

      A la hora de marcharse los Rhymes fueron los primeros en abandonar la casa. Amelia se despidió de todos. ¿Mencioné que Joanna no había podido ir a la cena? Se sentía muy mal pero dijo que era un compromiso que no podía esperar (además declaró que no quería estar en la misma sala que Stella) no sé que cambió con eso.

      Decidí acompañar a Amelia hasta el auto y me senté en el asiento del copiloto mientras ella en el otro.

      -¿Qué te parece que sea?- le pregunté levantando el pequeño objeto negro.

      -La verdad no lo sé- lo tomó- pero mañana se lo enviaré a Roger y estoy segura de que él resolverá todo.

      Nos quedamos unos segundos sin decir nada. Luego traté de animarme a... pensé que quería decirle cómo me sentía, aunque no lo tenía muy claro.

      -Creo que debes salir- no me miraba- ya debo irme a casa.

      -Claro- contesté mientras salía- y recuerda no decirme adiós.

      Ella me miró un poco desafiante pero no dijo nada. Yo cerré la puerta y ella arrancó de inmediato. La vi hacerse pequeña en la carretera y cuando las luces desaparecieron de mi vista entré a casa y llamé a Hernesto.

      -¿Le contaste todo?

      Hernesto y yo habíamos quedado en que trataría de contarle a Amelia algo que yo aún no podía descifrar.

      -No va a funcionar. Lo mejor será que nos alejemos.

      -Jonathan no creo...

      -Todo está bien. A lo mejor es lo correcto.

      Decidí colgar. Después de todo había cosas que a lo mejor no estaban destinadas.

Una novia por 15,000 dólaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora