Capítulo 17

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Amelia POV


Sabía que Jonathan y yo iríamos por un helado esa tarde, bueno tal vez se me olvidó un poco con el paso de las horas, pero esperaba una llamada de recordatorio no que llegara a mi casa directamente.

Mientras me daba una ducha solo podía pensar en que Jonathan estaba a solas con mi padre. Seguro empezaría con su discurso de "mantén tus manos quietas" y esas cosas. Decidí arreglarme rápido para salvarlo del agujero en el que se había metido.

Me puse unos jeans y tenis, simple, me puse una blusa lo bastante holgada como para que la madre de Jonathan pensara que estaba gorda, pero bueno, era algo simple y no nos encontraríamos con nadie del instituto. Me puse a buscar mi peluca para completar el look pero no la encontraba por ningún lado. Tendría que olvidarme de ella por hoy.

Bajé lo más pronto posible y no veía por ningún lado a Jonathan, le pregunté a mi madre por ellos y ¡estaban jugando futbolito!

-¿Cómo llegaron a eso?- le pregunté a mamá- hace unos minutos papá quería arrancarle la cabeza.

-Bueno, el chico tiene carisma.

-Iré a buscarlo.

Cuando llegué al salón de juegos ambos estaban increíblemente concentrados en una batalla de futbolito, eso era ridículo. Me puse al lado de la mesa y esperé a que el diminuto balón estuviera en buen lugar y no estuviera en peligro de romperme los dedos, entonces lo tomé y ambos empezaron a quejarse.

-Lo siento pero quiero helado, ahora vámonos.

Se siguieron quejando pero el juego acabó. Tomé las llaves del Audi para buscarlo en el garaje.

-Eso no será necesario- dijo Jonathan- yo te invité, yo te llevo.

Antes de que pudiera protestar me quitó las llaves colgándolas de vuelta a su lugar y me empujó afuera.

Salimos a la acera donde dejó estacionado su Lexus y me abrió la puerta del copiloto.

-¿A dónde iremos?- pregunté.

-A un local que está muy cerca de aquí, escuché que sus helados son muy buenos y quise probar, se me acaba de ocurrir, ¿te parece bien?

Asentí. Todo el camino lo hicimos sin hablar, en el auto solo se escuchaba la música que salía de la radio. Parecía irreal, los últimos años me los había pasado tratando de alejarme de toda la gente del instituto (ni siquiera interactuaba con Hernesto en ese lugar) y ahora salía a pasear con uno. Que cambio.

Llegamos al lugar y...

-¿En serio se te acaba de ocurrir?

-Bueno, tal vez tu padre mencionara o no, que es tu lugar favorito para los helados.

-Me siento traicionada- expresé- no se suponía que ibas a caerle bien. A mi ex casi lo golpea.

-Al principio quería hacerlo pero... espera, ¿tienes ex?

-¿Vamos por el helado o no?

-¿Cómo es que no sabía eso?

-Porque no somos amigos. Te ayudo con algo y eso es todo.

-Correcto, entonces el propósito de esta reunión es ver si podemos ser amigos, ¿te parece bien?

-Me parece que servirá para pasar el rato.

Me quedé en una de las mesas de afuera mientras el entraba para pedir los helados. Cuando salió, tenía un delicioso helado de chocolate con muchas chispas de chocolate encima y jalea de chocolate. Se me hacía agua la boca. El de él era de vainilla con chispas de colores.

Una novia por 15,000 dólaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora