禁じられた森 | ɮօѕզʊɛ քʀօɦíɮíɖօ | YOONTAE

Capítulo 46

Había pasado una semana más y la nieve no sesaba, Jungkook trataba de comprender el porqué mientras miraba por la ventana. El invierno debió de haber terminado hace dos semanas pero no había cambios, algo debió de afectar el ciclo, el dios debió de hacer que fuera primavera, ¿tan concentrados estaban queriendo matar a yoongi que olvidaron su labor en el mundo? Soltó un fuerte suspiro para mirar la cabaña un poco más vacía, hace dos días el dios donghae junto con sus protectores se fueron de regreso a su templo, al parecer había ocurrido un problema pero prometieron regresar cuando se les fuera llamado.

Los malditos estaban descansando juntos en el sofá, por fin habían traducido todo el libro y sólo faltaba buscar la katana de Sunhee, sus premoniciones se hacían más fuertes cada día.

Dioses muertos, almas corrompidas y un zorro gigante descontrolado frente al cuerpo de alguien.

Detestaba no saber quiénes eran, no ver rostros y no obtener muchas respuestas como si el no pudiera ser participe de ello. El zorro debía de ser Yoongi pero quien era la persona tirada en el suelo.

—Jungkook... – aquella voz que lo estaba cautivando lo hizo voltear, Taehyung le dio una sonrisa mientras le extendía un poco de té caliente. — no deberías de pensar tanto las cosas, no te he visto descansar mucho y deberías de hacerlo si quieres ser de ayuda frente a Bang Suk. – era prohibido fijarse en él. — ¿me estas escuchando? – movió la cabeza en negación por inercia dejando ver la leve molestia en el rostro del menor.

— lo siento Tae, creo que debería de dormir un poco. – respondió antes de beber el té.

— es lo que te dije, en la tarde nos iremos cerca de las montañas para buscar la katana de la sacerdotisa aunque no entiendo el porque me funcionará a mi si no soy ella. – exclamó confundido el menor.

—bueno, es porque son sacerdotes ambos. – dijo nervioso. No sabía si decirle respecto a su origen ni el sabe como fue que Jin y Jimin lo trajeron.

— entiendo. – respondió el semi rubio.— ahora ve a dormir, yo estaré aquí vigilando a ellos junto con Kumi. – sonrió leve. Jungkook obedeció para ir a la habitación y descansar un poco, era el que menos dormía en situaciones como estas en donde los lamentos de las almas se escuchaban con frecuencia.

Taehyung se sentó en el sillón individual para mirar como los mayores dormían con tranquilidad abrazados, no podía negar que su corazón dolía por el parecido a sus padres pero no eran ellos. Kumi se recostó en su regazo al sentir su tristeza y eso lo distrajo, saber que aquel zorrito era parte de Yoongi le hacía pensar que el mayor no estaba enojado con él y aún se preocupaba por su bienestar.

— eres el amante del dios kumiho, ¿cierto? – murmuró SeokJoon mientras levantaba su mirada sin dejar de acariciar el cabello de su amado. — es por ello que posees un poco de sus poderes.  – Taehyung se sonrojó ante lo dicho. — debes usarlos sin dudar, si es necesario mata, ellos no dudarán en hacerlo contigo.

— solo quiero que esto termine, volver a lo cotidiano y disfrutar mi vida con la gente que me importa. – susurró acariciando al zorro. — hablar con los dioses para que no lastimen a Yoongi.

— no deberías de hacer eso, van a enterarse de que tu le diste las almas a Bang suk y te condenarán, el estúpido del dios mayor no parece decidir por su cuenta y se deja guiar por los demás. – respondió con frustración.

— no deberías de decir malas palabras SeokJoon. – su amado había despertado para reprenderle por decir aquello. — no enfrente de él. –susurró cerca del oído de su pareja para dejar un beso en su mejilla. – lo siento por mi falta de modales Taehyung. – se disculpó SeokJoon rápido.