Capítulo 3.

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Aún no podía creer las palabras de mi pequeña amiga.
Pero... mis padres eran normales,  ¿no?
Había accedido a hacerme más estudios, y hoy tenía que volverla a ver.

Pero justo cuando estaba frente del consultorio que tanto conocía la puerta es abierta y de ahí sale un hombre alto,  fuerte y  algo delgado, pero podía ver sobre su ropa que hacía ejercicio
Su cabello estaba despeinado y era rubio, rubio como el sol.
No... su cabello era más claro que el sol.
Pero sobre todo su olor... Su olor me provocaba ganas de querer besarlo, de estar a su lado y...
¿Qué estoy pensando?

—Ya llegaste. - me dice una pequeña voz detrás de él.
Se que es de Eimi, pero no puedo evitar mirar al hombre frente de mi y memorizar cada parte de él.

— El es mi otro paciente. -el chico no quita su mirada penetrante de mi.
Una parte de mi teme por mi vida.
Pero la otra... no puede dejar de apreciarlo.

—Nos vemos luego.- le dice a la chica y se va en sentido opuesto al que llegué. Tenia celos de mi amiga.
Quería que esas palabras fueran para mi.

Me siento frente de mi amiga pero no escuchó nada de lo que me dice.
Mi mente está en otro lado en este momento,  y mi cuerpo lleno de deseo.
Un deseo que nunca antes había sentido y se sentía tan bien.

— Eso es todo.- dice Eimi sacandome de mis pensamientos. —¿nos vamos a ver hoy en la noche?

—¿Ah? Si.

—Va a ir a Arthur,  espero que no te moleste.

—¿Quién?

—mi novio.- me mira de reojo.— ya lo conoces, es el chico de ayer.

Asiento distraído.
El olor aún continúa aquí.

—¿Traes galletas?- esta me mira confundida y niega con la cabeza.
Por un momento crei que el olor pertenecía a algo de comida y no a la persona que salió de aquí hace rato.

....

Me dirijo al bar donde estaban mis amigos y mi preciada novia.
Esta se lanza sobre mi y me comienza a besar de una manera que antes sentía sexi y atrevida.

Nada.
No sentía nada ahora.
Incluso cada movimiento que ella daba para conquistarme otra vez lo sentía repugnante.
Eimi hablaba alegremente con Arthur y este parecía no tener expresiones faciales.
Mi amigo el promiscuo no para de quejarse del acompañante de Eimi.
A él siempre le gustó Eimi, pero esta nunca le hizo caso.
Pero no la culpó... ¿Quién saldría con alguien como él?
Me alejo de mis acompañantes y me dirijo a la barra para tomar como si no hubiera un mañana.
Pero lo único que no sabía era que esa noche iba a ser mi perdición.

....

Despierto por el sonido de mi teléfono.
Mi cabeza da vueltas y la luz del sol me ciega.
No se en donde me encuentro y mi cuerpo está adolorido ¿Qué pasó anoche?
Esta no es mi habitación y tampoco de alguno de mis amigos.
Volteó a mi lado y veo un gran bulto.
Dios... ¿Con quién dormí?
Había ropa en el suelo, y pude distinguir claramente mis calzoncillos.

—¿Puedes callar de una buena vez esa cosa?- Bufan a mi lado.
Reconozco esa voz y ese olor.
Inmediatamente un par de recuerdos llegan a mi.
Recuerdo como se sentía su piel sobre mi piel, cada caricia que me daba y esos besos en mi cuello provocaban sentimientos en mi parte baja.

—Bueno.- contesto asustado en el baño.
Me miró por el espejo y veo todas las marcas que hay en mi cuerpo.

— ¿Dónde estás? Estábamos todos preocupados por ti.- escucho la voz de May en el fondo.

—Es... complicado. - le contesto a mi amiga. —¿Puedes alejarte de May? no me concentro.

—Jeff y Arthur salieron en tu búsqueda. - murmura enojada la pequeña.— dime que por lo menos tomaste tus pastillas antes de ir al bar.

—No.‐ no sabía para que me las dio, así que no los tomé.

—Te dije ayer que te la tomaras, estas en tu ciclo.- se que quiere gritar,  pero no puede porque May esta cerca de ella.— cuando te vea te voy a golpear.

Entre armas y Almas. (OMEGAVERSE).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora