Capitulo 9.-

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"La venganza, el intelecto. Dame el poder de cambiar su aspecto. El dolor, la oscuridad, la inconsciencia. Dame el poder de cambiar su apariencia"

Las pociones cayeron en las manos de Luzu. Su sonrisa se amplió ante la respuesta de sus dioses. La venganza se cumplirá. Su corazón se tranquilizara un poco. Los relámpagos cantan su futura victoria. Las cenizas del fuego bridaran tributo a su gloria.

Montando en su fiel caballo de esqueleto, la frente en alto y una sensación de orgullo total, se dirigió directo a casa de su vecino.

Auron, sorprendido y alterado, observa confundido como Luzu se acerca con aires de maldad. Con espada en mano y la guardia alta, trata de descifrar las intenciones del otro.

-He venido a hablar.

Una explosión. Otra flecha dispara y crea otra explosión. Luzu ríe divertido. Auron queda aturdido ante lo que sucede.

-Tranquilo. Solo era una muestra de mi poder. Puedes acercarte.

-Te estás pasando. Tenemos que hablar. Debes calmarte.

-Te he traído un regalo, como muestra de mis intenciones.

Auron chito ante aquello, no sabía que pensar sobre aquello.

Luzu apretó el mango de su espada tras su espalda esperando el momento preciso.

-¡Ahí va!

El bote de cristal impacto el cuerpo de Auron. El humo y los destellos cegaron al pobre Auron.

-¡¿Qué es esto?! ¡Luzu!

¡¡LUZU!!

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Auron abrió sus ojos. Otra vez había soñado, o más bien, recordado lo que paso aquella noche con Luzu. Se levando con dificultad y miro como su almohada estaba manchada de dorada miel, sus sabanas, su colchón, su cama tenía miel que provenía de propio cuerpo.

-¿Por qué?

Miro sus propias manos, pegajosas, cubiertas de miel. Desde el cabello hasta la punta de sus pies, todo su cuerpo era de miel.

-¿De verdad me merezco esto?

Su ser había cambiado desde aquel día. No se presento a trabajar al día siguiente ni el siguiente, ya han pasado más de 3 días desde que Luzu le lanzo aquella maldición. No se había dignado en decirle a alguien ni a salir de su casa. Lolito, Alexby, Fargan, Vegeta, Rubius, incluso Willy han tratado de contactarlo sin éxito; apago su celular, sus torretas a su máximo nivel y se escondió en el rincón más alejado de su bunker.

No podía ni llorar de la rabia, sus lágrimas eran de miel combinada en un líquido negro de sus ojos. Le daba asco verse al espejo, no se reconocía, no se sentía él mismo.

-Tal vez si lo merezco...

Sentía que esa maldición era un castigo, un cruel castigo por todas las ofensas, traiciones, explosiones, por todo su egoísmo y caos que él ha provocado desde que llego a Karmaland.

Debía hacer algo, quería hacer algo. Primero que nada quería salir de su casa, respirar aire fresco, tomar algo de sol y procurarse de volver a su vida rutinaria. Suspiro, camino hasta su cocina y comer algo, agradecido de que la miel no se mezclara mientras comía. Al terminar, tomo sus cosas y fue hasta la puerta del exterior, respiro hondo antes de abrirla y salir de la misma.

El fuego de mi Ira [Karmaland] [LuzuPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora