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Sus labios fueron gentiles con los míos, lentamente nuestros labios danzaban—cabe decir que era mi primer beso y, le seguía la corriente—.

Temía hacerlo mal.

Pero dejé guiarme por él, mi instinto y seguridad. Mis manos pasaron de estar en sus hombros a su cabello. Sus manos dejaron de estar de mis mejillas a estar ahora en mis caderas y empujándome más a él,

Besarlo era exquisito.

Sus labios eran suaves y encajaban perfecto y suena muy cliché, pero era así.

Ésto era cliché.

Pero del que me gusta.

Un golpe en mi cabeza hace que nos detengamos de golpe, luego escucho el típico:

¡Lo siento, Ellie!

—¡¡AAAY SCOTT,TE VOY A MATAR!!

Elle no me da su númeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora