Capitulo 4

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He estado pensando toda la noche sobre las consecuencias que tendría ser el sinsajo. De momento, los inconvenientes ganan a las ventajas, pero tengo decidido que lo haré. Lo haré por toda esa gente que quiere luchar. Lo haré por Peeta. Por Jai. Por vengarme de todos los terribles años de los juegos. Por vengarme de Snow. Me levanto de la cama, un poco atormentada, y me visto con el mono gris. Me hago una cola para despejar mi cara, ya que aún estoy medio dormida, y me dirijo a la habitación de Katniss. Llamo a la puerta.

-Adelante.- se escucha la voz de Katniss.-

Entro. Katniss está con Prim. Supongo que aprovechan el poco tiempo que tienen para estar juntas.

-Hola.- les sonrío.- Venía a comentarte una cosa.

-Os dejo solas.- dice Prim. Y sale de la habitación despidiéndose.-

-¿Que querías decirme?- me dice Katniss.-

-Lo he estado pensando y... voy a acceder a ser el sinsajo. Siempre que sea contigo.

-¿A que viene ese cambio de opinión?

-Les pondre una lista de condiciones.

-¿Condiciones?- dice ella, esbozando una sonrisa, y arqueando las cejas.-

-Exacto. Estoy segura de que te gustarán.

-Está bien, yo también accedo. Vamos a ser los sinsajos más bonitos de la história.- dice sarcásticamente.-

-Los únicos de la historia, supongo.- digo sonríendo.-

-Vamos a desayunar, tengo hambre.- me dice.-

Así que nos vamos al comedor, donde montones de gente refugiada, soldados, y de más, se encuentran sentados en las mesas desayunando. De repente las pantallas de la televisión se encienden. Aparece el sello del Capitolió. Y Caesar Flickerman. Y Peeta. Peeta. Está vivo. Escucho atentamente.

-Estás vivo.- susurro mientras me levanto de mi asiento en la mesa.-

-Bienvenidos, gente de los distritos.- empieza a hablar Caesar.- Hoy tenemos con nosotros a un invitado muy especial.- Peeta, buenos días.

-Buenos días, Caesar.- Peeta sonríe. Va completamente vestido de blanco. Parece uno de ellos. Uno más del Capitolio. Su voz parece forzada. Tiene unas grandes ojeras camufladas entre el maquillaje.

-Cuéntanos, Peeta.- dice Caesar.- ¿Como fué para tí trabajar en el plan de rescate de Kimberly y Katniss? Ten en cuenta que los tributos te mantuvieron con vida. ¿Como lo planeasteis?

-No planeamos nada. Al menos Kimberly y yo no. Ella no sabía nada, al igual que yo.- se defiende Peeta.-

-Bueno, Peeta, pero tienes que aceptar que todo era muy sospechoso...

-Sí, puede ser, pero ¿Era parte del plan que Johanna intentara matar a Kimberly? No. Nosotros no teníamos nada que ver, no sabíamos nada.

-Está bien, te creo Peeta, te creo.- dice Caesar, poco convencido.- ¿Quieres hablarnos de la rebelión, o...?

-No, sí. Lo haré.- dice él. Su expresión se vuelve seria, como si lo obligasen a hacerlo.- Quería decir que...Ultimamente se han cometido unos actos de rebeldía. Y les quería decir a todos los que hayan tenido algo que ver: ¿Que pasaría si esos actos desencadenasen otra guerra? Moriríamos todos. ¿De verdad es eso lo que queréis? Pensadlo.- tengo miedo de que sus palabras se retransmitan por todos los distritos. La gente lo odiará.-

-Entonces, ¿Estás pidiendo un alto al fuego?- pregunta Caesar, aunque sabe la respuesta.-

-Sí. Eso mismo. Pido un alto al fuego a los rebeldes.- responde. Lo están utilizando. Peeta nunca diría eso. La gente que estaba desayunando se pone de pie y pegan golpes. Incluso los soldados gritan, insultan a Peeta. No comparten su misma opinión, ya que ellos llevan años planeando este rescate. Katniss y yo salimos de entre la multitud. Sam y Gale nos siguen de lejos. Me siento en una mesa alejada de la gente. Katniss está a mi lado. 

-¿Creeís que le obligan a decir eso?- les pregunto.-

-Es posible. - responde Katniss.-

-Puede ser que los torturen.- dice Gale, sin ningún tipo de compasión.-

-¿Los?- dice Katniss.- ¿A Peeta y a quién más?

-Antes de que os fuerais han salido en la televisión Johanna, Annie y...Ha...Hay...- dice Sam entrebancandose y sin poder continuar sus palabras.-

-Y Haylen. También estaba Haylen.- acaba Gale.-

No puedo creerlo. Los tienen a todos. Tienen a sus vencedores. Y por un momento entiendo lo que significa eso. Peeta aún sigue luchando. Aún está en los juegos. Y no se va a liberar. No mientras esté atrapado en el Capitolio. Corro lo más de prisa que puedo hasta el cuartel general. Katniss viene detrás mío. Me toco el bolsillo. Llevo la lista de condiciones. Tendré que añadir unas cuantas sobre la marcha. Las puertas se abren. Y allí están Plutarch Heavensbee, la Presidenta Alma Coin y Diana Farrow.

-Accedo.- suelto directamente.-

-¿Accedes?- dice Plutarch sonríendo.- Accedes a...

-Accedo a ser el sinsajo. Pero con unas condiciones.

-¿Condiciones?- dice la presidenta Alma Coin.-

-Exacto.

-Unas condiciones que hemos pensado entre Kimberly y yo.- dice Katniss.- Y que si se incumplen, tendrán consecuencias. Nosotras hemos accedido. Ahora tendréis que hacerlo vosotros si queréis un sinsajo.

-Está bien, dinos, ¿que condiciones?- dice Diana.-

Saco lentamente la lista de mi bolsillo. El papel cruje cuando lo despliego. Miro la condición número 1. 

-Rescataréis a Peeta en cuanto tengáis la ocasión.- empiezo a leer alto y claro.- También sacaréis a los demás tributos. Lo antes posible. Me da igual lo que hayan dicho, y si os caen bien o mal. 

-Está bien. Siguiente condición.- dice Alma Coin.

-No se les hará ningún daño a los tributos rescatados. No se les condenará a nada y la gente los tratará normal, como a cualquier otro. Tampoco se les recriminará nada.

-Los tributos serán juzgados como cualquier otros.- dice Alma.-

-Presidenta Coin.- dice Katniss, enfadada.- Por favor, ciñase a las condiciones.

-Está bien. No se les hará ningún daño ni se les condenará. ¿Alguna otra...condición, señoritas Everdeen y Farrow?

Miro la lista. Katniss me mira.

-Sí- dice Katniss.- Mi hermana se queda con su gato. Y nosotras matamos a Snow.

Los Juegos Del Hambre: New Story 2 (Mockingjay, Sinsajo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora