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—Bien, Taehyung, ¿Cómo va todo? —preguntó el Doctor Jung, con una adorable y brillante sonrisa en los labios, que resaltaba aún más con su cabello rojo.

El Doctor Jung había sido el terapeuta de Taehyung por años, y podía decirse que conocía el pequeño. Después de tenerlo tanto tiempo en su consultorio y conocer de su condición, podía ya predecir sus reacciones, incluso sus acciones, y de esa forma era que lo había orientado hacia el control de sí mismo tantas veces. No sólo por su fobia, sino por el trastorno de ansiedad que había desarrollado a partir de ella. Así que, aunque era su paciente, ahora podía ser más amigable con él. 

Aún tenía la imagen fresca en su cabeza, del primer día que el niño se presentó en su consultorio, teniendo escasos 15 años, acompañado de su abuela. Recordaba a la perfección el obstáculo que supuso que el niño se abriera a él y lograra hablar con tranquilidad. Quizá no lo sabía todo, pero para su profesión consideraba que sabía lo suficiente. Había enviado al chico en un par de ocasiones a sesiones de hipnosis para descifrar —buscando en lo profundo de sus recuerdos— la razón por la cual tenía miedo a la sangre y los objetos afilados, al principio, ya que antes de eso el castaño desconocía el sentido de su pánico que le impedía vivir con normalidad, y cuando el recuerdo traumático del accidente había salido a luz, recordaba también los meses posteriores en los que el chico permaneció en silencio, cada sesión, mientras digería los recuerdos que el traumatismo del accidente, la compañía de su abuela y el pasar de los años había vuelto difuso. 

"¿Qué puedo hacer para ser normal? Odio... ser así" le había oído decir, el día que por fin se dispuso a hablarle. Gracias a la paciencia y dulzura con la cual trataba al chico, ese día sólo le había sonreído y tomado su mano. El camino fue emprendido desde allí. Años después, podía afirmar que gracias al proceso que llevaba, ahora podía aceptar su condición, y vivir con ella. Taehyung conocía explícitamente cada detalle de su fobia, todos los límites y cuidados que debía tener, pero también lo importante que era superarlo.  

Y ahí entraba Jungkook, su mejor amigo, del cual Taehyung hablaba bastante seguido, mostrando síntomas de un bastante inusual apego emocional del que, hasta ahora, no había logrado entrar mucho al tema. Siempre era difícil hablar si se trataba de Jungkook, así que los últimos meses había sido un silencioso espectador de este extraño vínculo. De lo que podía percibir en sus palabras al mencionarlo, el hombre se había vuelto, al pasar de los años, su zona segura. Todo el papeleo, y todos sus registros iban con el nombre de Jungkook. Era su representante legal, aunque no le llevara ni dos años de edad. La relación con ese curioso ser humano había trascendido hacia límites inimaginables. Mejor amigo, protector, padre, guardaespaldas, almohada. Esa era la pequeña lista en la que logró encerrarlo, basado en los testimonios de Taehyung. Y ojalá eso hubiera sido todo, Jung Hoseok habría agradecido que eso fuera todo. 

Pero en cuanto percibió que el sentir de Taehyung estaba cambiando en cuanto a Jungkook, tornando la fraternidad en romance, su instinto le dijo que todo estaba jodiéndose. A este punto, estaba casi seguro que todo era un desastre. 

Amar a alguien no estaba mal, ese no era el problema. El problema residía en el hecho, que sus sentimientos eran provocados por todos los papeles que este hombre cumplía en su vida. Los papeles que, Jungkook, al parecer cumplía amorosamente y en devoción, pero sin corresponder a los sentimientos que desarrollaba Taehyung. Y eso sólo ayudaba a incrementar una afición que no llegaría a ningún lado, y lastimaría a su paciente. 

Hoseok se había quemado la cabeza con eso por un tiempo. El escuchar que el mejor amigo de su paciente lo vestía, arrullaba, alimentaba y mimaba mientras salía con mujeres lo había confundido como el infierno. Primero había pensado que el hombre quería jugar con Taehyung, pero al ahondar en la raíz de su relación, tuvo que descartarlo; el hombre en verdad se preocupaba por Taehyung. Luego pensó que Jungkook sí correspondía, por su innato cariño y afecto, pero tuvo que drenar su convicción cuando una novia temporal se apareció en su vida, hacía meses. 

Dedal «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora