08

8.8K 1.3K 2K
                                    

Jungkook suspiró de alivio, sintiendo su cuerpo relajarse bajo el agua cálida de la ducha. Su cabello se humedeció hasta oscurecerse, y aunque inicialmente él había pretendido que fuera una ducha rápida, se quedó suspendido bajo el agua, simplemente disfrutando de la sensación del agua mimando su cuerpo cansado. Había tenido una noche asquerosa, y estaba algo molesto consigo mismo. El recuerdo del fin de semana no había hecho más que pesar en su pecho, aún no se recuperaba de la horrible resaca, y en acumulación, no pudo dormir. Le era imposible no afligirse. La cabina de la ducha se llenó de vapor, lentamente, mientras él repasaba—como un demente—. cada detalle del día anterior que había detonado este estado en él. 

Taehyung había llorado en sus brazos pidiendo que no lo dejara.

Apoyó las manos en los azulejos del baño, y apretó con las yemas la superficie fría. 

Realmente no lograba entender por qué el pequeño lo había pedido. Por qué siquiera lo pensaba. Habían estado juntos por tanto tiempo que era un poco tonto contemplar aquella idea. Él no tenía intensiones de hacerlo, y quería comprender las razones que tenía Taehyung para pensar en eso, ¿simple paranoia? ¿o quizás pasaba algo de lo que él aún no se enteraba? ¿Y si algo estaba mal? ¿Debía hablar con él?

Y el día no había transcurrido mejor, después de eso, además de estar mareado como el infierno y preocupado por el niño que tenía cita con su terapeuta, había una asquerosa e inexplicable sensación de intranquilidad que jugaba enredándose en su pecho. Aunque había recuperado sueño en la tarde y se había distraído yendo a comprar algunos víveres que su mamá, de camino a casa de ella había pedido, aquella sensación le había drenado todo el buen humor. Incluso su madre tuvo que preguntarle si estaba bien, si se estaba cuidando, ya que lo describió como "algo desganado y amargado".

¿Sería que quizás estaba enfermándose? Eso solía pasar cuando estaba a punto de pescar algo, algún virus, y podría explicarlo, pero... aquella cosa en su pecho le hacía dudar.

¿Y si era la falta de sexo? Hizo un mohín, sin darse cuenta de lo descarado de su pensar. Pero para él, tenía todo el sentido del mundo. Ese fin de semana, con todas sus vueltas, no había podido descargar la frustración y el estrés entre las piernas de alguna chica bonita. Pero ya era tarde, ya tendría que esperar hasta la próxima semana. 

Aunque si fuera por él saldría esa misma noche a un club. 

No, no. Hay trabajo que hacer. Pensó. Hay que cuidar de Taehyung. 

Esa semana recibiría documentos de su padre para traducir —ya que Jungkook, al dominar el inglés perfectamente, trabajaba con su padre traduciendo documentos, cartas o conversaciones de colegas extranjeros. La florería prosperaba bien surtiendo de hermosos arreglos los hoteles importantes de Daegu, Seúl y fuera de Corea— y tenía que estar en sus cinco sentidos para hacerlo perfecto y ágil para obtener el dinero suficiente, pagar la renta aquel mes y estar listo para cualquier emergencia con Taehyung. Ahora no había tiempo para sexo, y eso en realidad le entristecía.

Aunque siempre había existido la posibilidad de tirarse a alguna de las chicas de su clase, e incluso tenía ahora la oportunidad con su maestra de Contratación, pero Jungkook evitaba siempre acostarse con mujeres que conociera, para deshacerse de posibles problemas futuros. Las mujeres solían ser muy celosas en torno a él, ya lo había comprobado; y no estaba dispuesto a eso ahora.

Sería un fastidio.

Se dispuso a enjabonar su cuerpo, por fin, disfrutando del ambiente cálido de la ducha, y luego se lavó el cabello, permitiéndose relajar solo un momento, por fin.

Sin embargo, rostro reluciente del castaño volvió a su cabeza. Habían quedado en almorzar aquel día, ciertamente. ¿Ya habría despertado el pequeño? Había sonado... Extraño la noche anterior por el teléfono. ¿Habría llegado tan cansado en verdad? Taehyung no solía hablar así, con un tono tan... ido y extasiado.

Dedal «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora