Yo Soy Spider-Man

Curando a un doctor

Hell's kitchen.
11:30 pm.

Spidey despertaba algo atontado y con una visión borrosa que apenas lograba distinguir en donde estaba, dicho lugar parecía acogedor pero el arácnido seguía sumamente desorientado.

-Oh, veo que al fin despiertas, vaya paliza te pusieron allá abajo.- dijo una voz que provenía desde atrás del castaño.

Al voltear, Peter se percató que se trataba nada más y nada menos que de el abogado ciego de Hell's Kitchen quien se encontraba al otro lado de la habitación llenando un vaso con agua para posteriormente entregárselo a su persona.

-¿Matt? Me alegra verte amigo.- el chico recibió el sonriente el líquido observando el oscuro pero a final de cuentas reconfortante departamento del hombre sin miedo.

-Lo mismo puedo decir muchacho.- dijo el abogado con una pequeña sonrisa. -Y bien... ¿Qué tal has estado Peter?- preguntó el hombre de brazos cruzados mientras el arácnido suspiraba con algo de cansancio.

-Meh... nada del otro mundo, solo he estado algo ocupado con la doble vida, y hago lo que puedo para intentar hacer de esta ciudad un mejor lugar a costa de recibir golpizas... Pero estoy bien.- el abogado asintió comprendiendo completamente la situación del chico.

-Entiendo.... pero puedes explicarme, ¿Por qué te saqué de una alcantarilla medio consiente?- cuestionaba el abogado con un tono serio. Algo que le puso los nervios de punta al arácnido,  a quien  no le quedó mayor opción que responder a las preguntas de su amigo y compañero de trabajo por así decirlo.

-Pues... realmente es una historia algo larga.- dijo el castaño pasando su mano por una de sus heridas ya vendadas.

-Tengo tiempo.- respondió el diablo mientras se sentaba frente a Peter.

Zona no especificada.
12:00 am.

-No podemos seguir así, cada vez es más difícil mantenernos ocultos y seguir el rastro de Hydra a la vez.- decía una Natasha Romanoff ya cansada de huir y no tener donde dormir apropiadamente.

-Lo sé Natasha, ¿pero que otra opción tenemos?- decía Sam Wilson igual de irritado que ella.

-No lo sé, podemos hablar con Tony y tratar de llegar a un acuerdo y...- trataba de decir la Romanoff con cabellos rubios pero fue interrumpida por una chica con un potente acento Sokoviano.

-¿De verdad? Enserio crees que se puede llegar a un acuerdo, ya hay un acuerdo y es el que nos tiene en este basurero.- dijo una chica de extraños poderes escarlata con un semblante bastante molesto.

-Lo siento Natasha, pero tiene razón, de parte nuestra no hay mucho que podamos hacer.- dijo Steve poniendo una mano sobre el hombro de la rubia. A lo que esta solo suspiró pesadamente y un silencio inundó la habitación, uno que no duro mucho ya que el teléfono que el Capitán tenía para recibir una única llamada comenzó a sonar.

-¿Quien es Steve?.- preguntó nerviosa la bruja mientras se mordía levemente las uñas.

-Es... Tony.- dijo Steve para sorpresa de todos en esa habitación.

Hell's Kitchen.
12:30 am.

-Así que utilicé esta jeringa para extraer algo de su sangre y estudiarla.- dijo Peter terminando su relato.

-Así que esos rumores son reales, jamás pensé que eso pudiera suceder.- exclamó un claramente sorprendido Murdock. -¿Y piensas volver a buscarlo?- preguntó el abogado.

-No, no por ahora, hasta que consiga un antídoto para lo que se hizo.- respondió el castaño.

-¿Y sabes donde conseguirlo?- preguntó nuevamente el diablo.