Con el pie izquierdo

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Los aires otoñales comenzaban a hacer acto de presencia sobre la gran manzana, vísperas de una de las mejores festividades del año se hacían visibles en las contadas copas los de árboles que comenzaban a teñirse de un bello color anaranjado; haciendo juego con aquellos edificios cuyos muros y tejados ya habían sido maltratados por el pasar del tiempo.

A su vez, el incesante y estresante tráfico de la ciudad resonaba con la misma intensidad de siempre, los rostros aburridos y molestos de cientos de personas solo remarcaban la gran monotonía de la vida en la ciudad.

Pero por otra parte, los pasos apresurados que un joven de cabellos castaños daba a través de la acera cada vez se hacían más sonoros conforme se acercaba a la escuela, sus ropas desarregladas y la máscara que se asomaba por su mochila evidenciaban la razón de su retardo.

-¿P-Por qué las mañanas de lunes?, ¿¡por qué!?- los alaridos molestos que se escapaban de su boca a pesar de las tempranas horas del día, probaban que hoy no estaba siendo el mejor de los días para nuestro joven arácnido, ya que si bien es cierto que balancearse sobre el tráfico en lugar de tener que atravesarlo es una gran ventaja para ahorrar tiempo, de algún modo le resultaba sencillo encontrar la manera de llegar tarde.

-P-Podemos asaltar a la hora que queramos. "Oh, ¿qué les parece un Lunes por la mañana?" Me parece excelente, así hacemos a Peter llegar tarde.- el chico seguía con su monólogo personal mientras torpemente ataba sus agujetas sobre la marcha, lo que tarde o temprano le hizo dar un paso en falso que lo hizo caer al suelo.

-¡M-Mier...!- intentó maldecir el arácnido, sin embargo, al escuchar las sirenas de la policía a lo lejos no hizo más que cerrar los ojos con pesadez mientras alzaba la cabeza. 

-Ah... ¡Gracias Nueva York!- 

Tras alcanzar a las patrullas y llegar hasta la escena, el chico solo se topó con una joyería cuyos vidrios del ventanal de exhibición regados por el suelo que junto con algunas joyas delataron algo que ciertamente no se esperaba, una chica de antifaz y traje azules ya haciéndose cargo de la situación. 

Antes de que la chica se diera cuenta de su presencia, un par de vehículos abordados por sujetos con pasamontañas oscuros que cubrían sus caras entraron en escena, intentando atacar a los oficiales que esperaban pacientemente a que Ms. Marvel terminara el trabajo, obligando al arácnido a interferir. 

-La señorita está ocupada, ustedes bailan conmigo.- en cuanto el chico terminó de hablar, los hombres se lanzaron en su contra sin dudarlo.

Por otra parte, Ms. Marvel apenas terminaba de dejar fuera de combate a los sujetos que se habían adentrado en el local de joyas, sin embargo, al voltearse y mirar hacia afuera, no pudo evitar sorprenderse y sonreír al ver a cierto chico de poderes arácnidos enfrentándose a los delincuentes que habían llegado a la escena.

-¿Spider-Man?, ¿qué haces aquí?- la chica se metió en la pelea apoyando al arácnido con algunos de los sujetos encapuchados.

-Estaba a un par de calles de aquí y pensé en venir a ayudar... Pero creo que ya estaba todo bajo control.- el arácnido se deslizó debajo de las piernas de uno de los tipos para seguidamente darle una fuerte patada por la espalda, lanzándolo hacia Kamala, quien se encargaría de neutralizarlo con un puñetazo en el rostro.

-¿Estrenando traje?- Ms. Marvel agrandó su mano derecha para atrapar a un par de sujetos y seguidamente lanzarlos contra la pared, donde Spidey aprovechó para inmovilizarlos con sus redes.

-S-Si, algo así...- Spidey se percató del par de hombres que intentaron escapar montándose en sus vehículos, a lo que el chico disparó un par de telarañas hacia la lámina del coche, esforzándose para detener su escape.

Yo Soy Spider-ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora