7.- Asesinato en Brooklyn

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El lugar estaba acordonado, y múltiples agentes de la policía se encontraban vigilando la zona. Aparte de ellos, varios civiles muy curiosos y medios de comunicación se encontraban allí mismo. Charles y yo nos aproximamos a la zona, para ser precisos en dirección a un hombre mayor, de 50 años tal vez, canoso y de gran barba, anteojos redondos y vestimenta de anciano, acompañado de un señor de cara intimidante y acabada, de tal ves 40 años, un poco despeinado y vestido de camisa blanca y pantalones con tirantes. Fumaba un cigarrillo.

—Alto ahí —habló el hombre del cigarrillo en cuanto vio que nos acercamos —, no pueden acercarse mas. Atrás.

—Tranquilícese —el anciano lo detuvo —, él es el de que te hablaba.

—Soy Charles Williams —le tendió la mano —. Mucho gusto.

El hombre lo inspeccionó con mirada intimidante.

—¿Cómo puedo confiar en ti?

De uno de sus bolsillos, Charles sacó un amuleto hecho de una pequeña gema de absorción mágica con un raro escudo tallado detrás de la base metálica que la sostenía. La gema comenzó a brillar en cuanto la tocó.

—Mmmm... —el hombre la inspeccionó, y parecía que sus sospechas no disminuían —John Washington, detective de la policía de Nueva York. —y le tendió la mano.

—Supongo que si ese viejo está contigo ya sabes de qué va la cosa —apretó la mano del agente John —. Hechicero de Magia Arcana, Rango S. He sido asignado al caso.

—¿Yo cuándo tendré mi gemita como la tuya, Charles? —respondí emocionada por el artilugio que acababa de ver.

—¿Y ella quién es? —el detective John se puso de nuevo a la defensiva.

—Ella es mi prot... —Charles se detuvo —asistente.

—¿Su identificación?

—Es aprendiz.

—¿Tiene conocimientos de criminalística?

—En lo absoluto.

—¿Entonces para qué la trajiste?

—Es aprendiz.

El detective John ya no respondió.

—En fin —el viejo, que no había dicho ninguna palabra, interrumpió —, él es el agente que va a tomar el caso. Es un gran experto, así que no hay de qué preocuparse.

El detective suspiro.

—En fin, si lo trajiste tú no me puedo negar. Solo tengo que entrar a la escena del crimen y fingir que tomé el caso, así engañaremos a los medios.

—Te lo agradezco mucho, viejo amigo.

—Es solo por el bien de las personas, ¿o no?

El viejo solo sonrió.

—Todo está en tus manos, Charles.

—Déjemelo a mi, Señor Phillips.

El viejo se retiró. El detective John fumó un poco mas antes de hablar.

—Venga, entren conmigo.

Pasamos por debajo de la cinta de seguridad. Caminamos entre los agentes que vigilaban la zona. El detective nos narraba lo sucedido mientras caminábamos.

—Anoche, alrededor de las 4:30 de la madrugada, vecinos cercanos reportaron varios ruidos en este domicilio. Media hora después, los agentes llegaron analizaron la zona. Al entrar al domicilio encontraron a nuestra víctima, muerta.

Historias del Arcanum CompendiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora