3.- Maestro de Hechicería Arcana

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¡No me la podía creer, un apuesto chico inglés iba a ser mi maestro de magia arcana (aunque seguía confundida con cómo es ese tipo de magia)! Estaba muy emocionada y feliz, no podía esperar para empezar. ¿Cómo será? ¿Iré a una escuela de magia como Hogwarts? ¿Soy la elegida? ¿Usaré varitas mágicas? Miles de emociones y preguntas rondaban mis pensamientos. Me sentía feliz.

Ya era de noche. Estaba acostada en mi cama. Miraba hacia arriba, al techo de la habitación. Pensaba en todo lo que había pasado en la tarde...


—A partir de hoy, seré tu maestro de hechicería arcana.

Quedé impactada. Poco a poco mi sonrisa fue saliendo.

—¡Si!

—No es como tu crees —interrumpió Charles de manera seria —. Necesitamos gran dedicación, entrega, y sobre todo, disciplina, algo de lo que careces un poco.

—¡De acuerdo —exclamé exaltada —, me disciplinaré y seré la mejor maga del mundo, no te defraudaré! —. Le sonreí.

Charles hizo una expresión de sorpresa, y un poco de pena también. Recuperó la compostura momentos después.

—Bien. Necesito que a partir de mañana duermas en los dormitorios de la academia, necesito tenerte vigilada. Además, mientras estés estudiando conmigo no podrás visitar a tus padres, comprometerás su seguridad. ¿Quedó claro?


"Rayos, olvidé decirle que compartiré habitación si me quedo en los dormitorios. No podré estar sola para poder estudiar."

Me puse a pensar en todo lo sucedido en ese día. Realmente estuve a punto de morir, creo. Pero, ¿por qué yo? No hay nada especial en mi, soy solo una chica normal, una típica chica americana que estudia en un colegio de genios. Soy de lo mas normal del mundo.

Seguí pensando en aquello, hasta que empecé a agotarme y quedé profundamente dormida.

Esa mañana desperté temprano y animada, lo cual es muy raro en mi. Les comenté a mis padres sobre que, a partir de ese día, iba a quedarme en los dormitorios de la academia, y que los fines de semana iba a quedar con ellos. Ellos lo aceptaron, y lo vieron como si yo prefiriera estar con mis amigas y socializar. Se veían contentos sobre esa decisión.

Si supieran que iba a empezar a estudiar para ser una hechicera. Es algo molesto no poder compartirles esa emoción.

Llegué temprano a clases, y sinceramente, con muchas ganas de que acabaran pronto para ir con Charles y empezar a usar magia y combatir a otros magos. Era muy emocionante, me sentía en una película famosa de magos.

Minutos después de que llegué al aula, Charles entró. Vestía con el uniforme, no llevaba puesta su gabardina.

—Buenos días, Sarah.

—Ah, buenos días, Charles —y tomó asiento.

Sentí algunas miradas pesadas cargadas de odio hacia mi. Aunque mas raro se me hizo ver a Marie mirando un tanto raro a Charles. Ella es muy amable, siempre habla bien con todas las personas. Es raro.

Las clases transcurrieron de lo mas normal: como siempre, yo una tonta, y mis demás compañeros bastante inteligentes. A veces me pregunto por qué estoy en esta academia, no tiene sentido.

Terminaron las clases. Recogía mis libros y los guardaba en mi mochila. Me acerqué a Marie después de eso.

—Marie, a partir de hoy voy a quedarme en el cuarto compartido contigo. ¿No es genial?

Historias del Arcanum CompendiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora