2.- Charles Williams

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No veía nada. Mi vista era oscura. Mi conciencia apenas me hacía se consciente de ello. Ella misma, empezó a regresarme a la realidad. Poco a poco la luz entraba a mis ojos. Una silueta humana frente a mi impedía que esta llegara directo a mis pupilas. La imagen se fue esclareciendo, y pude ver aquellos ojos azules molestos viendo directamente a los míos. Se encontraba a pocos centímetros de mi rostro. Charles me observaba muy de cerca.

—Si. Parece que ya despertaste.

—¿Qué fue lo que... —estaba desconcertada.

—¿Acaso no recuerdas lo que pasó? —Charles parecía molesto por eso.

Ah, es verdad.

Me habían atacado.

Charles se encontraba rodeado por doce aves de fuego rodeadas por un aura de viento. Estaba frente a mi, protegiendo mi vida. Lucía genial en ese momento.

—Me volveré a presentar: mi nombre es Charles Williams, hechicero de Magia Arcana, Rango S, de la Asociación de Hechiceros de la Vieja Inglaterra. Y hasta aquí has llegado, Daria Gousborg.

Las aves salieron disparadas contra la mujer frente a él. Desesperadamente, se defendió levantando frente a ella un muro de roca sólida lo suficientemente grande para defenderse de los proyectiles. Al parar el doceavo, este se rompió. Charles había arremetido en contra ella, golpeándola con su hombro derecho. El golpe causó que se desequilibrara, y casi caía al piso. Se recuperó rápidamente.

—No eres tan fuerte sin usar Hechicería Avanzada, Williams.

—¿Crees que la necesito para derrotarte? —habló con voz inquebrantable —. Además, yo no pienso quebrantar esa ley, a pesar de tener el privilegio de poder usarla.

—Pero si la usaste hace un momento. ¿O acaso quieres que crea que tu cuerpo es invulnerable al Fuego y a la Perforación?

Charles no respondió. Daria se sintió segura al darse cuenta de ese detalle.

—Bien. ¡En ese caso, que comience el vals!

Daria arremetió contra Charles teniendo en su mano derecha una daga hecha de fuego oscuro. Charles creó sobre su mano un orbe de luz que posteriormente rodeó todo su cuerpo. Daria quiso cortar el cuello de Charles, pero este se desvaneció y apareció a la derecha de ella. Ni siquiera pudo reaccionar cuando Charles, teniendo rodeado el puño con roca sólida y un aura de viento, golpeó a Daria en su costado izquierdo, provocando que ella volara contra el muro y haciendo que callera de rodillas al piso.

—No necesito magia avanzada si poseo hechizos que he creado a la perfección y domino de manera impecable, Daria Gousborg. —mencionó Charles con una entonación de superioridad sobre su rival.

En ese momento, mis ojos empezaron a sentirse pesados. Mi cuerpo dejaba de temblar, pero sentía como poco a poco caía en el cansancio. Mi conciencia se desvaneció de aquella realidad.

Ahora, de regreso al presente...

Seguía un poco mareada y cansada. Decidí sentarme de donde estaba acostada. Mientras mi vista se esclarecía parpadeaba múltiples veces para acelerar el proceso. Veía una habitación muy rara, llena de estanterías con libros viejos, artilugios raros y antiguos, un escritorio muy grande con mas papeles de aspecto viejo, una pluma al lado de un tintero, y lo que mas destacaba, Charles. Justo enfrente de mi.

Me di cuenta de en dónde estaba.

—¡¿Estoy en tu casa?! —mi grito expresaba perfectamente lo asustada, nerviosa y apenada que estaba. —¡¿P-P-Pero cómo, o cu-cuándo?!, ¡¿Qué pasó exactamente?!

Historias del Arcanum CompendiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora